Tuesday, November 24, 2009

Ventaja o peligro para la vida consagrada? mcs?

Medios de comunicación: ¿ventaja o peligro para la vida consagrada?
ROMA, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- ¿Los medios de comunicación son formadores o deformadores de conciencias? ¿Favorecen o perjudican la vida en comunidad de las personas consagradas? Estas preguntas fueron debatidas y analizadas en el congreso “Usos y abusos de los medios de comunicación en la vida consagrada”, que se realizó el pasado fin de semana en la universidad Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de la ciudad de Roma.

Religiosas y consagradas, representantes de decenas de comunidades femeninas, procedentes de cuatro continentes, donde la más joven tenía 24 años y la mayor 77, plantearon sus interrogantes sobre cómo usar mejor los medios de comunicación.

Se trata de “favorecer el diálogo con el mundo y la cultura, sin que esto represente un peligro para la vida consagrada, entendiendo que estos cada vez presentan de manera más explícita, valores alterados que pueden atentar contra los consejos evangélicos”.

La hermana Nicla Spezzati, en una conferencia denominada “La vida fraterna a la intemperie mediática”, destacó cómo cada vez los medios buscan despertar sensaciones, más que formar conciencias o generar opiniones.

“Antes de la aparición de la televisión el mensaje pasaba a través de el pensamiento. Llegaba a la lógica”, aseguró.

Ante esta situación, es necesario “cultivar la actitud crítica a la lectura de lo que nos rodea”, sin caer en demonizar ni tampoco en exhaltar, sino en darle el justo peso a lo que ofrecen los medios.

Aseguró la hermana Spezzati que los medios de comunicación no pueden venir a llenar los vacíos afectivos que pueden vivirse en la vida religiosa. Advirtió también de los peligros que algunos medios como Facebook, Skype, el uso del celular, los sms pueden restarle peso a la vida comunitaria. Para ello, dijo, es necesaria una comunidad bien constituida, donde se viva claramente el ágape fraterno.

Medios y votos

Por su parte, Marcela Lombard, consagrada del movimiento Regnum Christi, habló de cómo los medios pueden representar un peligro para la vivencia de la obediencia, la pobreza y la castidad si el usuario no hace una lectura crítica de los mismos y no vive de manera consistente y fiel su vocación.

“Se podría pensar que en una cierta edad ya hay una madurez para ver todo lo que la televisión presenta, pero no podemos caer en esta trampa porque la persona se habitúa y acepta comportamientos e imágenes que pueden provocar una dependencia”, aseguró Lombard.

Indicó que es fundamental para una persona consagrada “no huir de la realidad navegando en internet, aceptar que mis relaciones personales son en primer lugar con mi hermana de comunidad”.

Y dijo que con los nuevos medios se pueden crear “comunidades virtuales”. Precisó que “No se trata de no buscar los nuevos medios sino siempre examinar cuál es mi intención”.

Advirtió también cómo una persona consagrada podría verse seducida ante las “necesidades” que a veces quieren crear los medios de comunicación, y que pueden representar una tentación contra el voto de pobreza.

Para ello dijo que es fundamental que cada consagrada haga un examen de conciencia: “Las últimas cosas que he comprado o pedido a mi superiora ¿con qué criterio lo he hecho? ¿son necesidades reales o caprichos?”, se preguntó la consagrada.

Dijo que en cuanto a la obediencia, los medios presentan no pocas veces la figura de la autoridad como un mero cargo de poder y no como un puesto de servicio a la comunidad. “La autoridad se ve como algo que me oprime. Por ello la persona se debe revelar y no obedecer”.

E indicó cómo el verdadero sentido de la obediencia, que pocas veces presentan los medios, consiste en que “la persona consagrada ha entregado su libertad en las manos de Dios porque Él puede disponer como mejor lo considera. Lo hace por medio de instrumentos humanos”.

Indicó la importancia de “no dejarnos fascinar de lo que me provoca una sensación inmediata pero no me lleva a una verdadera riqueza espiritual”, y señaló cómo “En la medida en que la persona consagrada se deja conducir del Espíritu puede exclamar: veo la belleza de tu gracia”,.

Mirada positiva

La última charla de este encuentro estuvo a cargo de la escritora y también consagrada del Regnum Christi Ángeles Conde, sobre los nuevos areópagos y el uso adecuado de los medios de comunicación: “Así como la primera generación de cristianos se esforzaron por encontrar el ambiente pagano y romano, nosotros nos tenemos que esforzar por encontrar una cultura por parte de los medios modernos”.

Recordó que los romanos “eran paganos” y “tenían una moral muy difícil de cambiar”. Con el esquema de ver – juzgar – actuar, Conde hizo un recorrido por diferentes páginas católicas que buscan evangelizar y ofrecer instrumentos de formación a través de los nuevos medios.

Así, se planteó en este evento académico una actitud crítica y a la vez positiva hacia los medios que pueden ser un camino, más que un obstáculo, para construir lazos de fraterrnidad en las comunidades, y evangelizar las nuevas realidades.

[Por Carmen Elena Villa]

Festival de cine espiritual

Festival de cine espiritual en Roma
Dedicado a la acción política y la relación con la fe
ROMA, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El cine como momento de reflexión sobre los problemas y acontecimientos del mundo contemporáneo: ésta es la razón de ser del Tertio Millenio Film Fest.

Del 1 al 6 del próximo mes de diciembre se celebrará este festival cinematográfico ideado por la Fundación Ente dello Spettacolo en colaboración con el Proyecto Cultural de la Conferencia Episcopal Italiana.

La iniciativa propone, desde el año 1997 en que el Papa Juan Pablo II inauguró la primera edición, un doble proceso de reflexión, dividido entre las cuestiones del Espíritu y la confrontación con el Otro.

El tema principal de la decimotercera edición, presentada en Roma el 18 de noviembre, aprovecha la preciosa ambigüedad semántica de las palabras “Formas de resistencia. La historia después del cine. Percepción, sentimiento, acción en el mundo visto”. La resistencia, por tanto, que a través del gesto estético se hace gesto político.

Este año, dos secciones de documentales ofrecerán a la vez su propia mirada a los numerosos ángulos del mundo a través del enfoque de “Irán” y “Al Este de Europa. Formas de un cambio”.

“El Festival -explica monseñor Dario E. Viganò, presidente de la fundación Ente dello Spettacolo - presta gran atención, por un lado a los países del Este, como los de la ex Unión Soviética, para destacar el pasado, y por otro, a realidades como la de Irán, que vive un presente amenazador”.

Se trata de un festival, por tanto, “en el que se busca entender cómo, a través del cine, se construye la modernidad”, añade.

Una modernidad de muchas caras, a la que es posible acceder gracias a las películas, cualquiera que sea el lugar en el que estén producidas.

“Bastan unos pocos fotogramas -explica monseñor Paul Tighe, secretario del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales- para representar eficazmente la realidad”.

“Es un poco como las Sagradas Escrituras o el pesebre donde está Jesús y, sobre ese fondo, otros eventos que nos ofrecen una clave de lectura de la época y, en consecuencia, del mundo con el que se relacionan”.

En otras palabras, concluye monseñor Tighe, “gracias al cine es posible acercar la historia de tantos hombres y mujeres distantes entre ellos”.

De Irán, entre otros, será posible ver la película de acción Heiran de Shalizeh Arefpour y los dos documentales My Little Country de Abbas Mohammadi y Torgheh de Mohammad Hassan Damanzan.

Éste último explica las vivencias de cuatro mujeres iraníes que se ven obligadas a enfrentarse a graves problemas sociales y encuentran consuelo en su común pasión por la música.

El cartel de cine del Este incluye al lituano Audrius Stonys con el cortometraje Harbour, una reflexión lírica sobre el tiempo y la muerte, y The Bell, con el que se ofrece a todos interrogarse sobre el sentido mismo del misterio.

Del kazajo Sergei Dvortsevoy (ganador en 2008 de “Un Certain Regard” en Cannes con Tulpan), el Festival propone dos documentales de observación: In the Dark, que sigue las vivencias de un anciano solo y ciego, y Bread Day, que ofrece la mirada sobre una ex-colonia minera rusa en la que los mayores, únicos habitantes que quedan, cumplen cada semana un viaje ritual a la conquista del propio pan.

De Georgia, participa la periodista y actriz Nino Kirtadze, con Durakovo: the Village of Fools, una película que trata sobre un grupo de fanáticos ortodoxos que trabaja por el renacimiento del imperio soviético.

El valor del documental es destacado por monseñor Franco Perazzolo, experto en cine y oficial del Consejo Pontificio de la Cultura, que lo define como mezcla extraordinaria de historia y humanidad que nos hace encontrar familias humanas que buscan la redención”.

Se refiere al documntal también como a “una forma de comunicación, al margen de la industria y de los sistemas de control y que, en el fondo, es un desafío a lo negativo, por la construcción de nuevas miradas, lugares y mundos posibles”.

Entre otras previstas se encuentran Lourdes, de Jessica Hausner, ya ganadora del premio Fipresci de la crítica internacional, del premio La Navicella y del premio Signis.

Esta película saldrá el 11 de febrero, día de la primera aparición de la Virgen a Bernardette, y narra la historia de Christine, una mujer en silla de ruedas que, refugiándose en el pueblo francés, se despierta, una mañana, al parecer curada por un milagro.

Entre los eventos especiales del Festival, se encuentran el estreno de Io loro e Lara de Carlo Verdone, en recuerdo del padre Mario, colaborador de la Revista del Cinematógrafo.

También un homenaje al maestro Francesco Rosi, de quien se verá -en versión restaurada- Uomini contro (1970), una película sobre lo absurdo de la guerra.

Y en tercer lugar, un evento que anticipa el Festival al 30 de noviembre: la proyección de Popieluszko de Rafal Wieczynski, que trata sobre la vida del sacerdote Jerzy Popieluszko -raptado, torturado y asesinado por los servicios secretos soviéticos-, que en los primeros años 80 tuvo el coraje de denunciar desde el púlpito las mentiras del Gobierno polaco.

Finalmente se entregará a Margareth Madè -protagonista de Baaria de Giuseppe Tornatore- el nuevo “Premio Revelación del año”.

El presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, monseñor Gianfranco Ravasi, explica el interés de la Iglesia por el séptimo arte.

En su opinión, busca “recomponer una especie de divorcio que se está consumando en los últimos tiempos entre público y arte, entendido este último en toda su iridiscencia (fotografía, música, escultura, etcétera), a menudo autoreferencial, disoluta o simplemente provocadora”

“Ha llegado el momento -concluye monseñor Ravasi- de volver a preguntarse por las grandes experiencias y narraciones para volver a encontrar la raíz de la realidad”.

Festival de cine espiritual

Festival de cine espiritual en Roma
Dedicado a la acción política y la relación con la fe
ROMA, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- El cine como momento de reflexión sobre los problemas y acontecimientos del mundo contemporáneo: ésta es la razón de ser del Tertio Millenio Film Fest.

Del 1 al 6 del próximo mes de diciembre se celebrará este festival cinematográfico ideado por la Fundación Ente dello Spettacolo en colaboración con el Proyecto Cultural de la Conferencia Episcopal Italiana.

La iniciativa propone, desde el año 1997 en que el Papa Juan Pablo II inauguró la primera edición, un doble proceso de reflexión, dividido entre las cuestiones del Espíritu y la confrontación con el Otro.

El tema principal de la decimotercera edición, presentada en Roma el 18 de noviembre, aprovecha la preciosa ambigüedad semántica de las palabras “Formas de resistencia. La historia después del cine. Percepción, sentimiento, acción en el mundo visto”. La resistencia, por tanto, que a través del gesto estético se hace gesto político.

Este año, dos secciones de documentales ofrecerán a la vez su propia mirada a los numerosos ángulos del mundo a través del enfoque de “Irán” y “Al Este de Europa. Formas de un cambio”.

“El Festival -explica monseñor Dario E. Viganò, presidente de la fundación Ente dello Spettacolo - presta gran atención, por un lado a los países del Este, como los de la ex Unión Soviética, para destacar el pasado, y por otro, a realidades como la de Irán, que vive un presente amenazador”.

Se trata de un festival, por tanto, “en el que se busca entender cómo, a través del cine, se construye la modernidad”, añade.

Una modernidad de muchas caras, a la que es posible acceder gracias a las películas, cualquiera que sea el lugar en el que estén producidas.

“Bastan unos pocos fotogramas -explica monseñor Paul Tighe, secretario del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales- para representar eficazmente la realidad”.

“Es un poco como las Sagradas Escrituras o el pesebre donde está Jesús y, sobre ese fondo, otros eventos que nos ofrecen una clave de lectura de la época y, en consecuencia, del mundo con el que se relacionan”.

En otras palabras, concluye monseñor Tighe, “gracias al cine es posible acercar la historia de tantos hombres y mujeres distantes entre ellos”.

De Irán, entre otros, será posible ver la película de acción Heiran de Shalizeh Arefpour y los dos documentales My Little Country de Abbas Mohammadi y Torgheh de Mohammad Hassan Damanzan.

Éste último explica las vivencias de cuatro mujeres iraníes que se ven obligadas a enfrentarse a graves problemas sociales y encuentran consuelo en su común pasión por la música.

El cartel de cine del Este incluye al lituano Audrius Stonys con el cortometraje Harbour, una reflexión lírica sobre el tiempo y la muerte, y The Bell, con el que se ofrece a todos interrogarse sobre el sentido mismo del misterio.

Del kazajo Sergei Dvortsevoy (ganador en 2008 de “Un Certain Regard” en Cannes con Tulpan), el Festival propone dos documentales de observación: In the Dark, que sigue las vivencias de un anciano solo y ciego, y Bread Day, que ofrece la mirada sobre una ex-colonia minera rusa en la que los mayores, únicos habitantes que quedan, cumplen cada semana un viaje ritual a la conquista del propio pan.

De Georgia, participa la periodista y actriz Nino Kirtadze, con Durakovo: the Village of Fools, una película que trata sobre un grupo de fanáticos ortodoxos que trabaja por el renacimiento del imperio soviético.

El valor del documental es destacado por monseñor Franco Perazzolo, experto en cine y oficial del Consejo Pontificio de la Cultura, que lo define como mezcla extraordinaria de historia y humanidad que nos hace encontrar familias humanas que buscan la redención”.

Se refiere al documntal también como a “una forma de comunicación, al margen de la industria y de los sistemas de control y que, en el fondo, es un desafío a lo negativo, por la construcción de nuevas miradas, lugares y mundos posibles”.

Entre otras previstas se encuentran Lourdes, de Jessica Hausner, ya ganadora del premio Fipresci de la crítica internacional, del premio La Navicella y del premio Signis.

Esta película saldrá el 11 de febrero, día de la primera aparición de la Virgen a Bernardette, y narra la historia de Christine, una mujer en silla de ruedas que, refugiándose en el pueblo francés, se despierta, una mañana, al parecer curada por un milagro.

Entre los eventos especiales del Festival, se encuentran el estreno de Io loro e Lara de Carlo Verdone, en recuerdo del padre Mario, colaborador de la Revista del Cinematógrafo.

También un homenaje al maestro Francesco Rosi, de quien se verá -en versión restaurada- Uomini contro (1970), una película sobre lo absurdo de la guerra.

Y en tercer lugar, un evento que anticipa el Festival al 30 de noviembre: la proyección de Popieluszko de Rafal Wieczynski, que trata sobre la vida del sacerdote Jerzy Popieluszko -raptado, torturado y asesinado por los servicios secretos soviéticos-, que en los primeros años 80 tuvo el coraje de denunciar desde el púlpito las mentiras del Gobierno polaco.

Finalmente se entregará a Margareth Madè -protagonista de Baaria de Giuseppe Tornatore- el nuevo “Premio Revelación del año”.

El presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, monseñor Gianfranco Ravasi, explica el interés de la Iglesia por el séptimo arte.

En su opinión, busca “recomponer una especie de divorcio que se está consumando en los últimos tiempos entre público y arte, entendido este último en toda su iridiscencia (fotografía, música, escultura, etcétera), a menudo autoreferencial, disoluta o simplemente provocadora”

“Ha llegado el momento -concluye monseñor Ravasi- de volver a preguntarse por las grandes experiencias y narraciones para volver a encontrar la raíz de la realidad”.

Carta a los sacerdotes sobre la obediencia

Carta a los sacerdotes sobre la obediencia
Por el arzobispo Mauro Piacenza, secretario de la Congregación vaticana para el Clero
CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha enviado el arzobispo Mauro Piacenza, secretario de la Congregación vaticana para el Clero, a los presbíteros sobre la promesa de obediencia que han hecho al ser ordenados sacerdotes.




* * *

Queridos hermanos en el sacerdocio:

A pesar de que no están vinculados al solemne voto de obediencia, quienes van a recibir el Sacramento del Orden pronuncian la "promesa" de "filial respeto y obediencia" al propio ordinario y sus sucesores. Aunque sea diferente el estatuto teológico entre un voto y una promesa, es idéntico el compromiso moral totalizador y definitivo, e idéntico el ofrecimiento de la propia voluntad a la voluntad de Otro, a la voluntad Divina, eclesialmente mediada.

En nuestro tiempo, entretejido de relativismo y de modelos democráticos, de autonomismos y liberalismos, parece que sea cada vez más incomprensible - cada vez más - esta promesa de obediencia. Tantas veces se la concibe como una disminución de la dignidad y de la libertad humana, o como una permanencia arcaica de costumbres obsoletas, típicas de una sociedad incapaz de una auténtica emancipación.

Nosotros, que vivimos la obediencia auténtica, sabemos muy bien que no es así. Nunca la obediencia en la Iglesia ha sido contraria a la dignidad y al respeto de la persona y nunca debe concebirse como una substracción de la responsabilidad o como fruto de una alienación.

El rito utiliza un adjetivo fundamental para una comprensión adecuada de tal promesa; define la obediencia añadiendo el "respeto" y el adjetivo "filial". El término "hijo", en todo idioma, es un nombre relativo, que implica la relación entre padre y el mismo hijo. En este contexto relacional debe entenderse la obediencia, que hemos prometido. Un contexto en el que el padre ha sido llamado a ser verdaderamente padre, y el hijo a reconocer la propia filiación y la belleza de la paternidad, que le ha sido dada. Como ocurre en la misma ley de la naturaleza, nadie elige a su propio padre y, por ende, nadie elige a sus propios hijos. Así pues, todos hemos sido llamados, padres e hijos, a contemplarnos mutuamente con una mirada sobrenatural, de gran misericordia recíproca y de gran respeto, es decir, con esa capacidad de ver siempre en el otro el Misterio que lo ha generado y que en última instancia le constituye. En definitiva, el respeto es simplemente esto: mirar a alguien teniendo presente a Otro.

Sólo en un contexto de "filial respeto" es posible una auténtica obediencia, que no sea sólo formal o una mera ejecución de las órdenes, sino que sea apasionada, en plenitud, atenta y que pueda producir en sí frutos de conversión e de "vida nueva" en quien la vive.

La promesa se hace al ordinario en el momento de la ordenación y a sus "sucesores", porque la Iglesia huye siempre de excesivos personalismos. Tiene como centro la persona, pero no los subjetivismos, que le hacen perder el contacto con la fuerza y de la belleza histórica y teológica de la institución. También en la institución, que es de origen divino, está presente el Espíritu. Por su propia naturaleza, la institución es carismática y lógicamente debe unirnos libremente a ella; en el tiempo (sucesores) significa poder "permanecer en la verdad", permanecer en Él, presente y operante en su cuerpo vivo que es la Iglesia, en la belleza de la continuidad del tiempo y de los siglos, que nos une sin rupturas a Cristo e a los Apóstoles.

Pidamos a la Esclava del Señor --obediente por excelencia, a Ella que en el cansancio cantó su " aquí estoy, hágase en mí según tu palabra"-- la gracia de una obediencia filial, plena, alegre y pronta; una obediencia que nos libre de todo protagonismo y pueda mostrar al mundo que es verdaderamente posible entregarse totalmente a Cristo y realizarse plenamente como auténticos hombres.

Wednesday, November 04, 2009

Internet y tv un riesgo para nuestros niños?

Al inicio de la mundialización de internet hubo quienes quisieron analizar con calma sus riesgos y oportunidades. Conforme se extendió el uso y se hizo pasar por necesario, hay quienes se han quedado sólo en las “oportunidades”, que son muchas y loables, pero se ha perdido de vista el “riesgo” que, aunque a veces invisible, no deja de ser real y de cobrarse víctimas.



Cuando se considera que la así llamada generación digital, los niños y adolescentes, es la perjudicada, la valoración de esos peligros y daños nos hace, al menos, reflexionar.



Un artículo publicado por el diario argentino La Nación (cf. 21.11.2008) hacía eco de un estudio de la marca Telefónica titulado “Generaciones interactivas en Iberoamérica. Niños y adolescentes ante las pantallas”, en colaboración con la universidad de Navarra. El estudio analiza los hábitos “digitales” en siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela). Según ese informe, el 95% de los chicos entre 10 y 18 años usa internet de modo habitual, mientras que el 83% usa teléfono móvil y el 67% utiliza videojuegos.



La pregunta que viene casi como corolario es: ¿y qué hacen en internet? “Sus preferencias de uso aparecen polarizadas: el 70% lo usa para comunicarse (Messenger, chat, mensajes de texto); el 59% para conocer e informarse; el 43% para compartir fotos y videos; igual cantidad para divertirse, y sólo un 6% para comprar on line”, recogía el artículo de La Nación.



Más recientemente, el diario Il Corriere della Sera (cf. 09.09.2009) recogía en un artículo los aspectos de la vida diaria que la web ha cambiado en la existencia de tantas personas, según un análisis inicialmente publicado en The Telegraph: desde objetos (álbumes fotográficos, directorios telefónicos, cartas, etc.), pasando por hábitos (ir a la tienda de discos, de compras, etc.), la manera de informarnos (reflejada en la cada vez más baja venta de periódicos impresos), hasta la privacidad (las redes sociales disponen hoy día de información sobre miles de ciudadanos proporcionada por ellos mismos).



¿Y todo eso es algo positivo o negativo? Un estudio del Instituto Vanier para la familia de Otawwa, Canadá (Good servant, Bad master: electronic media and the family), del 15 de octubre de 2007, ponía de manifiesto la aportación positiva de los medios de comunicación como fuente de educación y entretenimiento, pero también alertaba sobre las consecuencias negativas. ¿Cuáles?



1) Quien los usa más interactúa menos con la pareja, los hijos y los amigos. 2) Quien los usa más tienen mayor riesgo de caer en comportamientos agresivos y desarrollo cognitivo pobre. 3) Problemas de salud relacionados con los hábitos alimenticios de quien está expuesto a la publicidad de alimentos que circulan por los medios de comunicación.



Pornografía, dependencia y privacidad



Uno de los vicios que abarcan al menos los dos primeros puntos a los que alude el Instituto Vanier es la pornografía. Un artículo publicado en ForumLibertas.com (cf. Y ahora… el ciberacoso, 21.11.2008) reflejaba así un caso de un alumno que va a su profesor y le plantea con confianza un problema: “Hace poco vino a verme un estudiante que decía sentirse atormentado. Tras una larga conversación acabó explicándome como, haciendo uso de su webcam, mantenía relaciones con otras personas mostrando imágenes sexuales. Lo que en un principio parecía un simple juego, se estaba convirtiendo en un verdadero vicio. No pasaba noche sin conectarse, siempre a escondidas de sus padres, claro. Además del vicio en sí mismo, la inquietud estaba en que la mayoría de las veces ni siquiera sabía quiénes eran sus contactos, y que en muchas ocasiones él mostraba a cambio de nada”.



Una exposición de 2007 elaborada por la Universidad de New Hampshire revelaba que el 42% de los usuarios de internet de entre 10 y 17 años había visto pornografía en los últimos 12 meses. Otro estudio, éste del investigador Al Cooper, titulado Cybersex: The dark side of the force (Cibersexo: el lado oscuro de la fuerza, del año 2000) aportaba datos no menos escalofriantes sobre el uso de internet con fines sexuales: el 46.6% dedicaba menos de una hora a la semana –usuarios recreacionales–; el 8,3% dedicaba 11 o más horas a la semana –usuarios de riesgo–; mientras que el 1% vivía gravemente esta adicción. Cada año, según un artículo de la doctora Janice Shaw Crouse, directora del Concerned Women for America, se producen más de 15,000 películas pornográficas (cf. Christian Post, 26.10.08).



Un ejemplo de lo que provoca la demanda de “sexo on line” es lo que ha sucedido incluso en el mundo virtual paralelo de SecondLife. La empresa decidió dar paso a las relaciones sexuales virtuales en un “barrio” o “continente” creado expresamente para ello, informaba Linden Lab el pasado 23 de abril de 2009.



La pornografía genera dependencia, sí, pero la primera dependencia la genera el mismo ordenador. Un artículo publicado por el rotativo británico The Guardian (cf. 19.01.2009) ofrecía varios datos que ilustran esta dependencia y sus consecuencias: al menos un tercio de los niños británicos declara no poder vivir sin su ordenador. Lo peor es que esta relación se ha convertido en una barrera entre padres e hijos al grado de apenas tener conversación.



La privacidad es otro elemento en riesgo para los niños y adolescentes que no alcanzan a vislumbrar o calibrar lo que se pone en juego cuando proporcionan información en la red; creen que lo normal es poner la vida al descubierto, se olvidan de que lo que se “sube” ya no se puede “bajar”.



Las redes sociales



La interactividad de internet ha cambiado de modo sustancial la cultura y los comportamientos al modificar las relaciones personales, sobre todo entre los jóvenes. Un ejemplo es la limitación de las redes sociales que reducen la amistad a un “estar” o “no estar” en la lista de contactos de la red social en la que se navega. Está latente la deriva de olvidar el nombre de las personas que se tienen al lado todos los días y reducir todo a un “tener” “amigos” en el ciberespacio.



En una entrevista concedida al Sunday Telegraph, el arzobispo católico de Westminster, monseñor Vicent Nichols, advertía sobre los efectos deshumanizantes de internet en los siguientes términos: “Estamos perdiendo capacidades, habilidades de interacción humana, cómo leer el ánimo de una persona, ver su lenguaje corporal, cómo ser pacientes hasta el momento de precisar algo o ejercer presión”.



Más o menos en la misa línea iba un artículo titulado Cómo Facebook puede arruinar amistades, publicado en The Wall Street Journal, en agosto de 2009. En un testimonio recogido en el artículo se decía: “Estoy cansada de amigos que aseguran que están demasiado ocupados para llamar por teléfono, o incluso para escribir un e-mail aceptable, sin embargo pasan horas en las redes sociales, colgando fotos de sus hijos o de sus fiestas, reenviando adivinanzas estúpidas, colocando dichos extravagantes y absurdos, o utilizando Twitter para comunicar sus últimas andanzas”. Como declaró monseñor Nichols, la comunicación escrita es imperfecta. O en palabras del Wall Street Journal, “se pierden los matices que pueden ser expresados en lenguaje corporal y las inflexiones de voz”.



Pero la banalización de las relaciones interpersonales no es el único aspecto. También está el pocas veces valorado factor “uso del tiempo” que, en el mejor de los casos, llega a repercutir en las calificaciones y en los estudios.



¿Sólo es internet?



Ciertamente no es sólo internet. La televisión sigue teniendo un impacto que no se puede minusvalorar. La programación y cada uno de sus contenidos inciden también negativamente en los comportamientos de los televidentes, sobre todo cuando son menores.



Quizá el primer daño sea precisamente la sobredosis de televisión. En sintonía con el análisis del Instituto Vanier citado líneas arriba, un estudio titulado “Medios y salud infantil y adolescente”, de finales de 2008, Common Sense Media daba a conocer los efectos negativos de la relación salud-medios de comunicación. ¿Cuáles eran? Obesidad, tabaco, alcohol, entre otros, a mayor cantidad de tiempo frente al televisor.



El estudio estaba respaldado por investigadores del Departamento de Bioética Clínica de los National Institutes of Health, la facultad de medicina de la universidad de Yale y el California Pacific Medical Center. Según James P. Steyer, presidente de Common Sense Media, el estudio debe centrar la atención no nada más en la cantidad de horas sino también en la calidad de los contenidos, algo que muchas veces se pasa de largo. De ahí precisamente la propuesta para que en los colegios se enseñe cómo ser “consumidores inteligentes de contenidos audiovisuales” y no descuidar la puesta en marcha de actividades físicas.



En Italia, a finales de julio-principios de agosto de 2009, estuvo en el ojo del huracán el lanzamiento del primer canal para niños menores de tres años, Baby TV, impulsado por SKY y según el modelo del canal homónimo lanzado previamente en Gran Bretaña.



Inmediatamente asociaciones de padres como la Moige manifestaron su inconformidad. Elisabetta Sacla, directora nacional de Moige, puso el dedo sobre “los graves riesgos para el crecimiento físico y psicológico de los neo-nacidos y de los niños hasta los 36 meses”. Y añadió: “Numerosos y prestigiosos estudios demuestran los daños que puede provocar en niños tan pequeños la exposición a la televisión, de hecho el problema no es el mensaje que se transmite, sino la utilización misma del medio” (cf. Il Tempo, 29.07.2009).



Las declaraciones de Elisabetta están en sintonía con la exhortación de la Academia Norteamericana de Pediatría, quien recomienda que los niños menores de dos años no pasen ningún tiempo expuesto a la televisión. Paradójicamente, un reporte del The Boston Globe (cf. 27.05.2007) informaba que cerca del 40% de bebés de tres meses veía entre media hora y cuarenta y cinco minutos diarios de televisión.



Efectos en el rendimiento escolar y comportamientos agresivos



Norberto González Gaitano, antiguo decano de la facultad de comunicación institucional de la universidad de la Santa Cruz, en Roma, evidenciaba en una conferencia durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México, cómo los contenidos violentos que promueven comportamientos violentos tienen efectos negativos reales. Al respecto, citó los 17 homicidios -14 en 1993 y 3 en 1994- que provocó la película Natural Born Killer, de Oliver Stone.



En la misma ponencia reveló que un niño europeo ve, en promedio, 25 horas de televisión a la semana, mientras que uno estadounidense ve 8 horas diarias. ¿Efectos? En 1970 había 150 mil niños diagnosticados con desorden de déficit de atención (ADD). Para 1985 la cifra se había triplicado mientras que para el año 2000 ascendía ya a 6 millones.



Una investigación de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, establece un vínculo negativo entre uso de teléfonos móviles e internet. Según ese estudio, al menos un 10% de los menores usa el móvil para grabar escenas violentas y subirlas luego a portales de videos en internet. Tener un móvil aumenta hasta diez veces más la probabilidad de que un profesor sea el objeto de la violencia en su propio salón de clases.



En otros países los datos no son más alentadores. Un estudio del profesor James Flynn, de la universidad neozelandesa de Otago, publicado en la revista Economics and Human Biology, ponía de manifiesto que el coeficiente intelectual de los adolescentes británicos es menor que hace 30 años. ¿El motivo? Los videojuegos, la televisión e internet. El estudio añade que una comunicación basada en mensajes de texto y e-mail produce una reducción temporal de la capacidad intelectual.



¿Qué hacer?



El estudio del Instituto Vanier que se ha citado propone a los padres medidas prácticas: 1) poner los aparatos audiovisuales en lugares comunes, 2) limitar el tiempo de uso, 3) diálogo con los hijos para saber qué visitan, qué hacen y cómo lo hacen y 4) ofrecer normas sobre los datos que se dan en internet.



Muchos padres de familia piensan en los filtros cada vez que hacen el contrato de internet.



Desde luego que son un instrumento válido pero no la solución definitiva ni la garantía de un uso seguro de la web. Según un estudio elaborado por el Grupo de Trabajo para la Seguridad Técnica en Internet, de enero de 2009 (se puede consultar en inglés en el siguiente enlace: http://cyber.law.harvard.edu/pubrelease/isttf/), además de los filtros debe haber una supervisión de los padres, el refuerzo de la ley, la puesta en marcha de políticas de seguridad entre proveedores y páginas que alojan redes sociales, y educación, para evitar acoso e intimidación a los niños y adolescentes que usan internet.



El factor educación es, desde hace meses, la diana a donde se apuntan esfuerzos. Y es que, en definitiva, la ignorancia y falta de formación en estos rubros son los culpables de tantos males. A mediados de diciembre de 2008, el parlamento europeo propuso una asignatura llamada “educación mediática”. La creación de esta asignatura sería una ayuda ulterior tanto para padres –alfabetización mediática– como para hijos, con contenidos económicos, políticos, literarios, sociales, artísticos e informáticos que ayuden a comprender y sopesar mejor lo que se visita y consulta en la web.



Ciertamente, no se puede olvidar que en todo esto no importa tanto la cantidad de tiempo frente a la computadora, el televisor, el teléfono o los nuevos aparatos que vana naciendo (i-phone, i-pod, etc.) cuanto la calidad del tiempo invertido