La muerte hace caer el orgullo humano
03/11/2008
"Ante la muerte cualquier motivo de orgullo humano pierde interés y resalta aquello que vale de verdad: todo termina, todos en este mundo estamos de paso, porque todos somos criaturas".
"Ante la muerte cualquier motivo de orgullo humano pierde interés y resalta aquello que vale de verdad: todo termina, todos en este mundo estamos de paso, porque todos somos criaturas".
Lo ha dicho Benedicto XVI en la homilía celebrada en la basílica de San Pedro en sufragio por los cardenales y obispos difuntos en el trascurso del año. "En una palabra – ha continuado el Papa- ninguno de nosotros es Dios. Reconocer esta diferencia con Él es la primera condición para estar con Él y en Él: es la condición para llegar a ser como Él, pero sólo acogiendo la gracia de un don libre".
Nuestros hermanos, ha dicho el Pontífice recordando a los 10 cardenales y numerosos obispos fallecidos en este año "han pasado de la muerte a la vida porque han elegido a Cristo, han acogido el yugo suave y se han consagrado al servicio de los hermanos".
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