Cuál es el gran secreto del Archivo Secreto?
Importancia de la apologética, la verdad sobre Pio XII, el Concilio Vaticano II y sobre todo la dimensión sacra de estos documentos: Jesucristo.
Autor: Dr. José María Montiu de Nuix |
RELIGIOSA ARCHIVORUM CUSTODIA
El Archivum Secretum Vaticanum, Archivo Secreto Vaticano, Archivo del Papa, cumple su cuarto centenario de existencia. Son cuatro siglos de servicio a la Santa Sede. Con tal motivo, durante los días 17 y 18 de abril de 2012, en Roma, ha tenido lugar la Reunión de Estudio "Religiosa Archivorum Custodia", destinada a estudiosos de los archivos. Ha sido un acontecimient o que ha revestido gran interés. El mismo ha sido presentado por el cardenal Raffaele Farina, Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, siendo clausurado por el obispo Monseñor Sergio Pagano, Prefecto del Archivo Secreto Vaticano. Durante el desarrollo de dicha reunión diversos importantes archivistas han indicado algunas de las innumerables, y generalmente desconocidas, riquezas culturales contenidas en el Archivo Secreto Vaticano.
El Archivo Secreto Vaticano inició su andadura durante el Pontificado de Paulo V. Desarrollándose a través de una historia centenaria que pasa por contingencias tan importantes como el robo, por parte del gobierno napoleónico, de documentos del archivo. Llegando en la actualidad a contener millones de documentos, dispuestos en un total de ochenta y cinco kilómetros. La documentación contenida en el archivo abarca un amplio repertorio cultural, resultando interesante no s&o acute;lo para la religión y la historia eclesiástica, sino también, por ejemplo, para la historia general, pues nada verdaderamente humano es ajeno al cristianismo. Siendo dicho archivo, en virtud de la cantidad y de la cualidad de los documentos, uno de los archivos más importantes del mundo.
En un mundo que es noticia si un hombre muerde a un perro, pero no lo es si un perro muerde a un hombre; mundo de la comunicación en el que no está de moda la investigación, lo académico, lo científico, lo metódico, lo sistemático y lo profundo; se repara poco, especialmente por parte de algunas mentalidades escépticas, indiferentistas y laicistas, sobre la inmensa cantidad de documentación de que dispone la fe católica. Existencia de una mole mastodóntica de documentación que, incluso a nivel puramente humano, da una respetabilidad al fenómeno religioso. Actitud de res peto y de apertura que con su honestidad por la gracia de Dios puede llevar a las almas al encuentro con la belleza infinita de Jesucristo.
En el Archivo Secreto Vaticano se contienen, por ejemplo, documentos de los Sumos Pontífices, noticias relativas al Santo Padre, documentos de las nunciaturas de muchísimos países del mundo, etc. Ilustraremos esto con algunos ejemplos.
Relativamente al pontificado del Santo Padre Pío XII, se contiene una cantidad innumerable de documentos, inmensa montaña de escritos, en los que resplandece la actitud caritativa de Su Santidad con respecto a las víctimas de la guerra mundial, particularmente para con los judíos. En la documentación se puede contemplar, en los mismísimos escritos de los protagonistas, como se dirigían al Romano Pontífice en petición de ayuda, como recibían una respuesta solidaria y como expresaban su agradecimiento al Sant o Padre. Tantas personas judías, cuyos nombres ha olvidado la historia, rostros olvidados, que expresan en la voz del sentimiento y de la vivencia más existencial su situación antes y después de la ayuda del Romano Pontífice. ¡Cuánto mejor habrían hablado de Su Santidad Pío XII algunas personas que han escrito sin fundamento si hubiesen leído esta información, si se hubiesen documentado seriamente! ¡Ciertamente, una historia seria es la que respeta el contenido que se encuentra en las fuentes!
Reiteradamente, algunos teólogos, en nombre del Concilio Vaticano II, han negado el verdadero contenido doctrinal del Concilio. Actitud verdaderamente paradójica y absurda. Ha sido una verdadera negación del Concilio, sustituida por una mera ideología incompatible con la verdadera fe católica. Por lo mismo, los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI han pedido que se conocie ra el verdadero contenido del Concilio Vaticano II y que hubiese fidelidad al mismo, señalando además el Concilio como uno de los eventos eclesiales más importantes del siglo XX. En el Archivo Secreto Vaticano se contiene también el archivo del Concilio Vaticano II, creado éste por voluntad de Su Santidad Pablo VI. De este modo se ofrece al estudioso la posibilidad de profundizar en la inteligencia de los textos del Concilio, en fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Ayudando así al equilibrio en el que se conjugan la fidelidad a la doctrina perenne con la necesidad de que la misma sea llevada al hombre de hoy, de modo que la misma luz del Sol ilumine el tiempo sucesivo y todos los ambientes actuales.
El estudio documentado de la historia permite, por ejemplo, constatar como en el conflicto entre el emperador Napoleón Bonaparte y el Romano Pontífice, estando de parte de aquel la fuerza agresiva y de parte de é ste el sufrimiento, el Pontificado resultó triunfante. Napoleón terminó hundiéndose, mientras que el Pontificado resplandece.
Pero, la pregunta que estará naciendo en la mente de tantos es, sin duda, la siguiente: ¿Cuál es el gran secreto del Archivo Secreto? O, en otras palabras, ¿cuál es el gran contenido de este archivo? La respuesta se puede encontrar en una persona que es digna de crédito porque fue un verdadero testimonio, que escribió no con una pluma o con tinta sino con su misma sangre, devorado por las fieras, San Ignacio de Antioquía. Dice al respecto: "Para mí el archivo es Jesucristo, mis archivos inamovibles son su cruz, su muerte y su resurrección y la fe que procede de Él, en ésta quiero por vuestra oración ser santificado". En otras palabras: La gran noticia, la Buena Noticia, es Jesucristo. O, en palabras de San Juan de la Cruz: Dios Padre nos lo ha comunicado todo en Jesucristo, Verbo encarnado, Palabra de Dios. En Jesucristo lo tenemos todo, de modo tal que Dios Padre después de comunicárnoslo todo en Jesucristo se ha quedado como mudo. O como decía San Pablo: Para mí la vida es Jesucristo. Pablo de Tarso, hombre de fuego, sólo quería conocer a Jesucristo. Teresa del Niño Jesús hace eco a estas palabras al decir: Para mí la alegría es amar a Jesucristo. Y, Juan de la Cruz, sólo quería amar. Es desde esta perspectiva que se entiende la dimensión religiosa, la clave sacra, del Archivo del Papa. Y desde esta óptica se entiende la entraña del título elegido para estas sesiones de estudio: "Religiosa Archivorum Custodia". Título que aúna la academicidad científica de los clásicos con la dimensión religiosa, a la vez que nos da la llave que abre en su mayor profundidad l a puerta del Archivo Secreto, permitiéndonos explorarlo en su más grande panorámica desplegada ya ante nuestros ojos.
Dr. José María Montiu de Nuix
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