Thursday, February 13, 2014

Mis meditaciones sobre la sanacion

EVANGELIO DEL VIERNES 5º ORDINARIO, 14 DE FEBRERO 2014: Mc 7, 31-37: “DIOS ES EL QUE CURA”. Con frecuencia me encuentro en situaciones done alguien me dice: “Padre, venga a atender a mi mamá, que está grave”. Y añaden: “porque hemos oído que usted como que las resucita”. Puede ser en parte verdad, en parte un poco exageración. Lo cierto es que casi siempre le digo: “Dios es el que cura. Yo simplemente soy un instrumento”. 

En este Evangelio vivimos la realidad de cómo Dios cura. Y en primer lugar, DIOS SEPARA. A quien quiere hacerle un bien, como aquí curar al sordomudo, lo separa de la multitud. Dios se compadece del enfermo, lo lleva aparte, porque quiere a cada uno tratarnos de manera personal, individual, con cariño y la ternura que cada uno requiere. Dios siempre se dirige a cada uno cuando cada uno sabe acercarse para pedir ayuda. Dios nos abre su corazón para curarnos cuando nosotros le abrimos el nuestro. No es verdad que Dios no se preocupa de nosotros en el momento de la enfermedad, sino más bien ahí está precisamente al lado nuestro, en el momento de la necesidad. 

JESÚS NO SÓLO ESTÁ CERCA PARA CURARNOS, SINO SUPLICA A SU PADRE POR CADA UNO. El evangelio nos resalta que Jesús pegó un fuerte suspiro y, levantando las manos, rogó a su Padre para que el sordomudo fuera curado. Así es Jesús, interesado y suplicante siempre ante Dios por cada una de nuestras necesidades. Pero, ¡qué importante es cómo Dios se revela a los sencillos y se acerca a cada uno cuando con sencillez nos acercamos a Él!

JESÚS PIDE QUE NO SE PUBLIQUE EL MILAGRO. Es la sencillez de Jesús que sólo busca hacer la Voluntad de Dios y no el propio provecho o vanagloria. Por otro lado, a Jesús le interesa sólo cumplir lo que su Padre quiere y no adelantar los momentos de la salvación de los hombres.

TODO LO HA HECHO BIEN. Estas palabras dichas en el colmo de la admiración por la gente revelan cómo Jesús se entregaba y miraba por el bien de todos. Si Dios en el Génesis al final de la Creación dijo que Todo era bueno, ahora es aquí que los hombres experimentan cuán bueno es Dios en la Persona de Jesús, el rostro visible de Dios. 

“Cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista” (Sal 103,33) ¿Qué cantará el salmista? Cantará todo lo que Dios es. ¡Cantemos la gloria del Señor durante toda nuestra vida! Nuestra vida actual no es más que una esperanza; nuestra vida auténtica será la eternidad; la vida de esta vida mortal es la esperanza de la vida inmortal. “Cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista”. Y como viviré en él para siempre, mientras exista cantaré a mi Dios.

Cuando hayamos iniciado nuestro canto al Señor en la ciudad del cielo no haremos otra cosa. Toda nuestra vida será entonces cantar la gloria de Dios. Si, aquí abajo, el objeto de nuestras alabanzas nos produce hastío, nuestros cantos de alabanzas también nos cansarán. Pero si amamos al Señor, objeto de nuestra alabanza, cantaremos por siempre su gloria. “¡Cantaré al Señor mientras viva...!” Me siento todos los días comprometido a pedir por todos ustedes…

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