Hay gente que se me queja de las agresiones que sufrimos los católicos en algunos medios de comunicación. Lo triste es que se diga que “a ver qué podemos hacer más que aguantarnos…” Mala cosa la simple resignación. Creo que se pueden hacer bastantes cosas. Esto se me ocurre.
Reconocer que estos ataques existen. De siempre ha existido el “odium fidei”, es decir, el odio a las cosas de la fe. Desde Nerón hasta hoy pasando por Stalin. Los mismos medios lo niegan, y dicen que no, que de eso nada, que lo que ocurre es que la Iglesia es mala, los obispos malos y antievangélicos, que estamos vendidos al dinero… y que lo que hacen no es atacar, sino crítica profética para que la Iglesia vuelva a Cristo y al evangelio. Hay católicos tan ingenuos que se lo creen. Yo no. Se disfraza de “bondad” pero es dar leña a todo lo que se mueve. A otro perro con ese hueso.
No colaborar con los medios donde se vierten. No seré yo quién de un euro por comprar un diario donde constantemente se sacude a la Iglesia con el pretexto que sea. Ni quien vea canales de televisión donde ocurran cosas semejantes, o visite portales digitales empeñados en darme en la cabeza. Un lector menos, un espectador menos. Esos medios de comunicación, ni para la información meteorológica.
Protestar donde se pueda. Hoy es fácil. Basta un correo electrónico, o aprovechar alguna campaña de protesta frente a ciertos programas. Un correo, un click de ratón, y protesta enviada.
No comprar productos que se anuncien en esos programas. Los programas de televisión, la prensa, viven básicamente de los anunciantes. Si los anunciantes se van, se acaba el programa. Quizá recordemos lo que pasó con “La Noria” en Tele5. Llegó un momento en que el programa se hizo tan insoportable que la gente protestó y los anunciantes huyeron. Hoy ese programa no existe. Las empresas y marcas comerciales pueden anunciarse donde quieran en ejercicio de su libertad. Y servidor, en el ejercicio de la mía, comprar lo que me parezca. ¿Qué en un programa se meten con la Iglesia hasta la indecible y en ese programa se anuncia la cerveza A? Desde mañana esa cerveza no entra en mi casa. ¿Qué se anuncia el producto B? Pues ese producto tiene un cliente menos. Así de facilito. Ya, ya sé que uno no es nada, pero si lo hacemos unos cuantos y además se lo contamos a los amigos y conocidos, a lo mejor se lo piensan. Además aunque sea uno.
Lo que no puede ser es ir por la vida de calladitos y sufridores. Para hacer penitencia y sacrificio puedo sugerir cosas mucho más interesantes.
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