Friday, December 01, 2006

“La Iglesia no impone a nadie,” dice el Papa en Turquía

de Padre Roberto Mena, S.T.

El Papa reitera que “la misión de la Iglesia no consiste en defender poderes ni obtener riquezas. Su misión es la de donar a Cristo, sin querer imponer nada a nadie”

Viernes, 1 dic- “Permaneced siempre abiertos al Espíritu de Cristo y, por tanto, permaneced atentos a aquellos que tienen sed de justicia, de paz, de dignidad, de consideración para ellos mismos y para los hermanos. Vivid entre vosotros según la palabra del Señor: ‘En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Jn 13,35)

Es la consigna que ha dejado Benedicto XVI a la comunidad católica en Turquía, en la Catedral del Espíritu Santo de Estambul, al terminar esta mañana el quinto Viaje Apostólico de su pontificado. El Papa ha reiterado que “la misión de la Iglesia no consiste en defender poderes ni obtener riquezas. Su misión es la de donar a Cristo... sin querer imponer nada a nadie...”

.En la celebración de la Eucaristía, en acción de gracias al Señor por todos sus dones, el Papa ha expresado también su alegría y su profunda gratitud al Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I y al Patriarca armenio, Mesrob II, que se quisieron unir a esta celebración. “Gesto fraterno”, ha destacado el Santo Padre, que “honra a toda la comunidad católica”.

Tras agradecer y saludar también a las autoridades civiles “por su amable acogida” y, en particular a “todos aquellos que han permitido que pudiera realizar este viaje”, Benedicto XVI ha dirigido asimismo unas palabras de reconocimiento a los representantes de las otras comunidades eclesiales y religiones, presentes también en la misma celebración.

En su homilía, tras reiterar su anhelo de dar gracias a Dios por todo lo que ha cumplido en la historia de los hombres y de invocar sobe todos los dones del Espíritu de santidad, Benedicto XVI ha hecho hincapié en que esta misma catedral del Espíritu Santo, hace veintisiete años, su predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II, auspiciaba que “el alba del nuevo milenio pudiera surgir sobre una Iglesia que ha encontrado su unidad plena, para testimoniar, en medio de las exacerbadas tensiones del mundo, el trascendente amor de Dios, manifestado en su Hijo Jesucristo”. A pesar de que este gran anhelo ecuménico no se haya cumplido aún - ha enfatizado Benedicto XVI – “el Papa sigue deseando que se cumpla”.

Evocando luego la promesa de vida que Dios dirige a su pueblo y que Jesús ha venido a cumplir, el Santo Padre ha recordado la misión de la Iglesia de anunciar a Cristo, “Agua viva”: “En un mundo donde los hombres tienen tanta dificultad para dividir entre ellos los bienes de la tierra y en el que nos empezamos a preocupar, justamente, por la escasez de agua, bien precioso para la vida del cuerpo, la Iglesia descubre su riqueza en un bien aún más grande. Como cuerpo de Cristo ella ha recibido la misión de anunciar su Evangelio hasta los confines de la tierra. Es decir de transmitir a los hombres y a las mujeres de este tiempo una buena nueva que no sólo ilumina, sino que cambia sus vidas, hasta superar y vencer la muerte misma. Esta Buena Nueva no es sólo una Palabra. Es una Persona, Cristo mismo, resucitado y vivo!”.

Tesoro y riqueza que los cristianos anhelan compartir testimoniando el amor de Dios a los hombres. La Iglesia no defiende poderes.

Su misión es la de donar a Cristo y no quiere imponer nada a nadie: “La misión de la Iglesia no consiste en defender poderes ni obtener riquezas. Su misión es la de donar a Cristo, participando la Vida de Cristo, el bien más precioso del hombre que Dios mismo nos da en su Hijo. Hermanos y hermanas, vuestras comunidades conocen el humilde camino de acompañamiento de cada día con aquellos que no comparten nuestra fe, pero que ‘confesando profesar la fe de Abraham adoran con nosotros a un solo Dios, misericordioso’ (Lumen Gentium, n. 16). Bien sabéis que la Iglesia no quiere imponer nada a nadie, que pide simplemente poder vivir libremente para revelar a Aquel que nos ha amado hasta morir en la Cruz y que nos ha dado su Espíritu, presencia viva de Dios en medio de nosotros y en lo más profundo de nosotros mismos”.

Padre Roberto Mena, S.T.

1 comment:

Anonymous said...

Querido Padre Roberto que bueno leer su blog, y queria repetir estas palabras del Santo Padre,los jovenes no vamosa imponer a Cristo vamos a proponerlo y esta sera nuestra mision y debera ser la de todo catolico. Que Dios lo bendiga a usted y a su apostolado.