Friday, May 30, 2014

La vida cristiana no es una fiesta, sino “alegría en esperanza”, dijo el Papa Francisco en su homilía

La vida cristiana no es una fiesta, sino “alegría en esperanza”, dijo el Papa Francisco en su homilía



 “Su tristeza se cambiará en alegría”. Esta promesa de Jesús a sus discípulos fue el centro de la homilía del Papa Francisco de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice proclamó como un himno a la alegría cristiana, que, observó, no se puede comprar, sino sólo recibir como don del Señor. La alegría de los cristianos, dijo, es “alegría en esperanza”.

San Pablo era muy valiente, porque tenía la fuerza del Señor. El Papa Francisco desarrolló su homilía a partir de esta constatación, centrada, como hemos dicho, en la alegría del cristiano. Ciertamente, observó, algunas veces también el Apóstol de las gentes tenía miedo. “Nos sucede a todos nosotros en la vida – añadió – que tengamos un poco de miedo”. Y nos preguntamos – dijo el Papa – si “no sería mejor bajar un poco el nivel y no ser tan cristianos y buscar un compromiso con el mundo”. Pero Pablo – prosiguió – sabía que cuanto “él hacía no les gustaba a los judíos ni a los paganos”, pero no se detiene y por eso debe soportar problemas y persecuciones. Y esto – agregó Francisco – “nos hace pensar en nuestros miedos, en nuestros temores”. A la vez que recordó que también Jesús en el Getsemaní tuvo miedo y angustia. Mientras en su despedida dice claramente a sus discípulos que el “mundo se alegrará” por sus sufrimientos, como sucederá con los primeros mártires en el Coliseo:

“Y nosotros debemos decirnos la verdad: no toda la vida cristiana es una fiesta. ¡No toda! Se llora, tantas veces se llora. Cuando estás enfermo; cuando tienes un problema en tu familia con un hijo, con una hija, la esposa, el marido; cuando ves que el sueldo no alcanza hasta fin de mes y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no puedes pagar la cuota del crédito inmobiliario de la casa y se deben ir… Tantos problemas, tantos que nosotros tenemos. Pero Jesús nos dice: ‘¡No tengas miedo!’. ‘Sí, estarán tristes, llorarán y también la gente se alegrará, la gente que está contra ti’”.
“También hay otra tristeza – prosiguió el Papa –: la tristeza que nos llega a todos nosotros cuando vamos por un camino que no es bueno”. Cuando, “por decirlo sencillamente”, “vamos a comprar la alegría, la alegría, esa del mundo, esa del pecado, al final hay un vacío dentro de nosotros, hay tristeza”. Y ésta – reafirmó – “es la tristeza de la mala alegría”. La alegría cristiana, en cambio, “es alegría en esperanza, que llega”:

“Pero en el momento de la prueba nosotros no la vemos. Es una alegría que es purificada por las pruebas y también por las pruebas de todos los días: ‘Su tristeza se cambiará en alegría’. Pero cuando vas a lo de un enfermo o a lo de una enferma que sufre tanto es difícil decir: ‘¡Ánimo! ¡Coraje! ¡Mañana tendrás alegría!’. ¡No, no se puede decir! Debemos hacerla sentir como la hizo sentir Jesús. También nosotros, cuando estamos precisamente en la oscuridad, que no vemos nada: ‘Yo sé, Señor, que esta tristeza se cambiará en alegría. ¡No sé cómo, pero lo sé!’. Un acto de fe en el Señor. ¡Un acto de fe!”
Para comprender la tristeza que se transforma en alegría – dijo más adelante el Papa – Jesús toma el ejemplo de la mujer que da a luz: “Es verdad, en el parto la mujer sufre tanto, pero después, cuando el niño está con ella, se olvida”. Lo que queda, por tanto, es “la alegría de Jesús, una alegría purificada”. Esa es “la alegría que queda”. Una alegría – reconoció Francisco – “escondida en algunos momentos de la vida, que no se siente en los momentos feos, pero que viene después: una alegría en la esperanza”. Éste, por tanto, “es el mensaje de la Iglesia de hoy: ¡no tener miedo!”:

“Ser valeroso en el sufrimiento y pensar que después viene el Señor, después viene la alegría, después de la oscuridad sale el sol. Que el Señor nos de a todos nosotros esta alegría en la esperanza. Y el signo de que nosotros tenemos esta alegría en esperanza es la paz. Cuántos enfermos, que están en el final de la vida, con los dolores, tienen esa paz en el alma… Ésta es la semilla de la alegría, ésta es la alegría en la esperanza, la paz. ‘¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la oscuridad, en el momento de las dificultades, en el momento de las persecuciones, cuando todos se alegran por tu mal? ¿Tienes paz? Si tienes paz, tú tienes la semilla de aquella alegría que vendrá después’. Que el Señor nos haga comprender estas cosas”.

Thursday, May 29, 2014

mi opinion sobre la entrevista al Papa esta semana

El pasado lunes 26 de mayo,durante el vuelo de regreso de Tierra Santa, el Papa Francisco tuvo el acostumbradoencuentro con periodistas, donde respondió a todo tipo de preguntas: el significado de sus gestos, los abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes, la pobreza de la Iglesia, las elecciones europeas, la paz en Tierra Santa, la unidad de los cristianos, su próximo viaje a Corea, una hipotética renuncia, el proceso de canonización de Pío XII, el encuentro con los líderes de Israel y Palestina, la situación de los divorciados vueltos a casar, y sobre la reforma de la Curia romana.
Pero todo eso da igual. Lo que nos interesa es el sexo de los curas, así que silenciamos la entrevista y todo lo que ha dicho y hecho el Papa en Tierra Santa, y vamos a lo importante, claro. En fin. En los medios sólo se ha hablado con insistencia de la famosa cuestión sobre los “curas casados”, que se incluyó en la pregunta sobre la unidad de los cristianos:
Periodista: Quiero saber si se ha hablado de casos concretos de acercamiento con otras Iglesias. Por ejemplo, si cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia ortodoxa como por ejemplo en el caso de los curas casados, un asunto que se ha puesto de actualidad tras la carta que usted ha recibido de 26 mujeres enamoradas de sacerdotes.  
Papa: La Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero en este momento no hemos hablado de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario, de verdad. Hemos hablado de que la unidad se hace en la calle, haciendo camino. Nosotros jamás podremos llegar a la unidad en un congreso de teología. Hay que caminar juntos, rezar juntos, trabajar juntos.
Y digo “famosa cuestión” porque, de repente, muchos diarios y telediarios se han fijado en esta pregunta y han llegado a afirmar que el Papa, por fin, está dispuesto a abolir el celibato. Ha habido medios que, publicando la entrevista completa, han decidido mutilar esta respuesta del Papa (vea elmundo.es), otros que han decidido parafrasear al Papa y no publicar la entrevista para orientarlo como les convenía, rellenando la noticia con sus opiniones (véase elpais.comabc.es), otros que, directamente, ponen como titular algo que no dijo el Papa y luego tampoco ponen sus palabras (vea publico.es), y otros que se limitan a informar de la noticia (ver larazon.es). De todo hay en los medios, faltaría más. Esto es la libertad.
Aunque hay veces que esto de la libertad de expresión pasa cierta frontera y pasa a convertirse en mentira. Pero, bueno, creo que estamos acostumbrados. Lo raro sería que en ciertos medios se dijera algo positivo de la Iglesia o de los curas. En fin. Curioso. ¡Cuántas páginas y minutos dedicadas al tema! ¡Cuánto les preocupamos los curas! Nos quieren tanto que nos dicen lo que tenemos que hacer con nuestra sexualidad. Ahora resulta que nos quieren tanto que están preocupados porque haya pocos curas y plantean que casarnos haría que hubiera muchos más. En fin. Luego dirán que es la Iglesia la que está obsesionada con el sexo.
Y, de nuevo, el sacerdote de cabecera de El Mundo ha escrito ampliamente sobre el tema (en un artículo que, por cierto, publica ampliado en su famosa web), diciendo que el celibato es algo impuesto por la Iglesia para esclavizar a los sacerdotes y obtener, además, ventajas económicas. Afortunadamente también publican un artículo de opinión en sentido contrario (aunque mucho más breve) de la mano de otro sacerdote y periodista, que nos brinda la ocasión de conocer cómo vive felizmente el celibato. Comienza diciendo: Ni  imposición inhumana, ni modo de ejercer un control sobre los sacerdotes y las finanzas de la Iglesia, ni aberración teológica, ni abuso de autoridad, ni castración de los sentimientos.
El Papa, en su improvisada respuesta, nos recuerda a todos que “en la Iglesia Católica ya hay sacerdotes casados“. La Iglesia cuenta con cierta diversidad de ritos (oriental, copto, etc.) y, en algunos, a los sacerdotes no se les pide ser célibes, aunque sí se le pide a los obispos. Y en otros sí se pide a los obispos y sacerdotes, pero no a los diáconos. Eso sí, en todos, en consonancia con la Sagrada Escritura y el Magisterio, y el modo de vida del mismo Jesucristo, el celibato es tenido en muy alta estima para ejercer cualquiera de los “tres ordenes sacerdotales” (diaconado, presbiterado y episcopado).
Intentaré explicarlo sencillamente. El Verdadero y Único Sacerdote es Jesucristo (célibe), y son los obispos (sucesores de los Apóstoles) quienes ejercen el ministerio sacerdotal con toda propiedad, y son célibes en todos los ritos de la Iglesia Católica. Lo que comúnmente llamamos “sacerdotes” o “curas”, como yo, esos que estamos en las parroquias, no somos más que “ayudantes” del obispo y, en su nombre y con su permiso, ejercemos el sacerdocio. Y aún hay un grado más en este orden, el del diaconado, que, podríamos decir, siguiendo con este lenguaje un poco simplista, son los que ayudan a los curas y al obispo. Cada uno de estos tres tiene sus peculiaridades y tareas propias, no se trata de servidumbres. Sólo se sirve al Señor y en su Iglesia.
Ahora bien, el modo de vivir el ser obispo, sacerdote o diácono, varía un poco según el rito católico en el que se viva. Pero lo hace sólo en ciertas cosas prácticas, no en su esencia e identidad, que en eso siempre hay unidad. El rito más conocido por nosotros en la Iglesia es el “rito latino” o “romano”, que es el que utilizamos en España (aunque tenemos también otros, como el mozárabe), y en él no se pide ser célibe para ser diácono, y sí se pide para ser presbítero también para ser obispoEn otros ritos, tal y como recordaba el Papa, no se pide ser célibe ni en el diaconado ni en el presbiterado, pero sí se pide al obispo.
Pero bueno, sea como sea, el celibato nunca en la historia ha sido un “dogma de fe”. Es una “práctica eclesial” y, como tal, estrictamente hablando, igual que empezó un día, otro día podría terminar. Esto a los periodistas les ha sonado radicalmente novedoso  y creen que se le ha ocurrido ahora al Papa y que, un día de estos, el menos pensado, abogará por el celibato opcional. En fin. Cuánta ignorancia. Eso sí. El hecho de que pudiera cambiar no quiere decir que vaya a hacerse, pues, como él mismo dice en la breve respuesta de antes: “[el celibato es] una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia”. Y con esto el Papa no ha dicho nada nuevo, ha repetido lo mismo que se viene diciendo desde “casi siempre” en la Iglesia (leer Mt19, 12; Lc14, 26; 1Cor7, 32-40, o ver, por ejemplo, elCatecismo de la Iglesia Católica, números 1579, 1580, 1618; o la Encíclica “Coelibatus Sacerdotalis” de Pablo VI; o el número 16 del decreto “Presbyterorum Ordinis)
El celibato no es nuevo, ni siquiera es un invento cristiano. Y la disciplina eclesial del “celibato sacerdotal” como la conocemos hoy día, tampoco es nueva, aunque tampoco está desde el principio. En el Nuevo Testamento el celibato se “aconseja”, pero no se “pide”. Algunos de los apóstoles, de hecho, estaban casados. Es en la vida de la primera Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, y al calor de los llamados Padres de la Iglesia, que el don y carisma del “celibato sacerdotal”  empieza a pedirse, como desarrollo (lógico) de las enseñanzas de Jesucristo. 
En el siglo I y II podemos leer cómo Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía o San Justino, alaban este don del celibato. En el siglo II aparecieron el llamado “orden de las vírgenes” (algo parecido a lo que hoy llamamos consagradas e incluso cierto tipo de monjas), y en el siglo III los eremitas y las primeras comunidades religiosas. En el siglo IV, en el Concilio de Elvira (España, año 300/303) se habla por primera vez de la necesidad del “celibato sacerdotal”, y poco después el Papa Siricio (año 385) escribió: «El Señor Jesús [...] quiso que la forma de la castidad de su Iglesia, de la que él es esposo, irradiara con esplendor [...]. Todos los sacerdotes estamos obligados por la indisoluble ley de estas sanciones, es decir, que desde el día de nuestra ordenación consagramos nuestros corazones y cuerpos a la sobriedad y castidad, para agradar en todo a nuestro Dios en los sacrificios que diariamente le ofrecemos» . Pero la cosa queda oficializa y fijada hasta el siglo XII, en elprimer Concilio de Letrán.
Y aún hay gente, como el sacerdote de cabecera de El Mundo, que se empeña en decir que el “celibato sacerdotal” se impuso en el siglo XVI por razones económicas: para la Iglesia es más barato mantener un cura que una familia y, además, a su muerte, la Iglesia se quedaría con sus posesiones y no su familia.
Y hay más gente aún que se empeña en decir que el celibato fuente de infelicidad y de aberraciones como la pederastia. Tirando del hilo, con esto se puede llegar a decir que Jesús o san Pablo eran infelices y pederastas. (puf, qué horror escribir esto). El celibato no es una represión insana, es una opción libre.
Y también hay gente que dice que un célibe no puede entender el matrimonio, ni hablar de él, ni enseñarnos nada sobre él. Menudo disparate. Pues entonces un casado no puede ni hablar tampoco del celibato, ni un laico de los curas.
Yo soy célibe, “célibe por el reino de los cielos”, para mejor transparentar a Cristo, para mejor servirle en su Iglesia. Y soy feliz. Nadie me ha obligado a ser célibe. Lo he elegido libremente, he respondido libremente a la llamada del Señor, y libremente me he consagrado totalmente a Él. E intento ser fiel. Soy hombre. Soy pecador. Y no soy un bicho raro, me siguen gustando las mujeres, y de alguna me he enamorado, pero, igual que el casado renuncia a otras mujeres para entregarse total y exclusivamente a una, yo, célibe, renuncio también, pero para entregarme total y exclusivamente a Cristo, a la Iglesia, y a la misión encomendada de orar, instruir y cuidar a los creyentes. 
Hoy por hoy, no paro, todo el día trabajando y entregado al Señor. Si tuviera esposa e hijos (cosa maravillosa), no sería capaz de ser sacerdote (o, al menos, como lo soy ahora), y aquellos a quienes hoy sirvo y cuido, tendrían que conformarse con sólo un poco de mí. Ya no me estaría dando por completo, como se dio Cristo. Y yo quiero darlo todo. Mi vida estaría dividida -como dijo san Pablo- y me convertiría en un “cura funcionario” que trabaja de 9 a 17h. deseando llegar a casa para estar con su esposa e hijos. Si alguno quiere consagrarse al Señor y servir a la Iglesia estando casado, puede recibir el primer grado del orden sacerdotal, y hacerse “diácono para ejercer el ministerio de la predicación y ayudar a los sacerdotes en la celebración de los sacramentos, e incluso presidiendo algunos. Pero que no se haga sacerdote, porque andaría dividido. Podría ser muy buen cura en lo que hiciera, pero haría menos y lo haría dividido. Seguro. Nadie puede servir a dos “señoras”, a su esposa y a la Iglesia, porque se dedicaría a la primera y no haría caso de la segunda; o al revés. 

Wednesday, May 28, 2014

El Papa a la OIT: Es inaceptable que el tráfico de personas y el trabajo esclavo continúen en nuestro tiempo

El Papa a la OIT: Es inaceptable que el tráfico de personas y el trabajo esclavo continúen en nuestro tiempo

 El Papa Francisco ha enviado un mensaje al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con motivo de la 103 sesión de la Conferencia de ese organismo que tiene lugar en Ginebra del 28 de Mayo al 12 de Junio de 2014 y cuyo tema es ''Construir un futuro con trabajo decente''. Durante 15 días los trabajadores, empresarios y gobiernos de los 185 Estados Miembros de la OIT discutirán de migración, políticas para el empleo, estrategias contra la informalidad y fortalecimiento de la convención sobre el trabajo forzoso.
''Esta Conferencia -escribe el Papa- se reúne en un momento crucial de la historia económica y social, que plantea retos a todo el mundo. El desempleo está expandiendo trágicamente las fronteras de la pobreza y este hecho puede ser particularmente descorazonador para los jóvenes que podrían fácilmente desmoralizarse, perder el sentido de su valor y sentirse ajenos a la sociedad''.
Otro problema grave, relacionado con el precedente ''es el de la migración de masas: ya el notable número de hombres y mujeres obligados a buscar trabajo fuera de su patria es fuente de preocupación. A pesar de su esperanza en un futuro mejor, con frecuencia encuentran incomprensión y exclusión, por no hablar de cuando su experiencia es la de tragedias y desastres. Habiendo afrontado tantos sacrificios, estos hombres y estas mujeres, no logran a menudo hallar un trabajo decente y se convierten en víctimas de una determinada ''globalización de la indiferencia''. Su situación les expone a ulteriores peligros, como el horror de la trata de seres humanos, el trabajo forzoso y la reducción en esclavitud. Es inaceptable que en nuestro mundo el trabajo hecho por los esclavos, sea moneda de uso corriente ¡No se puede seguir así! La trata de seres humanos es un azote , un crimen contra toda la humanidad. Ha llegado el momento de aunar las fuerzas y de trabajar juntos para liberar a las víctimas de ese tráfico y para desarraigar ese crimen que nos atañe a todos, desde las familias a toda la comunidad mundial''.
Francisco afirma que es hora de reforzar ''las formas de cooperación y de establecer nuevos caminos para incrementar la solidaridad. Para ello es necesario un compromiso renovado en favor de la dignidad de cada persona; mayor decisión para cumplir las normas internacionales del trabajo; la planificación de un desarrollo centrado en la persona como protagonista y beneficiaria principal; una evaluación nueva de las responsabilidades de las multinacionales en los países donde actúan, incluyendo los sectores de la gestión de los beneficios y de la inversión y un esfuerzo coordinado para impulsar a los gobiernos a facilitar los viajes de los emigrantes en beneficio de todos, eliminando de esa forma la trata de seres humanos y las condiciones peligrosas de transporte. La definición de los futuros objetivos de desarrollo sostenible facilitará la cooperación eficaz en estos sectores''.
El Santo Padre concluye recordando que la doctrina social de la Iglesia ''apoya las iniciativas de la OIT centradas en la promoción de la persona y en la dignidad del trabajo'' y alentando a sus miembros a ''enfrentar los retos del mundo actual permaneciendo fieles a esos nobles objetivos''. “Invoco -termina- la bendición de Dios sobre todo lo que hacéis para defender e incrementar la dignidad del trabajo para el bien común de la familia humana''.

En su audiencia general el Papa Francisco agradece a Dios y a cuantos hicieron posible su peregrinación a Tierra Santa

En su audiencia general el Papa Francisco agradece a Dios y a cuantos hicieron posible su peregrinación a Tierra Santa



 ( se actualizó con saludos del Papa)  Al reanudar la tradicional audiencia semanal en la Plaza de San Pedro, y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países, el Papa Francisco dio gracias a Dios y a cuantos hicieron posible su peregrinación a Tierra Santa que concluyó el lunes 26 de mayo.

El Santo Padre explicó los tres propósitos de su peregrinación, a saber: conmemorar el encuentro del Papa Pablo VI y del Patriarca Atenágoras, que definió un gesto profético en el arduo pero esperanzador camino hacia la unidad de los cristianos.

Animar el proceso de paz en Oriente Medio, para lo cual alentó a todos a ser constructores de la paz, agradeciendo asimismo a las autoridades los esfuerzos que realizan en favor de los refugiados y su compromiso para apaciguar los conflictos.

Y confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, a quienes les expresó la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad.




Palabras del Papa Francisco en nuestro idioma: Queridos hermanos y hermanas:

Como saben, fui como peregrino a Tierra Santa. Doy gracias a Dios y a cuantos lo han hecho posible. Esta peregrinación tenía tres propósitos: El primero, conmemorar el encuentro del Papa Pablo VI y del Patriarca Atenágoras, hace 50 años, un gesto profético en el arduo pero esperanzador camino hacia la unidad de los cristianos. Con tal motivo, junto al actual Patriarca de Constantinopla, Su Santidad Bartolomé, hemos rezado pidiendo al Buen Pastor la fuerza necesaria para proseguir con tesón hacia la plena comunión.

El segundo propósito ha sido animar el proceso de paz en Oriente Medio. He querido llevar a todos en el corazón, exhortándolos a ser artesanos de la paz y agradeciendo a las autoridades los esfuerzos en favor de los refugiados y su compromiso por apaciguar los conflictos. Además, he invitado a los presidentes de Israel y de Palestina a venir al Vaticano, para rezar juntos por la paz.

El tercer propósito ha sido confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y expresarles la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor por nuestros hermanos de Tierra Santa, por la paz en Oriente Medio y por la unidad de los cristianos. Muchas gracias.

«¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos! También en sus saludos a los miles de peregrinos de todo el mundo que participaron en su audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco hizo resonar su constante invitación a rezar y a trabajar por la paz en Tierra Santa y en todo Oriente Medio. Alentando asimismo a que la oración sostenga a todos en el camino hacia la unidad plena de la Iglesia.

Tras reiterar que su Viaje Apostólico a Tierra Santa ha sido una gracia para él y para toda la Iglesia, destacó que pudo alentar asimismo a tantas personas que sufren por conflictos, discriminaciones y por causa de su fe en Cristo. «¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!», destacó el Obispo de Roma, con el salmo 133, dirigiéndose a los hermanos y hermanas de lengua árabe, en particular, a los provenientes de Jordania y de Tierra Santa. Y les agradeció por su generosa y afectuosa acogida, asegurándoles - una vez más - que los lleva siempre en su corazón y en sus oraciones, pidiendo al Señor para ellos un bien abundante, una prosperidad continua y una paz duradera.

El Papa Francisco agradeció a los peregrinos polacos y a cuantos con su oración lo han sostenido espiritualmente en los días de su Peregrinación a Tierra Santa y pidió que sigan rezando por todos los que residen en la tierra de Jesús y en todo Oriente Medio: ¡que esta región del mundo pueda gozar la paz y la fraternidad que nuestro Señor Jesucristo nos ha donado a todos!

En vísperas ya de concluir el mes mariano de mayo, dirigiéndose a los jóvenes, enfermos y recién casados, el Santo Padre deseó a los queridos jóvenes «que la Madre de Dios sean su refugio en los momentos más difíciles». A los queridos enfermos, «que los sostenga, para que afronten con valentía su cruz cotidiana». Y, a los queridos recién casados «que sea su referencia, para que sus familias sean hogares de oración y comprensión recíproca». 

En Tierra Santa esperan contra toda esperanza, dijo el Papa después de su peregrinación a la tierra de Jesús

En Tierra Santa esperan contra toda esperanza, dijo el Papa después de su peregrinación a la tierra de Jesús



 (Actualizado con audio completo de la catequesis del Papa en italiano) Tomando la expresión de san Pablo que pondera a Abrahán porque confiado en Dios “esperó contra toda esperanza”, el Obispo de Roma dijo que en su peregrinación a Tierra Santa fue una verdadera gracia del Señor, “he querido llevar una palabra de esperanza ¡pero también la he recibido a su vez! La he recibido de hermanos y hermanas que ‘esperan contra toda esperanza’ (Rm.4, 18), a pesar de tantos sufrimientos”, como aquel de los que han tenido que huir de su país y el de los discriminados y despreciados a causa de su fe.

El Sucesor de Pedro llamó “tierra bendita”, a la que “ha visto la presencia histórica de Jesús y donde se han verificado los eventos fundamentales para el Hebraísmo, el Cristianismo y el Islam”, y recordó los tres objetivos de su peregrinación. Primero: conmemorar con el Patriarca Bartolomeo el 50 aniversario del histórico encuentro entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, también en Tierra Santa. Segundo: animar el proceso de paz en Oriente Medio, invitando en nombre de Dios y de los hombres a ser artesanos del Paz; agradeciendo a las autoridades los esfuerzos en favor de los refugiados y su compromiso por apaciguar los conflictos. El Pontífice recordó también su invitación a los presidentes de Israel y Palestina a venir al Vaticano para rezar juntos por la paz. Y explicó que el tercer propósito fue confirmar en la fe a las comunidades cristianas que sufren tanto, y expresarles la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad.

El Vicario de Cristo insistió a la multitud de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza del Santuario de San Pedro en Roma para la catequesis, con su pedido de oración por los cristianos de Tierra Santa, por la paz en Medio Oriente y por la unidad de los cristianos.

(jesuita Guillermo Ortiz – RV).


Texto completo de la catequesis del Papa dedicada a su peregrinación a Tierra Santa 

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!


En los últimos días, como ustedes saben, peregriné a Tierra Santa. Ha sido un gran don para la Iglesia, y le doy gracias a Dios. Él me guió en aquella Tierra bendita, ¡tierra bendita! que vio la presencia histórica de Jesús y donde se han verificado eventos fundamentales para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Deseo renovar mi cordial agradecimiento a Su Beatitud el Patriarca Fouad Twal, a los obispos de los diversos ritos, a los sacerdotes, a los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. ¡Pero estos franciscanos son buenos! El trabajo de ellos, los que ellos hacen es buenísimo. Mi gratitud se dirige también a la Autoridades de Jordania, de Israel y Palestina, que me acogieron con tanta cortesía, diría también con amistad, así como a todos los que han colaborado para lograr la visita.

1. El propósito principal de esta peregrinación fue conmemorar el 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras. Aquella fue la primera vez que un sucesor de Pedro visitó Tierra Santa: Pablo VI inauguraba así, durante el Concilio Vaticano II, los viajes extra italianos de los Papas en la época contemporánea. Ese gesto profético del Obispo de Roma y del Patriarca de Constantinopla marcó un hito en el camino sufrido pero prometedor para la unidad de todos los cristianos, que desde entonces ha logrado avances significativos. Por esto es que mi encuentro con Su Santidad Bartolomé, amado hermano en Cristo, ha representado el punto culminante de la visita. Juntos rezamos en el Sepulcro de Jesús, y con nosotros estaban el Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III y el Patriarca Armenio Apostólico Nourhan, así como arzobispos y obispos de diferentes iglesias y comunidades, autoridades civiles y muchos de los fieles. En aquel lugar donde resonó el anuncio de la Resurrección, sentimos toda la amargura y el sufrimiento de las divisiones que aún existen entre los discípulos de Cristo. Y de verdad esto hace tanto mal, mal al corazón ¡estamos todavía divididos! En aquel lugar donde precisamente ha resonado el anuncio de la resurrección, donde Jesús nos da la vida, ¡todavía nosotros estamos un poco divididos!

Pero, sobre todo, en aquella celebración, cargada de mutua fraternidad, de estima y de afecto, percibimos, fuerte, la voz del Buen Pastor Resucitado, que quiere hacer de todas sus ovejas un solo rebaño; sentimos el deseo de sanar las heridas aún abiertas y proseguir con tenacidad el camino hacia la plena comunión. Una vez más, como lo han hecho los Papas anteriores, yo pido perdón por lo que nosotros hemos hecho para favorecer esta división y pido al Espíritu Santo que nos ayude a sanar las heridas que nosotros hemos provocado a los otros hermanos. Todos somos hermanos en Cristo y con el Patriarca Bartolomé somos amigos, hermanos y hemos compartido las ganas de caminar juntos, de hacer todo lo que desde hoy podemos hacer, rezar juntos, trabajar juntos por el rebaño de Dios, buscar la paz, custodiar la creación. Tantas cosas que tenemos en común. Y como hermanos tenemos que seguir adelante.

2. Otro de los propósitos de esta peregrinación fue el de animar, en aquella región, el camino hacia la paz, que es al mismo tiempo un don de Dios y compromiso de los hombres. Lo hice en Jordania, Palestina, e Israel. Y lo hice siempre como peregrino, en el nombre de Dios y del hombre, llevando en el corazón una gran compasión por los hijos de aquella Tierra ¡que desde hace demasiado tiempo conviven con la guerra y que tienen el derecho de conocer finalmente días de paz!

Por ello insté a los fieles cristianos a dejarse "ungir" con corazón abierto y dócil por el Espíritu Santo, para ser cada vez más capaces de gestos de humildad, de fraternidad y de reconciliación.¡Humildad, fraternidad, reconciliación! El Espíritu hace posible tomar estas actitudes en la vida cotidiana, con personas de diferentes culturas y religiones, para llegar a ser así "artesanos" de la paz. La paz se construye artesanalmente. No hay industrias de paz. Se hace cada día artesanalmente y también con el corazón abierto para que venga el donde Dios. Por esto, he exhortado a los fieles cristianos a dejarse ungir.

En Jordania di las gracias a las Autoridades y al pueblo por sus esfuerzos en la acogida de numerosos refugiados provenientes de las zonas de guerra, un esfuerzo humanitario que merece y requiere el continuo apoyo de la Comunidad internacional. He quedado impresionado por la generosidad del pueblo jordano para recibir a los refugiados, tantos que huyen de la guerra en aquella zona. Que el Señor bendiga este pueblo acogedor, lo bendiga tanto. Y nosotros tenemos que rezar para que el Señor bendiga esta acogida y pedir a todas las instituciones internacionales que ayuden a este pueblo en este trabajo de acogida que realiza. También durante la peregrinación en otros lugares, animé a las Autoridades competentes a que continúen sus esfuerzos para aliviar las tensiones en la zona de Oriente Medio, sobre todo en la martirizada Siria, así como que prosigan con la búsqueda de una justa solución al conflicto palestino-israelí. Por eso invité al Presidente de Israel y al Presidente de Palestina, ambos hombres de paz y constructores de paz, a venir al Vaticano para rezar conmigo por la paz. Y por favor, les pido a ustedes que no nos dejen solos: ¡ustedes recen, recen tanto para que el Señor nos de la paz, nos de la paz en aquella tierra bendita! Cuento con sus oraciones. Recen fuerte en este tiempo, recen tanto para que llegue la paz.

3. Esta peregrinación a Tierra Santa ha sido también ocasión para confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y expresé la gratitud de toda la Iglesia por la presencia de los cristianos en aquella zona y en todo el Medio Oriente. Estos hermanos nuestros son valientes testigos de esperanza y de caridad, “sal y luz” en aquella Tierra. Con su vida de fe y de oración y con la apreciada actividad educativa y asistencial, ellos obran en favor de la reconciliación y del perdón, contribuyendo al bien común de la sociedad.

Con esta peregrinación, que ha sido una verdadera gracia del Señor, he querido llevar una palabra de esperanza, pero a su vez, ¡también la he recibido! La he recibido de los hermanos y hermanas que esperan “contra toda esperanza” (Rm 4,18), a pesar de tantos sufrimientos, como el de aquellos que han tenido que huir de su propio país a causa de los conflictos; como el de cuántos en diversas partes del mundo, son discriminados y despreciados a causa de su fe en Cristo. ¡Continuemos a estarles cerca! Recemos por ellos y por la paz en Tierra Santa y en todo Medio Oriente. Que la oración de toda la Iglesia sostenga también el camino hacia la plena unidad entre los cristianos, para que el mundo crea en el amor de Dios, que en Jesucristo, ha venido a habitar en medio de nosotros. Y los invito a todos ahora a rezar juntos, a rezar juntos a la Virgen, Reina de la Paz, Reina de la unidad entre los cristianos, la mamá de todos los cristianos: que Ella nos de paz, a todo el mundo, y que Ella nos acompañe en este camino de unidad. (Ave María)...

Tuesday, May 27, 2014

Detalles de conferencia que dio a los periodistas el Papa Francisco despues de su visita a Tierra Santa

El Papa Francisco cumplió lo prometido a los periodistas en el viaje de ida a Tierra Santa y en el vuelo de regreso a Roma ofreció una rueda de prensa en la que habló durante unos 45 minutos de diversos temas de actualidad como los abusos sexuales, las relaciones con los ortodoxos, la comunión para los divorciados en nueva unión e incluso reveló que en enero próximo viajará a Sri Lanka y Filpinas, a la zona devastada hace unos meses por un tsunami.
A continuación, el texto completo de la entrevista publicada por el diario español La Razón:
-Santo Padre, en estos días hizo varios gestos que dieron la vuelta al mundo: la mano en el muro de Belén, la señal de la cruz, el beso a los sobrevivientes hoy en el Memorial del Holocausto, el beso al Santo Sepulcro junto a Bartolomé... Queríamos preguntarle si estos gestos los pensó y por qué los pensó. ¿Y si se imaginó cuáles serán los efectos de estos gestos de enorme entidad como por ejemplo la invitación a Peres y a Abbas a ir al Vaticano?
- Los gestos, los que son más auténticos, son los que no se piensan, son los que surgen, vienen. Yo pensé, bueno, se podrá hacer algo, pero los gestos concretos, ninguno fue pensado en sí. La invitación a los dos presidentes a la oración, esto sí fue pensado un poco, pero de hacerlo allá (en Israel), pero había tantos problemas logísticos –ellos tienen que tener en cuenta el territorio, dónde se hace y no es fácil. Al final espero que salga bien. Pero no fueron pensados, no sé, a mi me sale de hacer algo de espontáneo. Es así.
-Usted habló con palabras muy duras contra el abuso sexual de menores de parte de los sacerdotes, usted creó una comisión para enfrentar mejor este problema a nivel de la Iglesia universal. Sabemos que en todas las iglesias locales hay normas que exigen una fuerte obligación moral y a menudo legal a colaborar con las autoridades civiles locales. ¿Qué hará usted si hay un obispo que no ha observado estas normas, se lo excluye, se le pide que dimita u otras sanciones? ¿Cómo se puede enfrentar en sentido práctico?
-En la Argentina a los privilegiados les decimos "este es un hijo de papá" y en este problema no habrá "hijos de papá". En este momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está condenado y se está estudiando la pena que hay que hacer. No existen privilegios. Sobre este tema de los menores es un delito tan feo, tan, lo sabemos que es un problema grave en muchos lados, pero a mí me interesa la Iglesia.
¿Qué nos aporta quién hace esto? Traiciona el cuerpo del Señor porque estos sacerdotes que deben llevar este niño, esta niña, este muchacho, esta muchacha a la santidad, y este niño, esta niña, confían. Y estos sacerdotes en cambio de llevarlos a la santidad, abusan. Y esto es gravísimo. Es como... Les haré una comparación: es como una misa negra, por ejemplo: tú tienes que llevarlo a la santidad y lo llevas a un problema que va a durar toda la vida.
Y la próxima semana, no, creo que será el 6 o el 7 junio, los primeros días del mes, va a haber una misa con 6 u ocho personas abusadas en Santa Marta y después, una reunión con ellos. Son personas que son de Alemania, dos de Inglaterra o Irlanda... Serán unos ocho, con el Cardenal O'Malley, de la comisión. Pero sobre esto tenemos que seguir adelante, adelante. ¡Tolerancia cero!
- Desde el primer día de su pontificado usted ha lanzado este mensaje fuerte de una Iglesia pobre, simple y austera. Pero a veces vemos situaciones y escándalos, como por ejemplo el del apartamento del Cardenal Bertone, la famosa fiesta el día de las canonizaciones o, volviendo al Cardenal Bertone, la supuesta malversación de 15 millones de euros. ¿Qué pretende hacer para que no haya contradicciones con su mensaje?
- El mismo Jesús una vez, según se dice en los Evangelios, le dijo a sus discípulos que es inevitable que haya escándalos, porque somos humanos y pecadores todos. Habrá, habrá escándalos. La cuestión es tratar de evitar que haya de más. En la administración económica se necesita honestidad y transparencia. Las dos comisiones, la que ha estudiado el IOR y a que ha estudiado el Vaticano, han llegado a sus conclusiones y ahora el ministerio, la secretaria de Economía que dirige el Cardenal Pell, llevará delante las reformas que estas comisiones han aconsejados.
Pero seguirá habiendo escándalo, los habrá siempre porque somos humanos. Las reformas deben de ser continuas. Los padres de la Iglesia decían que la Iglesia debía ser siempre reformada. Debemos estar atentos y reformar a diario la Iglesia, porque somos pecadores, somos débiles. La administración que esta Secretaría de Economía lleva adelante ayudará mucho a evitar escándalos y problemas.
Por ejemplo, en el IOR creo que hasta este momento se han cerrado 1.600 cuentas de personas que no tenían derecho a tener una cuenta en el IOR. El IOR está para ayudar a la Iglesia, tienen derecho a tener una cuenta los obispos, las diócesis, los empleados del Vaticano... Pero no tiene derecho las embajadas... No es una cosa abierta. Quiero decir una cosa a la pregunta que me ha hecho sobre el asunto de los 15 millones, Es una cosa que se está estudiando, o está clara. Quizás sea verdad, pero en este momento no es definitivo, está bajo estudio.
-¿Le preocupa el crecimiento del populismo que se manifestado en las elecciones europeas?
-Yo estos días he tenido tiempo de rezar un poco el Padre Nuestro, pero no tengo noticias de las elecciones europeas. Sé que se habla de la confianza o desconfianza en Europa, que algunos quieren salir del euro... Yo de eso no entiendo nada. Pero hay una palabra clave: desocupación. Eso es grave y yo lo interpreto así simplificando: estamos en un sistema económico múltiple que coloca en el centro el dinero, no la persona humana.
Un verdadero sistema económico tiene que tener en el centro al hombre y a la mujer. Este sistema económico que tenemos coloca en el centro al dinero y para equilibrarse debe llevar a cabo algunas medidas de descarte: se descarta a los niños, como lo indican las cifras de nacimientos en Europa. Y se descartan los ancianos.
Ahora van en su busca porque son jubilados y los necesitan, pero los ancianos se descartan, incluso con situaciones de eutanasia oculta en muchos países. Y en esto momento se descartan los jóvenes, y eso es gravísimo. En Italia, creo que la desocupación juvenil está sobre el 40%. En España es el 50% y en Andalucía, en el sur de España, el 60%... Esto significa que hay una generación de ni-ni, que ni estudian ni trabajan, y esto es gravísimo, se descartan una generación de jóvenes. Esta cultura del descarte es gravísima. Este sistema económico es inhumano.
-¿Qué se puede hacer para que en Jerusalén arraigue una paz estable y duradera?
-Hay tantas propuestas... La Iglesia Católica ya ha establecido su posición desde el punto de vista religioso, la ciudad de la paz y de las tres religiones. Pero las medidas concretas por la paz deben salir de la negociación. Si en esta parte tiene que estar la capital del Estado, o si en cual otra... Pero esto son hipótesis que yo no me siento competente para decir se haga esto o lo otro, sería una locura por mi parte. Pero creo que se debe negociar con honestidad, hermandad, mucha confianza.
Se necesita valentía para hacer esto y yo rezo mucho para que estos dirigentes tengan la valentía de recorrer el camino de la paz. Yo solo puedo decir lo que la Iglesia ha dicho siempre, que Jerusalén sea custodiada como la capital de las tres religiones. Una ciudad santa, de paz, de religión.
-Quiero saber si se ha hablado de casos concretos de acercamiento con otras Iglesias. Por ejemplo, si cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia ortodoxa como por ejemplo en el caso de los curas casados, un asunto que se ha puesto de actualidad tras la carta que usted ha recibido de 26 mujeres enamoradas de sacerdotes.
-La Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero en este momento no hemos hablado de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario, de verdad. Hemos hablado de que la unidad se hace en la calle, haciendo camino. Nosotros jamás podremos llegar a la unidad en un congreso de teología. Hay que caminar juntos, rezar juntos, trabajar juntos.
-Su próximo viaje va a ser a Corea del Sur. Le preguntaré sobre Asia. En diferentes países, como Corea y China, no hay libertad religiosa ni de expresión. ¿Qué tipo de acciones tomara frente a las personas que sufren estas situaciones?
-Respecto a Asia, hay dos viajes programados. Primero, el de Corea del Sur para el encuentro de jóvenes cristianos. Y en enero próximo, un viaje de dos días a Sri Lanka, y luego a Filipinas a la zona que tuvo el tsunami. El problema de la falta de libertad para practicar la religión no es sólo de algunos países asiáticos. También se da en otros países del mundo.
La libertad religiosa es algo que no todos los países tienen. Algunos tienen un control más fácil y tranquilo, otros toman medidas que acaban en una verdadera persecución. Hay mártires. Hay mártires hoy. Mártires cristianos, católicos y no católicos. Hay lugares donde no puedes llevar un crucifijo o leer la Biblia, donde no puedes enseñar el catecismo.
Hoy yo creo, si no me equivoco, que hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia. Debemos acercarnos a estos casos con prudencia para ayudar, debemos rezar tanto por estas Iglesias que sufren. También los obispos y la Santa Sede trabajan para ayudar a los cristianos de estos países.
Pero no es una cosa fácil. Te digo una cosa: en un país está prohibido rezar juntos. Los cristianos quieren celebrar la Eucaristía. Hay un señor que trabaja como obrero que es sacerdote. Hacen como que toman el té y celebran la misa. Esto sucede hoy.
-¿Si en un día muy lejano se siente sin las fuerzas suficientes, haría la misma elección de su predecesor, renunciado al pontificado?
-Haré lo que el Señor me diga que debo hacer: rezar y buscar la voluntad de Dios. Creo que Benedicto XVI no es un caso único. Ha sucedido que no tenía las fuerzas y honestamente, un hombre de fe tan humilde, ha tomado esta decisión. Creo que él es una institución.
Hace 70 años no existían los obispos eméritos. Ahora hay muchos. ¿Qué pasará con los Papas eméritos? Creo que debemos mirar como institución que él abrió una puerta, la de los Papas eméritos. Si habrá más, lo sabe Dios. Pero esa puerta está abierta. Creo que un obispo de Roma que siente que bajan sus fuerzas debe hacerse las mismas preguntas que se hizo el Papa Benedicto.
-¿Queríamos saber si se piensa seguir adelante con la causa de Pío XII o se quiere esperar antes de tomar alguna decisión?
-La causa de Pío XII está abierta. Me he informado y todavía no hay ningún milagro. Hace falta un milagro para seguir adelante. Debemos esperar cómo va la realidad de esa causa. La verdad es esa, no hay milagros. Hace falta al menos uno para la beatificación.
-Es usted un líder político y espiritual, que abre muchas expectativas con iniciativas como el encuentro con los líderes de Israel y Palestina. También en la Iglesia hay muchas esperanzas de cambio, como ocurre con la situación de los divorciados. ¿No le parece que está poniendo demasiada carne en el asador? ¿No teme que haya abierto demasiados frentes y demasiadas expectativas?
-Este encuentro en el Vaticano será un encuentro de oración. No será para hacer una mediación o buscar una solución. Sera oración y después vuelven a casa. Pero yo creo que la oración es importante. Rezar juntos, sin entrar en discusiones... Será un encuentro de oración. Habrá un rabino, un musulmán, y yo. He pedido al Custodio de Tierra Santa organizar las cosas prácticas.
Le agradezco la pregunta sobre los divorciados. El Sínodo será sobre la familia, sus problemas, sobre la riqueza de la familia, la situación actual de la familia. La presentación preliminar que hizo el Cardenal Kasper tenía cinco capítulos. Cuatro sobre las cosas bonitas de la familia desde el aspecto teológico, las problemáticas familiares, el problema pastoral de las separaciones, la nulidad matrimonial, los divorciados y el problema de la comunión... A mí no me ha gustado que tantas personas, incluso en la Iglesia, sacerdotes, etc. hablasen de la comunión a los divorciados como si todo se redujese a una casuística.
Sabemos que hay una crisis de la familia. Los jóvenes no quieren casarse o no se casan, conviven...Yo no querría que entrásemos en la casuística: lo que se puede hacer o no se puede hacer... Por eso agradezco tanto esta pregunta, pues me da la oportunidad de clarificar. El problema pastoral de la familia es muy, muy amplio y no se debe deshojar caso a caso. Lo que el Papa Benedicto dijo tres veces –una vez en Alto Adige, otra en Milán y otra en un consistorio– es que hay que estudiar los procedimientos de nulidad matrimonial.
Estudiar la fe con la que una persona va al matrimonio, y clarificar que los divorciados no son extraños. Muchas veces se les trata como si lo fuesen. Estoy seguro de que ha sido el Espíritu del Señor el que nos ha guiado a escoger este tema para el Sínodo. La familia necesita mucha ayuda pastoral.
-¿Qué obstáculos está encontrando en la reforma de la Curia romana?
-El primer obstáculo soy yo... (risas). No recuerdo la fecha, pero un mes después de mi elección, se nombró el consejo de los ocho cardenales, y está estudiando todo el sistema del Vaticano. Uno de los puntos claves es el económico y por esto tienen que trabajar de forma conjunta con la secretaría de Estado.
Ahora en julio tenemos cuatro días de trabajo y en septiembre otra vez. Los resultados todavía no se ven todos. Los obstáculos son los normales de cualquier proceso. Limpiar el camino, el trabajo de persuasión... Hay personas que no lo ven claro. Se está trabajando mucho con la persuasión.

Friday, May 23, 2014

El Papa Francisco encomienda su peregrinación a la Madre de Dios






El Papa Francisco encomienda su peregrinación a la Madre de Dios


















 En la víspera de su Viaje Apostólico a Tierra Santa, el Papa Bergoglio, fue de forma privada, a primera hora de la mañana, a la Basílica papal de Santa María la Mayor, para rezar y encomendarle a la Virgen su inminente peregrinación a la Tierra de Jesús, que comienza el 24 de mayo, memoria de María Auxiliadora, y termina el 26. Después de la oración, que duró unos 15 minutos, el Obispo de Roma le ofreció un ramo de rosas a la Salus populi romani.


Thursday, May 22, 2014

Papa Francisco: La vocación cristiana es permanecer en el amor de Dios

En Sta. Marta: la vocación cristiana es permanecer en el amor de Dios

El santo padre Francisco en la homilí­a de este jueves: 'el amor a Jesús nos lleva a cumplir los mandamientos de manera natural'. La alegría es un sello del cristiano

Ciudad del Vaticano,  

La alegría es "el sigilo del cristiano", también en los dolores y en las tribulaciones. Así lo ha afirmado el Santo Padre en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. Además, el Papa ha reiterado que es imposible que un cristiano sea triste y ha subrayado que es el Espíritu Santo quien nos enseña a amar y nos llena de alegría.
Francisco ha recordado que Jesús antes de subir al Cielo habló de muchas cosas, pero se detenía siempre en "tres palabras clave": paz, amor y alegría. Sobre la paz, indica el Papa, Jesús "decía que no nos da la paz como nos la da el mundo", sino que nos da una "paz para siempre". Sobre el amor dijo muchas veces "que el mandamiento era amar a Dios y amar al prójimo" y ha hecho casi un "protocolo", en Mateo 25, "sobre el que todos seremos juzgados". Así, señalado el Evagelio de hoy, Francisco ha indicado que "Jesús sobre el amor dice una cosa nueva: 'no solo amad, sino permaneced en mi amor'".
El Pontífice ha explicado que "la vocación cristiana es esto: permanecer en el amor de Dios, es decir, respirar, vivir de ese oxígeno, vivir de ese aire. Y con esto cierra la profundidad de su discursos sobre el amor y va adelante. ¿Y cómo es el amor? 'Como el Padre me ha amado, también yo les he amado'. Y un amor que viene del Padre. La relación de amor entre Él y el Padre es también una relación de amor entre Él y nosotros. Y a nosotros nos pide que permanezcamos en este amor, que viene del Padre".
"Una paz -ha proseguido- que no viene del mundo, la da Él, que viene del Padre". De este modo, Francisco se ha detenido sobre la exhortación de Jesús: "permaneced en mi amor". El signo de que nosotros "permanecemos en el amor de Jesús", ha destacado el Papa, "es cumpir los mandamientos", no basta seguirle. "Cuando nosotros permanecemos en el amor, son los mandamiento que vienen solos, del amor". El amor, "nos lleva a cumplir los mandamientos, así, naturalmente. La raíz del amor florece en los mandamientos", ha explicado. Y estos, son "como el hilo" que une una "cadena: el Padre, Jesús, nosotros".
Por otro lado, el Pontífice ha proseguido hablando de la alegría: "la alegría, que es como el signo del cristiano. Un cristiano sin alegría o no es cristiano o está enfermo. ¡No hay otra! ¡Su salud no va bien allí! La salud cristiana. ¡La alegría! Un vez dije que hay cristianos con cara de pimientos en vinagre...¡Siempre la cara así! También el alma así, ¡esto es feo! Estos no son cristianos. Un cristiano sin alegría no es cristiano. Es como el sello del cristiano, la alegría. También en los dolores, en las tribulaciones, en las persecuciones".
Haciendo referencia a los primeros mártires, Francisco ha recordado que se decía que iban "al martirio como si fueran de boda". Es la alegría del cristiano "que guarda la paz y guarda el amor", ha señalado. Paz, amor y alegría, "tres palabras que Jesús nos deja". Y ha añadido que esta paz y este amor nos lo da el Espíritu Santo.
Y a propósito del Espíritu Santo, Francisco ha observado que es "el gran olvidado de nuestra vida". Por eso, al concluir la homilía, el Pontífice ha indicado que "yo quisiera preguntaros -pero no lo haré, ¡eh!, preguntaros: ¿cuántos de vosotros rezáis al Espíritu Santo? No levantéis la mano... Es el gran olvidado, ¡el gran olvidado! Y Él es el don, el don que nos da la paz, que nos enseña a amar y que nos llena de alegría. En la oración hemos pedido esto al Señor: 'Guarda tu don'. Hemos pedido la gracia que el Señor guarde el Espíritu Santo en nosotros. El Señor nos dé esta gracia: de guardar siempre en Espíritu Santo en nosotros, ese Espíritu que nos enseña a amar, nos llena de alegría y nos da la paz".

Wednesday, May 21, 2014

Catolicos a nuestra manera?

FE Y RAZÓN
"Omne verum, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est"
Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo
(Santo Tomás de Aquino)
Soy católico, pero no voy a misa. En realidad creo en Dios, pero no en la Iglesia. Las respuestas que seguramente recibirás, con algunas variantes, irán en esta dirección. ¿Que encierra este "soy católico"? Probablemente un sentimiento de pertenencia, que vendrá por el Bautismo o la primera Comunión, o por el vínculo con algún colegio católico, nunca falta tampoco, quien guarda un grato recuerdo de su paso en la niñez o juventud, por ser como lo llama, un "ayudante en la misa".
Soy católico a mi manera. Esta frase, no solo no tiene ningún fundamento, sino que en sí misma es contradictoria. Utilizarla es afirmar y negar una realidad al mismo tiempo, lo que resulta imposible. Quien hace esta afirmación, desconoce el carácter de revelación que tiene la religión cristiana. Las verdades reveladas no son realidades que se nos presentan "a la carta", para que cada uno, como en un restaurante, vaya eligiendo, por un lado las que más le agradan y por el otro, rechazando las que le desagradan. La fe católica tiene su fundamento en la revelación de Dios.
Y aquí tenemos, unas características muy concretas:
Dios se manifiesta dándose a conocer. Esto supone un marco posible de comprensión por parte del hombre. El hombre puede entrar en esta relación con Dios por ser criatura suya, y haber sido dotado por Él, de la potencialidad necesaria para vivir esta comunicación. También esta afirmación supone una comprensión de Dios, muy concreta, que manifiesta su voluntad de darse a conocer. Por otra parte, se desprende que el hombre no puede alcanzar el conocimiento de lo que Dios es en sí, si éste no se lo revela. Podemos por la razón afirmar la existencia de Dios y sus atributos. Como dice san Pablo a los romanos: podemos elevarnos por medio de las criaturas al Creador. Ellas manifiestan al hombre una acción superior. Pero, quién es Él en sí, únicamente podemos alcanzarlo por la Revelación. Una acción que tiene su iniciativa en Dios.
Dios nos da a conocer quién es Él y cual es su plan de salvación. Esta acción de Dios, se realiza progresivamente y alcanza su "plenitud" en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Con Él, Dios lleva a término su Revelación. Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios a los hombres. Ya no es un mensaje que envía a través de un mensajero, sea ángel, profeta o un rey, ahora el mensaje y su emisario son uno y el mismo. Este es Evangelio, es decir, buena noticia de Jesucristo el Hijo de Dios. Toda su existencia es Palabra de Dios, que concreta en la "carne humana" el misterio más insondable que se denomina "Dios con nosotros". A los pastores, se les anuncia un signo y se les comunica una "gran alegría", ha nacido el salvador. Se concreta en la carne el anuncio esperado, y de modo inaudito la realidad limitada ahora es habitada por Dios.
La vida de Jesús es la clave que abre las puertas de la existencia humana. Sus palabras y obras, son y siempre serán, sobre la existencia humana la Verdad ¿Quiénes conservaron el tesoro de sus enseñanzas y las verdades encerradas en los acontecimientos de su vida?¿Quiso Él guardar, de algún modo concreto, el tesoro de su paso en medio nuestro?
Sí, la Iglesia nace de este deseo de Jesús por comunicar esas verdades a todas las generaciones, y no solo intelectualmente, sino celebrándolas en la fe. Luego de la Pascua, el testimonio ocular de los testigos, es iluminado por la acción del Espíritu Santo que los conduce a la verdad plena. De allí, que el Espíritu Santo y los obispos, como sucesores de los apóstoles, garantizan en una única acción, la proclamación de esta verdad plena a todos los hombres de todos los tiempos. Esta acción ininterrumpida, fruto de la fidelidad de Dios, es obra del Espíritu Santo en la Iglesia. Como dice san Pablo: Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad.
Soy católico a mi manera. Una afirmación tan sencilla, encierra errores muy importantes que no debemos soslayar. No somos un grupo de amigos que con el transcurso del tiempo, interpretamos lo que Jesús nos enseñó, y le vamos dando un toque más liberal o pragmático. Tampoco nuestro credo debe ser considerado, como la "carta de un restaurante", que nos permite seleccionar lo que más no apetece. No hay católicos a su manera. Hay católicos prácticos, y otros que no lo son. Han recibido el Bautismo, y esto tiene gran importancia, pero lamentablemente ha quedado en una foto o en alguna filmación

Dios perdona siempre, la naturaleza no: el Papa en la catequesis

Dios perdona siempre, la naturaleza no: el Papa en la catequesis





Lo que nos lleva a percibir la grandeza de Dios y su amor por las creaturas es un don del Espíritu; el don de ciencia –explicó el Obispo de Roma en su catequesis sobre los dones del Espíritu Santo-. Dijo que aquí no se trata de la ciencia del conocimiento humano de la naturaleza, sino el don del Espíritu que Dios nos da que provoca en nosotros estupor y sentido de gratitud con Dios y nos lleva a alabar a Dios y agradecerle por toda la belleza que nos ha dado, siguiendo las huelas de santos como Francisco de Asís.

El don de ciencia del Espíritu -expresó el Francisco- nos pone en sintonía con la mirada de Dios sobre las cosas y sobre las personas. “Una mirada bondadosa y respetuosa, que nos advierte del peligro de creernos dueños absolutos de la creación, disponiendo de ella a nuestro antojo, sin límites”. El Papa manifestó que “la creación no es propiedad nuestra, ni, menos aún, sólo de algunos, sino un don maravilloso que Dios nos ha dado para que la cuidemos y la utilicemos con respeto en beneficio de todos”. El Sucesor de Pedro insistió en la necesidad de custodiar la creación. Porque custodiar la creación es custodiar el don de Dios. Si destruimos la creación la creación nos destruirá a nosotros. “Dios perdona pero la naturaleza no”, afirmó el Vicario de Cristo.



Texto completo de la catequesis del Papa traducida y doblada al español


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

hoy queremos resaltar otro don del Espíritu Santo, el don de ciencia. Cuando se habla de ciencia, el pensamiento va inmediatamente a la capacidad del hombre de conocer siempre mejor la realidad que lo circunda y de descubrir las leyes que regulan la naturaleza y el universo. Pero la ciencia que viene del Espíritu Santo no se limita al conocimiento humano: es un don especial que nos lleva a percibir, a través de la creación, la grandeza y el amor de Dios y su relación profunda con cada criatura.


1- Cuando nuestros ojos son iluminados por el Espíritu Santo, se abren a la contemplación de Dios, en la belleza de la naturaleza y en la grandiosidad del cosmos, y nos llevan a descubrir cómo cada cosa nos habla de Él, cada cosa nos habla de su amor. ¡Todo esto suscita en nosotros gran estupor y un profundo sentido de gratitud! Es la sensación que sentimos también cuando admiramos una obra de arte o cualquier maravilla que sea fruto del ingenio y de la creatividad del hombre: de frente a todo esto, el Espíritu nos lleva a alabar al Señor desde lo profundo de nuestro corazón y a reconocer, en todo lo que tenemos y somos, un don inestimable de Dios y un signo de su infinito amor por nosotros.


2- En el primer capítulo del Génesis, precisamente al inicio de toda la Biblia, se pone en evidencia que Dios se complace de su creación, subrayando repetidamente la belleza y la bondad de cada cosa. Al final de cada jornada, está escrito: “Dios vio que era cosa buena” (1,12.18.21.25). Pero si Dios ve que la creación es una cosa buena y una cosa bella, también nosotros tenemos que tener esta actitud: de ver que la creación es cosa buena y bella. Y con el don de la ciencia, por esta belleza, alabamos a Dios, agradecemos a Dios por habernos dado ¡tanta belleza! Y este es el camino. Y cuando Dios terminó de crear al hombre no dijo “vio que era cosa buena”, dijo que era “muy buena”, nos acerca a Él. Y a los ojos de Dios nosotros somos lo más bello, lo más grande, lo más bueno de la creación. Pero padre, ¿los ángeles? ¡No! Los ángeles están más abajo nuestro, ¡nosotros somos más que los ángeles! Lo escuchamos en el libro de los Salmos. ¡Nos quiere el Señor! Debemos agradecerle por esto.

El don de la ciencia nos pone en profunda sintonía con la Creación y nos hace partícipes de la limpidez de su mirada y de su juicio. Y es en esta perspectiva que logramos captar en el hombre y en la mujer el culmen de la creación, como cumplimiento de un designio de amor que está impreso en cada uno de nosotros y que nos hace reconocernos como hermanos y hermanas.


3. Todo esto es fuente de serenidad y de paz y hace del cristiano un gozoso testigo de Dios, en las huellas de San Francisco de Asís y otros muchos santos que supieron alabar y cantar su amor a través de la contemplación de la creación. Al mismo tiempo, sin embargo, el don de ciencia nos ayuda a no caer en algunas actitudes excesivas o equivocadas. El primero es el riesgo de considerarnos dueños de la creación. Porque la creación no es una propiedad, que podemos gobernar a voluntad; ni mucho menos, es una propiedad de sólo algunos pocos: la creación es un regalo, es un don maravilloso que Dios nos ha dado, para que lo cuidemos y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y gratitud.

La segunda actitud equivocada es la tentación de quedarnos en las criaturas, como si éstas pudieran ofrecer la respuesta a todas nuestras expectativas. Y el Espíritu Santo con el don de la ciencia nos ayuda a no caer en esto.

Pero yo quisiera volver a la primera vía equivocada “cuidar la creación”, no "adueñarse de la creación". Debemos cuidar la creación, es un don que el Señor nos ha dado, para nosotros, ¡es el regalo de Dios a nosotros! Nosotros somos custodios de la creación, pero cuando nosotros explotamos la creación, ¡destruimos el signo de amor de Dios! Destruir la creación es decir a Dios: “no me gusta, esto no es bueno”. ¿Y qué te gusta a ti? Me gusto a mí mismo: ¡éste es el pecado! ¿Han visto? La custodia de la creación es precisamente la custodia del don de Dios. Y también es decir al Señor: “gracias, yo soy el dueño de la creación. Pero para hacerla seguir adelante yo no destruiré jamás tu don”.

Y esta debe ser nuestra actitud con respecto a la creación. Custodiarla, porque si nosotros destruimos la creación, la creación nos destruirá. No olviden esto.


Una vez, yo estaba en el campo y escuché un dicho de parte de una persona simple, a la cual le gustaban tanto las flores y él cuidaba estas flores y me dijo: “debemos custodiar estas bellas cosas que Dios nos ha dado. La creación es para nosotros; para que nosotros la aprovechemos bien. No explotarla, custodiarla. “Porque, ¿usted sabe padre?” – así me dijo – “Dios perdona siempre”. Sí, y esto es verdad, Dios perdona siempre. “Nosotros seres humanos, hombres y mujeres, perdonamos algunas veces” . Y sí, algunas no perdonamos. “Pero la naturaleza, padre, no perdona jamás y si tú no la cuidas, ella te destruirá”.

Esto debe hacernos pensar y pedir al Espíritu Santo: este don de la ciencia para entender bien que la creación es el más hermoso regalo de Dios. Que Él ha dicho: esto es bueno, esto es bueno, esto es bueno y este es el regalo para lo más bueno que he creado, que es la persona humana. Gracias.




Texto completo de las palabras del Papa en español


Queridos hermanos y hermanas,
Hoy vemos otro don del Espíritu Santo, el don de ciencia. Esta ciencia no se limita al conocimiento humano de la naturaleza, sino que, a través de la creación, nos lleva a percibir la grandeza de Dios y su amor por sus criaturas. Este don del Espíritu Santo nos hace descubrir cómo la belleza e inmensidad del cosmos nos habla del Creador y nos invita a alabarlo. Al comienzo de la Biblia, se subraya que Dios mismo se alegró de su obra : todo era bueno y, el hombre, “muy bueno”. El don de la ciencia nos pone en sintonía con esta mirada de Dios sobre las cosas y sobre las personas. Una mirada bondadosa y respetuosa, que nos advierte del peligro de creernos los dueños absolutos de la creación, disponiendo de ella a nuestro antojo, y sin límites. La creación no es propiedad nuestra, y, menos aún, sólo de algunos, sino que es un regalo que Dios nos ha dado para que la cuidemos y la utilicemos con respeto en beneficio de todos. Si no cuidamos la creación, la destruimos. Y si destruimos la creación, la creación nos destruirá a nosotros. Recuerden aquel dicho: Dios perdona siempre, nosotros, los hombres, perdonamos algunas veces, la naturaleza no perdona nunca si la maltratamos.

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Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, particularmente a los grupos de sacerdotes del Colegio Mexicano en Roma, de la Arquidiócesis de Madrid y de la Diócesis de Nezahualcoyotl, así como a los fieles venidos de España, México, Argentina, Panamá, Costa Rica, Paraguay, Perú, Colombia y otros países latinoamericanos. Que sepamos ver cuanto nos rodea como obra de Dios, y a nuestros semejantes como hermanos y hermanas. Muchas gracias”.