Thursday, August 22, 2013

La Sagrada Familia, La Trinidad de la Tierra


Cada miércoles, día dedicado a la memoria y al amor al gloriosísimo y santísimo San José, un recuerdo especial suyo como homenaje al Papa Francisco por el amor y devoción que tiene al glorioso Patriarca, como lo demuestra especialmente, amén de otras muchas manifestaciones, por la homilía pronunciada en el día de su toma de posesión del ministerio Petrino el 19 de marzo, fiesta de San José. Y últimamente haciendo que su nombre sea pronunciado inmediatamente después de la Virgen María en las plegarias eucarísticas II, III, IV de la Misa. Esto supone una inmensa glorificación para San José y, pienso, un buen medio para propagar la devoción al glorioso Patriarca.


            Parece Ser que el primero que ha aplicado a la Sagrada Familia de Nazaret el calificativo de Trinidad de la tierra fue el gran Canciller de la Universidad de Paris, Juan Gersón (1363-1429) en el sermón de la Natividad de la Virgen en el concilio de Constanza (1414-1418), sermón eminentemente y muy laudatoriamente josefino, con estas palabras  muy exaltantes de la misma:”Desearía que me saliesen las palabras para explicar un misterio tan alto y escondido desde los siglos, la Trinidad de Jesús, María y José tan digna de admiración y de veneración” (En la cuarta consideración). Como no encuentra palabras para explicarlo abandona el intento.

            Los autores josefinos y predicadores posteriores  no sólo toman la expresión de Gersón sino que se atrevieron a interpretarla, como los pintores a pintarla,-clásico un cuadro de Murillo- Y así un tal Juan de Cartagena, que cita las palabras de Gersón, saca dos consecuencias o aplicaciones, comparándola con la Trinidad del cielo: Jesús que es el Hijo de Dios que se encarna, María que concibe al Encarnado, y José, su esposo,  que le cela y oculta hasta que llega el tiempo predefinido de este sacratísimo misterio; y Dios, ante el profundísimo misterio de la Encarnación, que con razón llamamos el Santa Sanctorum, colocó este sagrado matrimonio, como un velo tejido por el Espíritu Santo de la variedad de todas las virtudes. 
Así, pues, esta Trinidad de personas llevó a cabo nuestra redención: Jesús como autor de la salvación, María como mediadora, José como coadjutor; y así como cuando se vence en la guerra la victoria se atribuye no sólo a los soldados que lucharon contra los enemigos, sino que se debe también a los centinelas y exploradores que por caminos secretos metieron furtivamente soldados y armas; así aquí, la redención del género humano y la victoria sobre su enemigo común se debe atribuir solo a Cristo, como causa principal, porque él solo en la palestra del Calvario luchó con el enemigo: Yo solo pisé el lagar (Is 63,3); A María debe atribuírsele en cuanto que  suministró la carne y la sangre a Cristo, precio de nuestra redención; también a San José, su esposo, debe atribuírsele parte porque escondió del diablo a Jesús,  cuando era niño y muchacho  y, además, lo educó y nutrió. Me atrevería a decir que San José, ocultando a Cristo el Señor, y  alimentándolo, educándolo fue coadjutor de la reparación, digna de celebrarse, del género humano por el misterio de la Encarnación, único remedio de nuestra salvación.
            En segundo lugar en esta Trinidad de Jesús, María y José hay que observar que, como en la SS. Trinidad del cielo son tres los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y los tres son uno, como dice San Juan (1Jn 5). Así en la tierra son tres los testigos de la inmensa bondad de Dios, los mayores sin excepción, Jesús, María y José que por le vínculo de la caridad son uno, un corazón y un alma, y como en el misterio de la Trinidad no se reconoce una cuarta persona consustancial a las tres, así en la Trinidad de la tierra no se admite ninguno igual a ellos.
            Podemos añadir  como en la Trinidad Beatísima la esencia de su vida es el amor: “por lo cual es infinito / el amor que les unía / (a las tres personas), porque un solo amor tres tienen / que su esencia se decía” (San Juan de la Cruz).Dios uno y trino es amor: el Padre es Amor, el Hijo es Amor, el Espíritu santo es Amor. Pues así en la Trinidad de Nazaret: Jesús, María y José la esencia y realidad de la vida y de las mutuas relaciones es también el  amor. Abismos de amor había en el corazón de la Virgen María, y esta es su mayor grandeza según  Santa Teresita, abismo de amor en el corazón de San José, que tenía un alma semejantísima a la de su esposa, y, sobre todo, abismos de amor en el corazón de Jesucristo, que es la misma persona de la Trinidad del cielo, encarnada, eso sí, en el seno de María y nacida de ella. Él es todo y puro amor y este amor lo derramó a raudales en los corazones de su madre María y de su padre José, que le corresponden con todas las fuerzas de su alma, con total entrega por parte suya. En esta familia sagrada de Nazaret, en esta Trinidad de la tierra hay un solo corazón, una sola alma, una sola vida, un solo amor: el de Jesús derramado abismalmente en los corazones de María y de José. En Nazaret solo se vive de amor, que solo en amar es su ejercicio.

                                                           P. Roberto Mena ST

Friday, August 09, 2013

No Teman. Tengan Fe. Esten Vigilantes


Homilia de Domingo, 11 de Agosto de 2013 (19C)
de P. Roberto Mena, ST


Lecturas de Domingo
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1. Los miedos están a la orden del día. Miedos de todas clases: miedo a la vida, miedo a la enfermedad, miedo a la muerte, miedo a quedarse solo después de un largo matrimonio, miedo al fracaso, miedo a que los hijos no lleven el camino que uno les ha ido marcando, miedo a no poder pagar las deudas que uno contrae, miedo a que te echen del trabajo, miedo a la oscuridad, miedo a la insolidaridad, miedo debido a tanta inseguridad que hay en nuestras ciudades grandes, y a veces también en las pequeñas....Quizá también miedo a no ser fiel a Dios, miedo a Dios....Son miedos o desasosiegos o preocupaciones reales, de nuestra vida diaria, de las cuales no podemos huir. Es más, vivimos cada día en medio de ellas, que son ya el producto y resultado de la sociedad civilizada ( o quizá sea mejor decir sin civilizar ), en que vivimos.

Las familias de hoy día pudieran hablarnos todas ellas de los sinsabores que la vida les ha traído, de las alegrías también, pero todos aquellos que han tenido el don y la alegría de ser Padres, se han dado cuenta de que lo más dificil no es tener un hijo o una hija. Lo más difícil es criarlos y educarlos y tratar de que lleven una vida sana y que puedan ser ciudadanos responsables el día de mañana. Con independencia propia y madurez, psicológica y espiritual, para comenzar la misma tarea familiar, y transmitir la Fe de Dios. Y muchas veces Dios bendice a tantas familias con la satisfacción de ver el resultado de tantos desvelos. A veces, para otros, la historia de sus vidas está llena de trabajos y de insatisfacciones, y el ver que a pesar de todos los sufrimientos y esfuerzos, los hijos siguen sus caminos o el sufrimiento físico o moral llega a sus vidas por distintos cauces. Hay sueños que nunca se cumplen. Es toda una vida de cruces, sufrimientos, preocupaciones, miedos.

2. En medio de todo este vendaval de emociones, oímos la voz de Jesús en las Lecturas de hoy, nos dice: " NO TENGAN MIEDO ". Es difícil desligarse de todo ese sinnúmero de problemas de los cuales las vida de la mayoría de nosotros están llenas. Y ahí está probablemente, la razón de venir a oir la Palabra de Dios. Es una Palabra que nos debe decir algo, hoy día, en medio de las vicisitudes y de los problemas de hoy día. Es una Palabra, que por ser Palabra de Dios, tienen fuerza y poder para dar LUZ, para dar INSPIRACIÓN, para dar FORTALEZA, cuando las personas quedan sumidas en medio de las tinieblas de la vida provocadas por la crueldad, o el desamor, o simplemente porque la vida está llena de tristezas y de obstáculos. Todo ello es parte de la naturaleza humana. Pero en medio de todas estas tinieblas, la Voz de Dios puede ser escuchada y aquellas personas que pueden oir esta voz, pueden testificar sobre el cambio que se produce en la persona. Ya no hay tantos miedos, ya no hay tantas tinieblas, ya no hay tantas flaquezas. La GRACIA de DIOS ha hecho su función, y la persona ha sido renovada de nuevo. Es como un milagro de esta Palabra que penetra en nuestras vidas, precisamente cuando tenemos mayor necesidad. " NO TEMAN ", dice Jesús. Y ya con el eco de Su voz, la jornada, el camino se hace más llevadero.

3. Si alguien llegara a nuestra vida y nos dijera que nos quedan tantos y tantos días, o meses de vida, ¿ Cuál sería nuestra reacción más normal ?. Es una pregunta que cada uno de nosotros se puede hacer perfectamente cada día, ya que nuestros días, cada día, es un regalo de Dios, y al acostarnos cada noche no sabemos si vamos a despertar para esta vida terrena y vamos a despertar en la eternidad. Es una pregunta y una respuesta que nos hace ser muy realistas. Vivimos en este mundo pero sabemos que todos estamos de paso. Y lo sabemos y creemos desde el punto de vista ideal, o doctrinal. A veces, en la manera como vivimos los detalles de la vida, nos hace ver que estamos un poco desconectados de las realidades grandes, de la vida, de la muerte, de la eternidad, del cielo, y hasta del infierno. No es que uno deba echar agua a toda la fiesta de la vida diaria, pero una dosis aunque fuera pequeña de consideración de estas realidades, probablemente nos pondría más en contacto con aquellas realidades que yacen muy dentro de nuestra alma, y de las cuales depende nuestro existir, aquí y en la eternidad. Por eso, no nos sorprende que Jesús en el Evangelio de hoy nos imparta este aviso, por nuestro propio bien: " Estén preparados. Estén vigilantes. No saben cuando va a llegar el día o la hora del Hijo del Hombre" ( v. 40 ). Son avisos escatológicos que de ordinario leemos y meditamos al final del Año Litúrgico. Pero ahora también, casi al comienzo del verano. Estas pequeñas dosis de meditación escatólgica sobre lo que antes se llamaba en el Catecismo " los Novísimos ", no le hace daño a nadie. Nos hace a todos bien. Estamos de paso. Aunque a vece nos enamoramos de esta ciudad terrena. Pero sabemos donde está nuestra morada eterna.

En la Santisima Trinidad
P. Roberto Mena, ST

Thursday, August 01, 2013

Las intenciones de oración del Santo Padre Francisco para este mes de agosto

Las intenciones de oración del Santo Padre Francisco para este mes de agosto



(RV).- (Con Audio) En este mes la intención general de oración de Su Santidad el Papa Francisco es: “Que padres y educadores ayuden a las nuevas generaciones a crecer con una conciencia recta y en una vida coherente”. El comentario en la voz del Director General del Apostolado de la Oración el Padre Claudio Barriga  


Mientras en el ámbito misionero el pensamiento del Santo Padre está dirigida al otro Continente de la Esperanza: “Que las Iglesias locales en África, fieles al Evangelio, promuevan la construcción de la paz y la justicia”. El comentario en la voz del Director General del Apostolado de la Oración el Padre Claudio Barriga Domínguez S.J. 

Monseñor Celli: Comunicar la cultura del encuentro y a Cristo en las periferias existenciales

Monseñor Celli: Comunicar la cultura del encuentro y a Cristo en las periferias existenciales
Mensaje a la Asociación de Comunicadores Católicos de América Latina y Caribe reunidos en Asamblea
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 01 de agosto de 2013 - "Los medios de comunicación se han hecho imprescindibles. Estamos siendo testigos de grandes cambios, no sólo a nivel tecnológico y cultural, sino también en la historia de la Iglesia". Así lo afirma monseñor Claudio María Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales en su mensaje a los comunicadores reunidos en la Asamblea de asociados nacionales de la Organización Católica de Comunicadores de América Latina y el Caribe (OCCLAC) en la que elegirán a sus nuevos directivos para el periodo 2013-2017.
Monseñor Celli afirma que "por la Providencia ha sido elegido un papa del sur del mundo, y concretamente de un continente que está unido por los sufrimientos y esperanzas de sus pueblos, por sus grandes desafíos; y estigmatizado por las grandes desigualdades que se encarnan sobre todo en los pobres y en los que más sufren".
Recientemente el Cardenal Ouellet se dirigió a los obispos de América Latina con motivo de la elección del papa Francisco, planteando algunas preguntas que ahora monseñor Celli vuelve a proponer en esta ocasión a los comunicadores católicos. "Son preguntas que pueden ayudarnos a reflexionar sobre el significado de un Papa latinoamericano para nuestra misión de comunicadores católicos: ¿Qué significa para la “misión continental”, que el Papa Francisco lleva ciertamente en su corazón? ¿Qué significa para el discipulado en vuestras comunidades cristianas? ¿Qué significa para el bien de vuestros pueblos y naciones? ¿Qué significa para la solicitud apostólica universal de la Iglesia latinoamericana y su colaboración con el ministerio universal del Sucesor de Pedro, para irradiar el Evangelio hacia todos los confines de la tierra?"
Desde la reflexión que puede emerger de estas preguntas, monseñor Celli menciona dos características que pueden ayudar a impulsar la "Misión Permanente a la que hemos sido convocados en la Asamblea de Aparecida": comunicadores promotores de la Cultura del Encuentro y llamados a comunicar a Cristo en las periferias existenciales.
En relación a la cultura del encuentro, el presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales recuerda que "hoy en día, la barrera digital no es la única causa de incomunicación; en una sociedad siempre conectada, el ser humano, en tantas circunstancias, vive más aislado que nunca y encuentra gran dificultad en iniciar una verdadera comunicación interpersonal". Añade que el papa Francisco "nos propone instaurar y promover una cultura del encuentro con los demás, a partir de la fe que nace del encuentro personal con Jesús. Nuestros países en América Latina sufren la división económica y política que tantas veces separan a los hermanos y hermanas de este gran continente".
Haciendo referencia a las dificultades que la vocación comunicadora se encuentra debido a que en ocasiones se aprueban normas que atentan contra la libertad de expresión, de opinión, y de prensa, señala monseñor Celli que " nuestra postura cristiana será la de buscar todas las vías lícitas para denunciar estas situaciones de injusticia y promover la difusión de la verdad".
En el segundo punto de la reflexión, "llamados a comunicar a Cristo en las periferias existenciales" cita las palabras del papa en las que dice que "estamos llamados a “no encerrarnos en la soledad, en el desaliento, en el sentimiento de impotencia ante los problemas”. El Papa nos indica que encerrarnos es un peligro: “Nos encerramos en la parroquia, con los amigos, en el movimiento, con quienes pensamos las mismas cosas… pero ¿saben qué ocurre? Cuando la Iglesia se cierra, se enferma. Piensen en una habitación cerrada durante un año; cuando se entra huele a humedad, muchas cosas no marchan. Una Iglesia cerrada es lo mismo: es una Iglesia enferma. La Iglesia debe salir de sí misma. ¿Adónde? Hacia las periferias existenciales, cualesquiera que sean. Pero salir. Jesús nos dice: “Id por todo el mundo. Id. Predicad, Dad testimonio del Evangelio”
Explica monseñor Celli que "para todos los comunicadores católicos y, en especial, para aquellos que se encuentran en las periferias, tendremos que asumir y promover la Nueva Evangelización como un proceso integral del ser humano que ayuda a recuperar la dignidad de los hijos de Dios; buscando nuevas formas de comunicación para el desarrollo; y, como nos alienta el Papa Francisco, “sin encerrarnos”.
Para concluir la reflexión se detiene en dos tentaciones "el retroceder y el progresismo adolescente". Y explica que "una comunicación cristiana nace sobre todo del corazón que cree y ama a Cristo, y que hará que las actividades y los gestos comunicacionales sean efectivos y puedan suscitar fe, esperanza, entusiasmo y seguimiento del mismo Señor".
Recientemente, continúa monseñor Celli,  el papa Francisco se refirió al pasaje evangélico de Mateo (5, 17-19) en el que Jesús dice: “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir,  porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”.  Por eso invita a reflexionar las palabras del santo padre que se pregunta: "¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en la transmisión de esta ley? Es la ley del Espíritu, la que nos hace libres. Sin embargo, se trata de una libertad que, en cierto sentido, nos da miedo. Porque se puede confundir con cualquier otra libertad humana. Y, luego, la ley del Espíritu nos lleva por el camino del discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios: también esto nos asusta un poco. Pero cuando nos asalta este miedo, corremos el riesgo de sucumbir a dos tentaciones. La primera es la de volver atrás porque no estamos seguros. Pero eso interrumpe el camino. Es la tentación del miedo a la libertad, del miedo al Espíritu Santo"
La segunda tentación es la del "progresismo adolescente". Explica monseñor Celli que "sin embargo, no se trata de auténtico progreso: es una cultura cambiante de la que no logramos desprendernos, y de la cual tomamos las leyes y los valores que más nos gustan, como hacen precisamente los adolescentes. Al final, el riesgo que se corre es el de resbalar, así como el coche patina en el hielo y se sale de la carretera".
Para finalizar, el presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones sociales pide "que los comunicadores católicos de América Latina y el Caribe seamos verdaderos testigos del Resucitado".