Tuesday, December 31, 2013

Papa Francisco: 'Un año que ha pasado no termina pero se cumple'

Francisco: 'Un año que ha pasado no termina pero se cumple'

Recojamos como en una cesta los días, semanas y meses para ofrecerlos al Señor. Agradecemos y pedimos perdón.

Ciudad del Vaticano, 

El papa Francisco presidió este martes por la tarde en la basílica de San Pedro, la celebración de las vísperas de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios. Le siguió la exposición del Santísimo Sacramento y el Te Deum de agradecimiento por el año civil transcurrido. La ceremonia solemne animada por el coro pontificio de la Capilla Sixtina concluyó con la bendición eucarística.
En sus palabras recordó que "cada momento de nuestra vida no es provisoriovida es definitivo y cada acción nuestra está cargada de eternidad. De hecho la respuesta que damos hoy a Dios que nos ama, a Jesucristo, incide en nuestro futuro".
Añadió que "un año que ha pasado por lo tanto no nos lleva a una realidad que termina pero a una realidad que se cumple, es un paso ulterior hacia la meta que está delante de nosotros: una meta de esperanza y de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra esperanza y de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra alegría".
"Mientras llega su término el año 2013 --indicó el santo padre-- recogemos como en un cesto, los días, las semanas, los mese que hemos vivido, para ofrecer todo al Señor. Y preguntarnos: ¿cómo hemos vivido el tiempo que él nos ha donado? ¿Lo hemos vivido sobretodo para nosotros mismos, para nuestros intereses, o hemos sabido usarlo también para los otros? ¿Cuánto tiempo hemos reservado para 'estar con él', en la oración, en el silencio, en la adoración?"
"Esta noche concluimos el Año del Señor 2013, agradeciendo y pidiendo perdón. Las dos cosas juntas, agradecemos y pedimos perdón" dijo. Y el obispo de Roma recordó que también en una ciudad hermosa como esta existen situaciones de dificultad, refugiados, quienes no encuentran trabajo, quienes sufren. Y de la responsabilidad que tienen todos sus habitantes de superar esas situaciones. 
Al terminar la celebración de las Vísperas en la basílica de San Pedro, el santo padre realizó una breve visita al pesebre preparado en la Plaza de San Pedro.
Texto completo de las palabras que el santo padre dirigió a los presentes
“El apóstol Juan define el tiempo presente de una manera precisa: “Ha llegado la última hora”. Esta afirmación que se repite en la misa del 31 de diciembre, significa que con la venida de Dios en la historia estamos ya en los tiempos “últimos”, después de los cuales el paso final será la segunda y definitiva venida de Cristo.
Naturalmente aquí se habla de la 'calidad' del tiempo, no de su 'cantidad'. Con Jesús ha venido la plenitud del tiempo, plenitud de significado y plenitud de salvación. Y no habrá más una nueva revelación, pero la manifestación plena de lo que Jesús ha ya revelado.
En este sentido estamos ya en la “última hora”; cada momento de nuestrano es provisoriovida es definitivo y cada acción nuestra está cargada de eternidad. De hecho la respuesta que damos hoy a Dios que nos ama, a Jesucristo, incide en nuestro futuro.
La visión bíblica y cristiana del tiempo y de la historia no es cíclica, pero linear: es un camino que va hacia un cumplimiento. Un año que ha pasado por lo tanto no nos lleva a una realidad que termina pero a una realidad que se cumple, es un paso ulterior hacia la meta que está delante de nosotros: una meta de esperanza y de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra esperanza y de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra alegría.
Mientras llega su término el año 2013, recogemos como en un cesto, los días, las semanas, los mese que hemos vivido, para ofrecer todo al Señor. Y preguntarnos: ¿cómo hemos vivido el tiempo que él nos ha donado? ¿Lo hemos vivido sobretodo para nosotros mismos, para nuestros intereses, o hemos sabido usarlo también para los otros? ¿Cuánto tiempo hemos reservado para 'estar con él', en la oración, en el silencio, en la adoración?
Y después pensemos, nosotros ciudadanos romanos también a esta ciudad de Roma. ¿Qué ha sucedido este año? ¿Qué está sucediendo, qué sucederá? ¿Cómo es la calidad de la vida en esta ciudad? ¡Depende de todos nosotros! ¿Cómo es la calidad de nuestra ciudadanía? ¿Este año hemos contribuido en nuestra pequeña capacidad a volverla vivible, ordenada, acogedora?
De hecho el rostro de una ciudad es como un enorme mosaico cuyos azulejos son todos los que allí viven. Seguramente quien recubre cargos públicos tiene mayor responsabilidad, pero cada uno es corresponsable en el bien y en el mal.
Roma es una ciudad de una belleza única. Su patrimonio espiritual y cultural es extraordinario. Y al mismo tiempo en Roma existen tantas personas marcadas por las miserias materiales y morales, personas pobres, infelices, sufridoras, que interpelan la conciencia de cada ciudadano.
En Roma quizás sentimos más fuerte este contraste entre el ambiente majestuoso y cargado de belleza artística y el malestar social de quien hace más esfuerzo. Roma es una ciudad llena de turistas, pero también llena de refugiados. Roma está llena de gente que trabaja, pero también de personas que no encuentran trabajo o realizan trabajos mal pagados y a veces indignos. Y todos tienen derecho a ser tratados con la misma actitud de acogida y equidad, porque cada uno es portador de dignidad humana.
Es el último día del año. ¿Qué haremos, como actuaremos en el próximo año para volver un poco mejor a nuestra ciudad? Roma del año nuevo tendrá un rostro aún más bello si será aún más rica de humanidad, hospedadora, acogedora. Si todos nosotros estaremos atentos y seremos generosos hacia quien está en dificultad; si sabremos colaborar con el espíritu constructivo y solidario, en favor del bien de todos.
Roma del año nuevo será mejor si no habrán personas que la miran 'de lejos', como a tarjeta postal, que miran la vida solamente 'desde el balcón', sin involucrarse en tantos problemas humanos, problemas de hombres y mujeres que al final... y desde el principio, queramos o no, son nuestros hermanos.
En esta perspectiva la Iglesia de Roma se siente impregnada a dar su contribución a la vida y al futuro de la ciudad. Pero es su deber, se siente animada y a animar con la levadura del evangelio, a ser signo e instrumento de la misericordia de Dios.
Esta noche concluimos el Año del Señor 2013, agradeciendo y pidiendo perdón. Las dos cosas juntas, agradecemos y pedimos perdón.
Agradecemos por todos los beneficios que Dios nos ha dado, y especialmente por su paciencia y su fidelidad, que se manifiestan en el sucederse de los tiempos, pero en modo singular en la plenitud del tiempo cuando “Dios mandó a su Hijo, nacido de mujer”.
La Madre de Dios, en cuyo nombre mañana iniciaremos un nuevo tramo de nuestra peregrinación terrena, nos enseñe a acoger a Dios hecho hombre, porque cada año, cada mes, cada día sea lleno de su eterno amor”.  

¿Dónde nació Jesús?

El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón.”
(Madre Teresa de Calcuta)


 
Algunos preguntaran un día:
¿Dónde nació Jesús?
 
 
Preguntemos a María Magdalena dónde y cuándo nació Jesús.
Y ella nos responderá: Jesús nació en Betania. Fue cierta vez, que su voz, tan llena de pureza y santidad, despertó en mí la sensación de una vida nueva con la cual hasta entonces jamás hube soñado.
 
Preguntemos a Francisco de Asís lo que él sabe sobre el nacimiento de Jesús.
Y él nos responderá: Él nació el día en que, en la plaza de Asís, entregué mi bolsa, mis ropas y hasta mi nombre para seguirlo, pues sabía que solamente Él es la fuente inagotable de Amor.
 
Preguntemos a Pedro cuándo nació Jesús.
El responderá: Jesús nació en el patio del palacio de Caifás, en la noche en que el gallo cantó por tercera vez, en el momento en que yo lo había negado. Fue en ese instante que despertó mi conciencia para la verdadera vida.
 
Preguntemos a Paulo de Tarso cuándo se dio el nacimiento de Jesús.
Y él nos responderá: Jesús nació en el camino de Damasco cuando, envuelto por una intensa luz que me dejó invidente, pude ver la figura noble y serena que me preguntaba: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y en la ceguera, pasé a ver un mundo nuevo, cuando le dije: Señor ¿qué quieres que yo haga?
 
Preguntamos a Joana de Cusa cuándo nació Jesús.
Ella nos responderá: Jesús nació el día en que, amarrada al poste del circo de Roma, oí el pueblo gritar: -¡Niégalo! ¡Niégalo! Y el soldado, con la antorcha se acerca, diciendo: -Este Cristo ¿te enseñó sólo a morir? Fue en este instante, que sintiendo el fuego subir por mi cuerpo, pude, con toda certeza y sinceridad decir: -No, no me enseñó sólo eso. ¡Jesús me enseñó también a AMARLO!
 
Preguntemos a Tomás dónde y cuándo nace Jesús.
Él nos responderá: Jesús nació aquel día inolvidable en que Él me pidió tocar sus llagas y me fue posible testificar que la muerte no tenía poder sobre el Hijo de Dios. Sólo entonces comprendí el sentido de las palabras: ¡Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida!
 
Preguntemos a Juan Bautista dónde y cuándo nace Jesús.
Él nos responderá: Jesús nació en el instante en que llegando al Río Jordán, me pidió que lo bautizara. Y, ante la profundidad de su mirada y la majestad de su figura, pude oír el mensaje de lo Alto: “Este es mi hijo amado, en el cual puse mi complacencia”. ¡Comprendí que había llegado el momento de Él crecer y yo disminuir, para la Gloria de Dios Padre!
 
Preguntemos a Lázaro dónde y cuándo nació Jesús.
Él nos responderá: Jesús nació en Betania, en la tarde en que visitó mi tumba y dijo: -¡Lázaro! ¡Levántate! -En este momento comprendí, finalmente quién era Él: ¡La Resurrección y la Vida!
 
Preguntemos a Judas dónde y cuándo nació Jesús.
Él nos responderá: -Jesús nació en el instante en que asistía a su juzgamiento y a su condenación. Comprendí que Jesús estaba encima de todos los tesoros terrenos.
 
Preguntemos finalmente a María de Nazaret, dónde y cuándo nació Jesús.
Ella nos responderá: Jesús nació en Belén, bajo las estrellas, que eran focos de luces guiando los pastores y sus ovejas a la cuna de paja. ¡Fue cuando lo tomé en mis brazos por primera vez y sentí cumplirse la promesa de un nuevo tiempo a través de aquel Niño que Dios hubo enviado al mundo, para enseñar a los hombres la ley mayor del Amor…
 
Y PARA NOSOTROS… ¿CUÁNDO NACIÓ JESÚS?
Dejad al Niño Dios nacer en tu corazón en Navidad. Que Él venga a traernos Fe, Amor y Paz, para que nosotros experimentemos vivir la ley mayor del Amor.
 
 
La frase de hoy
 
“Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años,
mantengamos la Navidad como algo brillante…
Regresemos a nuestra fe infantil”

Friday, December 27, 2013

Cinco claves para comprender al Papa Francisco

Cinco claves para comprender al Papa Francisco 

A inicios del año 2013 nadie podía imaginar que en este mismo año el Papa Benedicto XVI anunciara su renuncia y que le sucedería un Papa procedente del continente americano, elegido hombre del año por Time y Facebook (encabeza la lista de temas más populares en ese año).
 
En algo más de nueve meses, el cardenal Jorge Bergoglio, que a sus 76 años pensaba en su retiro (llegó de Buenos Aires con billete de ida y vuelta), se ha convertido en el personaje más influyente del planeta.
 
Un sondeo realizado en inglés y español en Estados Unidos,publicado el 11 de diciembre por el Washington Post y ABC News, constata que nunca la opinión pública en ese país nunca había tenido una visión tan positiva de la Iglesia católica: el 62% de los estadounidenses no católicos tienen una visión favorable del Papa.
 
¿Qué ha hecho este Papa para conquistar el corazón de tantos millones de personas? A finales del año 2013 llega el momento de recordar esos momentos significativos que permiten responder a esta pregunta. Probablemente faltan elementos de respuesta. Podrá usted añadirlos usted en el recuadro de comentarios al final de este artículo.
 
1. La elección
 
En la noche del 13 de marzo, la elección del Papa Francisco se convirtió en uno de los eventos planetarios del año 2013, como lo documenta Twitter: el anuncio de su elección generó en el mundo más de 130.000 tweets por minuto.
 
El inesperado Papa conquistó en pocos segundos a católicos y no católicos con el nombre elegido (Francisco, como el “pobrecillo” de Asís), con la sencillez de sus palabras (comenzó con un “buenas tardes”, saludo insólito en un Papa) y por la humildad: antes de impartir su bendición pidió en silencio oraciones por su ministerio.
 
2. El estilo
 
El Papa no ha conquistado los corazones con lo que ha dicho o hecho, sino más bien con la manera en que lo ha dicho y hecho. Su estilo es la diferencia. Es un estilo plagado de gestos inesperados en un Obispo de Roma, pero profundamente acordes con la esencia de su ministerio.
 
Al día siguiente de su elección, pagó personalmente la residencia religiosa de Roma en la que se había alojado en los días precedentes al cónclave. La decisión de vivir en la residencia del Vaticano, le ha permitido mantener un contacto diario con pastores y fieles de todos los continentes. Sus llamadas por teléfono a personas que le escriben pidiendo ayuda han creado una verdadera relación entre el Obispo de Roma y los fieles.

Al lavar los pies de una joven musulmana encarcelada, mostró mejor que con mil palabras el sentido del diálogo interreligioso el Jueves Santo. La capacidad para entablar una intensísima relación, en pocos segundos, con los enfermos, niños, pobres, necesitados… que participan en las audiencias generales hace de cada encuentro público una sorpresa.
 
La gente queda tocada porque en estos gestos no ven teatro: ven a un hombre que vive lo que dice y que dice lo que vive.
 
3. Hombre de Dios
 
Precisamente detrás de estos gestos, la opinión pública, y en particular los creyentes, descubren el auténtico secreto de Francisco: es un hombre de Dios. Un hombre de Dios no es alguien que se aleja del mundo o que lo rechaza: al contrario, es alguien que vive entre sus hermanos para convertirse en caricia de Dios para ellos.
 
Esta dimensión de Francisco nace de su vida de oración. Su espíritu místico quedó reflejado elocuentemente el Viernes Santo, cuando se postró totalmente por tierra para adorar a la Cruz de Cristo.
 
Quienes asisten en las mañanas a la misa diaria que celebra en su residencia en Santa Marta ven en él a un “hombre de Dios”. La homilía que pronuncia sin papeles en esas Eucaristías se convierte en motivo de meditación cotidiano para millones de personas que leen la síntesis en Internet. De este modo, sin quererlo, Francisco se ha convertido en un místico del siglo XXI en las redes sociales: con imágenes coloridas, como buen argentino, logra explicar las más profundas verdades de fe y vida.
 
4. Su programa
 
El programa pastoral de este Papa fundamenta todos estos gestos y eventos. Quedó ya sintetizado al tomar su nombre como pontífice. El cardenal franciscano brasileño Claudio Hummes, se encontraba junto él durante la elección en la Capilla Sixtina. “No te olvides e los pobres”, le dijo. Jorge Bergoglio pensó espontáneamente entonces en el nombre de Francisco como su mejor programa de pontificado: pobreza evangélica.
 
La humildad le llevó a tomar una decisión insólita: su primera encíclica  (el documento con el que los Papas suelen plantear su programa pastoral) no la escribiría solo. Más bien decidió basarse en  la encíclica que ya había redactado Benedicto XVI, “Lumen fidei” (La luz de la fe) y que había quedado inédita.
 
Y volvió a sorprender al plantear de manera detallada los puntos fundamentales del programa pastoral del futuro de su pontificado en la exhortación apostólica “Sobre el anuncio del anuncio del Evangelio en el mundo actual”, firmada el 24 de noviembre, la"Evangelii Gaudium" (La alegría del Evangelio). En este documento abre para la Iglesia “una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría”.
 
5. Sus viajes
 
Por último, no sería posible explicar el “efecto Francisco” sin sus viajes. Está viajando menos que Benedicto XVI y que Juan Pablo II (ha realizado tres viajes dentro de Italia y tan sólo uno al exterior), pero su impacto ha sido muy fuerte. Su primer viaje, el 8 de julio, tuvo como objetivo Lampedusa, la isla italiana que recoge todos los años centenares de cadáveres de personas que se han echado a la mar, desde las costas africanas, huyendo de la violencia o simplemente en búsqueda de un futuro digno.
 
Pero su estilo pastoral ha quedado marcado sobre todo por la visita a Brasil del 22 al 29 de julio de 2013. La Jornada Mundial de la Juventud, según Twitter, fue uno de los eventos mundiales con mayor seguimiento en ese mes. Los tres millones de jóvenes congregados en Copacabana comprendieron que no hay mejor equipo que el que pueden crear juntos jugando para Dios.
 
La luna de miel de este pontífice con los periodistas parecía que duraría, como de costumbre, unos cien días. La rueda de prensa de regreso de Brasil era la oportunidad para tender trampas al nuevo Papa. Las respuestas del pontífice fueron toda una avalancha de confidencias y verdades surgidas del corazón. Su declaración sobre las personas homosexuales se convirtió en una de las frases más citadas en la historia de Internet: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
 
Los periodistas quedaron confundidos. Bergloglio había superado sus trampas. Acababa él mismo haciéndose las preguntas que los informadores no se atrevían a plantear. Su estilo ha hecho que el Parlamento Europeo le declare “Comunicador del año”. Toda una paradoja si se tiene en cuenta que rumbo a Brasil el Papa explicaba así por qué normalmente no concedía entrevistas: “Verdaderamente no concedo entrevistas, pero porque no sé, no puedo, es así. No me resulta fácil hacerlo”….
 
Estas son las cinco claves que, desde mi punto de vista, explican el “efecto Francisco”. Seguramente se me han escapado elementos importantes. Usted puede escribir en el recuadro de los comentarios los elementos que pueden faltar, en qué no está de acuerdo, o simplemente su reacción ante la figura de este Papa.

Thursday, December 26, 2013

Ideas básicas de la Evangelii Gaudium. Síntesis

Ideas básicas de la Evangelii Gaudium. Síntesis

Papa Francisco_Evangelii Gaudium_La Alegría del Evangelio
1. El consumismo del mundo actual potencia el aislamiento de las conciencias y no deja espacio a los demás. Nos aleja de Dios.
2. Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Todo cristiano debe al menos mantener un brote de luz, que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo.
3. Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse.
4. Llegamos a ser plenamente humanos cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?
5. No debe esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. El Papa percibe la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización».
6. Los evangelizadores deben tener ‘olor a oveja’ para que el rebaño escuche su voz.
7. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, poniendo foco en la evangelización y no en la autopreservación.
8. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización.
9. Algunas costumbres propias de la Iglesia no ligadas al núcleo del evangelio pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas.
10. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien posible.
11. La Iglesia debe mantener las puertas abiertas.
12. Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones. Pero sobre todo a los pobres y enfermos. Nunca los dejemos solos.
13. Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
14. «No a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata.
15. Hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia.
16. El individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los vínculos familiares.
17. Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor, mostrando ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre.
18. El Papa pide que no ahoguemos la alegría misionera en una especie de obsesión por ser como todos y por tener lo que poseen los demás. Dejarse llevar debilita la entrega
19. Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre.
20. El cristiano debe superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual.
21. Más que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro. Si no encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios.
22. La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal.
23. Esta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensión de «dominar el espacio de la Iglesia». El espíritu debe ser movido solo por lograr que el Evangelio tenga una real inserción en el pueblo, sin importar las conquistas sociales y políticas, sin vanagloria, sin embelesarse, sin ser autorreferencial, sin funcionalismo empresarial. El principal beneficiario debe ser el Pueblo de Dios y no la Iglesia como organización.
24. Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia.
25. El sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión, pero puede volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder.
26. Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influenciar en lo social.
27. Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica porque Dios les otorga «su primera misericordia».
28. Todos debemos luchar contra las diversas formas de trata de personas. Son nuetsros hermanos. No nos hagamos los distraídos. Muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.
29. Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos. Esta defensa no es algo ideológico, oscurantista y conservador, sino que esta íntimamente ligado a cualquier derecho humano.
30. A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Cristo quiere que conozcamos la fuerza de la ternura.

Resumen de la Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), del Papa Francisco

Resumen de la Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), del Papa Francisco

Con el ánimo de facilitar la difusión del contenido de la primera exhortación apostólica del pontificado de Francisco hemos realizado un breve resumen con las citas más destacadas y confiamos en que se sea de utilidad para meditar y compartir. Al final de esta página también podéis acceder a leer y descargar el texto completo.
Papa Francisco_Evangelii Gaudium_La Alegría del Evangelio
La exhortación apostólica Evangelii Gaudium comienza con una introducción en la que:
  • aborda los problemas y riesgos del mundo actual, donde triunfan el consumismo y el individualismo que aíslan las conciencias y no dejan espacio para los demás, convirtiéndolo en un lugar de injusta desigualdad.
  • establece las claves para arraigar y desarrollar el bien: comunicación de la experiencia de verdad y de belleza, la alegría de evangelizar, y el derecho de todos a recibir el anuncio del evangelio junto al deber de todo cristiano de realizar el anuncio sin excluir a nadie.
A la introducción le siguen cinco capítulos cuyo resumen facilitamos a continuación:

Capítulo I: La Transformación Misionera de la Iglesia

El Papa Francisco comienza pidiendo a todos los cristianos que nos reencontremos con Jesucristo, que renovemos nuestro encuentro, o al menos, nos dejemos encontrar por Él.  Y nos recuerda que ‘el evangelio invita insistentemente a la alegría‘.
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.”
Habla de la Iglesia en su punto de partida como la comunidad de discípulos que ‘primerean’ y toman la iniciativa de ser los primeros en salir al encuentro de los demás y lo hacen con el deseo inagotable de brindar misericordia. El Papa quiere que seamos parte de este grupo, nos invita a ‘primerear’.
Es deseo del pontífice que nos lancemos a transformarlo todo y afirma que prefiere ‘una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades‘.

Capitulo II: En la crisis del compromiso comunitario

En este capítulo critica duramente a la economía actual, porque excluye a los débiles y solo hace fuerte a los poderosos. Señala que existe una creciente deformación ética en nuestras sociedades y ‘asistimos al debilitamiento del sentido del pecado personal y social, así como un progresivo aumento del relativismo‘. También alerta que esta filosofía de vida, ‘de mundanidad espiritual’ y ’de idolatra el dinero’,  ’debilita los vínculos entre las personas’ y ‘desnaturaliza los vínculos familiares’. 
“¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano”
Al mismo tiempo recuerda que ‘nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor’  y hace un llamamiento al ‘dinamismo misionero que lleve sal y luz al mundo‘, sin temor a realizar tareas apostólicas y a la entrega generosa del tiempo personal.
Por último, el Papa Francisco, apunta en este capítulo, una vez más, su deseo de que la Iglesia haga frente y sin miedo a profundas preguntas que no se pueden eludir superficialmente, como por ejemplo: ‘el lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia‘; mayor protagonismo de los  jóvenes en la pastoral de conjunto de la Iglesia, mejor selección de los candidatos al sacerdocio,…

Capítulo III: El anuncio del Evangelio

Francisco continúa su exhortación hablando de quienes deben anunciar el evangelio y de qué forma y manera. En este capítulo subraya que la Iglesia es el pueblo de Dios y debe ser, conforme al proyecto de amor de nuestro Padre Dios, ‘el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio’. A través del Bautismo nos convertimos en pueblo de Dios y nos convertimos en discípulos misioneros, en ‘agentes evangelizadores‘. Así que la evangelización es tarea de todos los que somos Iglesia, ‘un pueblo con muchos rostros‘.
“Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados [...] no es indispensable imponer una determinada forma cultural, por más bella y antigua que sea, junto con la propuesta del Evangelio. El mensaje que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia caemos en la vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador”
El Obispo de Roma también habla de la fuerza evangelizadora de la piedad popular que no debemos menospreciar sino más bien alentar y fortalecer, y hace un llamamiento a la evangelización informada ‘de persona a persona’, la que cada uno de los bautizados debemos realizar llevando el amor de Jesús a otros de forma espontánea en nuestras conversaciones y acciones diarias.
Respecto a la homilía (acto de predicación del sacerdote durante la liturgia) explica queno puede ser un espectáculo entretenido sino dar fervor y sentido a la celebración, pide brevedad, así como evitar que parezca una charla o clase, y debe transmitirse el mensaje con el espíritu de amor de una madre hacia un hijo. El Papa desarrolla las claves para una buena homilía: preparar bien el mensaje, alimentarse de la palabra de Dios, personalizar la palabra, macerarla en lectura espiritual, poner un oido en el pueblo de Dios y cuidar los recursos pedagógicos
Al anunciar el evangelio a los demás, el Santo Padre destaca la importancia de utilizar siempre un lenguaje positivo que indique cómo podemos hacer mejor las cosas y, en cualquier caso, ‘no quedarse en la queja, el lamento, la crítica o el remordimiento‘. E invita a recuperar el primer anuncio o ‘kerigma: ‘Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte’.
Finaliza este capítulo central insistiendo en que la evangelización necesita del acompañamiento personal en los procesos de crecimiento,  escuchando, prestando una mirada respetuosa y llena de compasión, con paciencia y prudencia, despertando la confianza de quien es evangelizado, su apertura y su disposición para crecer.

Capítulo IV: La Dimensión Social de la Evangelización

La fe auténtica, dice el Papa Francisco, ‘siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra‘ y por tanto nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad.
En este capítulo, el Papa, señala la inequidad, la falta de justicia social, como la raíz de los males sociales y reza para que crezca en el mundo el número de políticos ‘a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!‘ y que sean capaces de ‘entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo’
“La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, no solo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que solo podrá llevarla a nuevas crisis”
Respecto al progreso de las ciencias expresa que la Iglesia no solo no pretende detener su admirable sino que se alegra e incluso disfruta reconociendo el enorme potencial que Dios ha dado a la mente humana. Explica que, así como ‘los creyentes tampoco pueden pretender que una opinión científica que les agrada, y que ni siquiera ha sido suficientemente comprobada, adquiera el peso de un dogma de fe’ es una pena que algunos científicos vayan más allá del objeto formal de su disciplina y se extralimiten con afirmaciones o conclusiones que exceden el campo de la propia ciencia, haciendo proposiciones que no responden a la razón sino a una ideología ‘que cierra el camino a un diálogo auténtico, pacífico y fructífero‘.
Termina el capítulo sosteniendo que ‘el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de mayorías creyentes o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas. Eso a la larga fomentaría más el resentimiento que la tolerancia y la paz’

Capítulo V: Evangelizadores con espíritu

La evangelización con espíritu, escribe el Papa Francisco, es la que arde en los corazones  y ‘es muy diferente de un conjunto de tareas vividas como una obligación pesada que simplemente se tolera, o se sobrelleva como algo que contradice las propias inclinaciones y deseos ’. Es el fuego del Espíritu Santo el que contagia con fervor, alegría, generosidad, audacia y amor.
“Hay que reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar. Allí aparece la enfermera de alma, el docente de alma, el político de alma, esos que han decidido a fondo ser con los demás y para los demás. Pero si uno separa la tarea por una parte y la propia privacidad por otra, todo se vuelve gris y estará permanentemente buscando reconocimientos o defendiendo sus propias necesidades”
El Papa incide en que ‘la misión‘ es el corazón del pueblo cristiano, iluminado por el Espíritu Santo, y ‘con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María’ porque ‘ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización’
“Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”

Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman en aurora de vida nueva

Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman en aurora de vida nueva



 En un día gris y lluvioso, el Santo Padre Francisco rezó la oración mariana del Ángelus con los miles de fieles y peregrinos que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro en la memoria litúrgica del primer mártir, san Esteban.

El Papa explicó ante todo que la liturgia prolonga la Solemnidad de la Navidad durante ocho días con un tiempo “de alegría para todo el Pueblo de Dios”. Y dijo que en este segundo día de la octava se coloca la fiesta del primer mártir de la Iglesia, a quien el libro de los Hechos de los Apóstoles presenta como a un hombre “lleno de fe y del Espíritu Santo” que había sido elegido, junto a otros seis, para el servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén.

Al recordar su martirio, Francisco afirmó que Esteban murió como Jesús, pidiendo el perdón por sus asesinos. Y añadió que en el clima gozoso de la Navidad, esta conmemoración podría parecer fuera de lugar, puesto que la Navidad es la fiesta de la vida que nos infunde sentimientos de serenidad y de paz.

“¿Por qué turbar entonces este encanto con el recuerdo de una violencia tan atroz?”, se preguntó el Pontífice. En realidad, explicó, desde el punto de vista de la fe, la fiesta de San Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad; porque en el martirio, la violencia es vencida por el amor, la muerte es vencida por la vida.

Tras reafirmar que la Iglesia ve en el sacrificio de los mártires su “nacimiento en el cielo”, el Santo Padre dijo que celebramos entonces la “navidad” de Esteban, que brota profundamente de la Navidad de Cristo. Porque Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman “¡en aurora de vida nueva! A la vez que en el martirio de Esteban se reproduce la misma lucha entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su culmen en la Cruz de Cristo. Por esta razón, prosiguió, la memoria del primer mártir “disuelve una falsa imagen de la Navidad: ¡la imagen fantástica y empalagosa, que en el Evangelio no existe”! De ahí que la liturgia nos conduce al sentido auténtico de la Encarnación, relacionando Belén con el Calvario y recordándonos que la salvación divina implica la lucha contra el pecado y pasa a través de la puerta estrecha de la Cruz.

Se trata, insistió el Papa, del camino que Jesús indicó claramente a sus discípulos, puesto que quien persevera hasta el fin, será salvado, como afirma el Evangelio. Por esta razón, rezamos de modo particular por los cristianos que padecen discriminaciones a causa del testimonio hecho a Cristo y al Evangelio. De ahí la invitación de Francisco de estar cercanos a estos hermanos y hermanas nuestros que, como San Esteban, son acusados injustamente y hechos objeto de violencias de todo tipo.

El Papa Francisco también dijo que esto sucede especialmente “donde la libertad religiosa aún no está garantiza o no ha sido plenamente realizada”. Sin embargo, añadió, sucede también en países y ambientes en los que se tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde, de hecho, los creyentes, y, especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones. Lo cual no asombra a los cristianos, porque Jesús lo preanunció como ocasión propicia para dar testimonio. Mientras en el ámbito civil, “la injusticia debe ser denunciada y eliminada”.

El Santo Padre concluyó pidiendo a María, Reina de los Mártires, que nos ayude a vivir la Navidad con ese ardor de fe y de amor que brilla en San Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

Texto completo de la alocución del Papa Francisco
RealAudioMP3 Queridos hermanos y hermanas:

Ustedes no tienen miedo de la lluvia eh? ¡Que buenos!

La liturgia extiende la Solemnidad de la Navidad por ocho días: ¡un tiempo de alegría para todo el pueblo de Dios! Y en este segundo día de la octava, en el gozo de la Navidad se introduce la fiesta de san Esteban, el primer mártir de la Iglesia. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos lo presenta como un “hombre lleno de fe y del Espíritu Santo” (6,5), elegido junto a otros seis para el servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén. Y nos relata su martirio: cuando, después de un discurso de fuego que suscitó la cólera de los miembros del Sanedrín, fue arrastrado fuera de los muros de la ciudad y lapidado. Esteban murió como Jesús, pidiendo el perdón para sus asesinos. (7,55-60).

En el clima alegre de la Navidad, esta conmemoración podría parecer fuera de lugar. La Navidad en efecto es la fiesta de la vida y nos infunde sentimientos de serenidad y paz; ¿por qué turbar el encanto con el recuerdo de una violencia tan atroz? En realidad, en la óptica de la fe, la fiesta de san Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad. En el martirio, de hecho, la violencia es vencida por el amor, la muerte por la vida. La Iglesia ve en el sacrificio de los mártires su “nacimiento al cielo”. Celebramos hoy, pues, el “nacimiento” de Esteban, que en profundidad brota de la Navidad de Cristo. ¡Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman en aurora de vida nueva!

En el martirio de Esteban se reproduce la misma confrontación entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su cumbre en la Cruz de Cristo. La memoria del primer mártir llega así, inmediatamente, a disolver una falsa imagen de la Navidad: ¡la imagen dulce y de fábula, que no existe en el Evangelio! La liturgia nos reconduce al sentido auténtico de la encarnación, uniendo Belén al Calvario y recordándonos que la salvación divina implica la lucha contra el pecado, pasa a través de la puerta estrecha de la Cruz. Éste es el camino que Jesús indicó claramente a sus discípulos, como afirma el Evangelio de hoy: “Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará” (Mt10, 22).

Por ello hoy oramos en modo particular por los cristianos que padecen discriminaciones a causa del testimonio de Cristo y del Evangelio. Estemos cercanos a estos hermanos y hermanas que, como san Esteban, son acusados injustamente y hechos objeto de violencia de diverso tipo. Estoy seguro que, lamentablemente, son más numerosos hoy que en los primeros tiempos de la Iglesia. ¡Son tantos! Esto sucede especialmente allí donde la libertad religiosa no es todavía garantizada o no es plenamente realizada. Pero también sucede en Países y ambientes en los que sobre los papeles tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde de hecho los creyentes, y especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones. Quisiera pedirles, recemos hoy por estos hermanos y hermanas un momento, en silencio, todos.

Los confiamos a la Virgen: Dios te salve María...

Al cristiano esto no lo maravilla, porque Jesús lo preanunció como ocasión propicia para dar testimonio. Sin embargo, en el plano civil, la injusticia debe ser denunciada y eliminada.
María Reina de los Mártires nos ayude a vivir la Navidad con aquel ardor de fe y amor que refulge en san Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.

Saludos después del Ángelus

Saludo las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones y los particulares fieles procedentes de Roma, de Italia y de cada lugar del mundo. La pausa de estos días ante el pesebre para admirar a María y José junto al Niño, pueda suscitar en todos un generoso empeño de amor recíproco, para que al interno de las familias y de las varias comunidades se viva aquel clima de acuerdo y hermandad que tanto favorece al bien común.

¡Felices fiestas navideñas y buen almuerzo! ¡Hasta pronto!