el Papa recuerda a infantes enfermos.

Benedicto XVI recuerda a los niños enfermos
17/11/2008
En el centro de toda intervención médica debe estar siempre el compromiso del verdadero bien del niño, asegurándole que tenga una comunicación constante con los familiares, ha señalado el Papa al Pontificio Consejo para la Salud reunido en un congreso sobre los niños enfermos.
En el centro de toda intervención médica debe estar siempre el compromiso del verdadero bien del niño, asegurándole que tenga una comunicación constante con los familiares, ha señalado el Papa al Pontificio Consejo para la Salud reunido en un congreso sobre los niños enfermos.
El Papa ha dicho que todo ser humano tiene valor por sí mismo, porque ha sido creado a imagen de Dios, y refiriéndose a los niños enfermos, abandonados, huérfanos, víctimas de conflictos y del SIDA, y desnutridos, ha precisado que la Iglesia no olvida a sus hijos más pequeños y si, por un lado, aplaude las iniciativas de las naciones más ricas para mejorar las condiciones de su desarrollo, por otro, advierte con fuerza el deber de invitar a prestar una atención mayor a estos hermanos, para que gracias a nuestra coral solidaridad puedan mirar la vida con confianza y esperanza.Benedicto XVI recuerda a los niños enfermos
17/11/2008
En el centro de toda intervención médica debe estar siempre el compromiso del verdadero bien del niño, asegurándole que tenga una comunicación constante con los familiares, ha señalado el Papa al Pontificio Consejo para la Salud reunido en un congreso sobre los niños enfermos.
En el centro de toda intervención médica debe estar siempre el compromiso del verdadero bien del niño, asegurándole que tenga una comunicación constante con los familiares, ha señalado el Papa al Pontificio Consejo para la Salud reunido en un congreso sobre los niños enfermos.
El Papa ha dicho que todo ser humano tiene valor por sí mismo, porque ha sido creado a imagen de Dios, y refiriéndose a los niños enfermos, abandonados, huérfanos, víctimas de conflictos y del SIDA, y desnutridos, ha precisado que la Iglesia no olvida a sus hijos más pequeños y si, por un lado, aplaude las iniciativas de las naciones más ricas para mejorar las condiciones de su desarrollo, por otro, advierte con fuerza el deber de invitar a prestar una atención mayor a estos hermanos, para que gracias a nuestra coral solidaridad puedan mirar la vida con confianza y esperanza.