Friday, September 26, 2014

Papa Francisco: "Cristo se comprende llevando la cruz como el Cireneo".

PAPA FRANCISCO: MISA DE HOY VIERNES, 26 de Septiembre 2014:
"Cristo se comprende llevando la cruz como el Cireneo".
Un cristiano no puede comprender a Cristo Redentor sin la cruz, sin que esté dispuesto a llevarla con Jesús. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
Un Cristiano es igual a “cireneo”. El hecho de tener fe está en esta identificación: se pertenece a Jesús si se sostiene con Él el peso de la Cruz. De lo contrario se recorre una vía “buena” aparentemente, pero no “verdadera”. En el Evangelio de hoy Cristo pregunta a sus discípulos qué dice la gente acerca de su persona, recibiendo como respuesta las hipótesis más disparatadas.
Ell episodio se enmarca en el contexto del Evangelio en que Jesús custodia de modo especial su verdadera identidad. En varias ocasiones, cuando alguien se acercaba a comunicarla, lo detenía, así como impide también varias veces al demonio que revele su naturaleza de “Hijo de Dios” venido a salvar al mundo. Y esto para que la gente no se equivocara y pensara en el Mesías como en un conductor, venido a echar a los romanos. Sólo en privado, a los Doce, Jesús comienza a hacer la catequesis sobre su verdadera identidad:
El Hijo del hombre, es decir el Mesías, el Ungido, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los escribas, ser asesinado y resucitar. Éste es el camino de su liberación. Éste es el camino del Mesías, del Justo: la Pasión, la Cruz. Y a ellos les explica su identidad. Ellos no quieren comprender y en el pasaje de Mateo se ve cómo Pedro rechaza esto: ‘¡No! ¡No! Señor…’. Pero comienza a abrir el misterio de su propia identidad: "Sí, yo soy el Hijo de Dios. Pero éste es mi camino: debo ir por este camino de sufrimiento”.
Es ésta la “pedagogía” que Jesús utiliza para preparar los corazones de los discípulos, los corazones de la gente, para comprender este Misterio de Dios:
Es tanto el amor de Dios, es tan feo el pecado, que Él nos salva así: con esta identidad en la Cruz. No se puede comprender a Jesucristo Redentor sin la Cruz: ¡no se lo puede comprender! Podemos llegar a pensar que es un gran profeta, hace cosas buenas, que es un santo. Pero a Cristo Redentor sin la Cruz no se lo puede comprender. Y los corazones de los discípulos, los corazones de la gente no estaban preparados para entenderlo. No habían entendido las Profecías, no habían entendido que, precisamente era Él, el Cordero para el sacrificio. La gente no estaba preparada.
Sólo el Domingo de Ramos Cristo permite a la muchedumbre que diga más o menos su identidad, con ese “Bendito Aquel que viene en el nombre del Señor”. Y esto porque dijo, “si esta gente no grita, ¡gritarán las piedras!”. En cambio, sólo después de su muerte la identidad de Jesús aparece en plenitud y la primera confesión viene del centurión romano. Y así poco a poco, Jesús nos prepara para entenderlo bien. Nos prepara para que lo acompañemos con nuestras cruces en su camino hacia la redención:
Nos prepara a que seamos cireneos para ayudarlo a llevar la Cruz. Y nuestra vida cristiana sin esto no es cristiana. Es una vida espiritual, buena… ‘Jesús es el gran profeta, también nos ha salvado. Pero Él. Yo no…’. ¡No! ¡Tú con Él! Recorriendo el mismo camino. También nuestra identidad de cristianos debe ser custodiada y no crean que ser cristianos es un mérito, es un camino espiritual de perfección. No es un mérito, es pura gracia.

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