Wednesday, January 20, 2010

Obispo de Haiti con la eucaristia en la mano

Encontrado el cuerpo con la Eucaristía del vicario de Puerto Príncipe


La primera ayuda que reciben muchos damnificados es de Cáritas



PUERTO PRÍNCIPE, miércoles 20 de enero de 2010 (ZENIT.org).- En la media noche entre el martes y el miércoles, socorristas mexicanos encontraron el cuerpo sin vida de monseñor Benoit Charles, vicario general de la arquidiócesis de Puerto Príncipe.

Según informa el padre Antonio Sandoval, coordinador regional de Cáritas Latinoamericana y del Caribe desde la capital haitiana, "en el momento de su rescate, monseñor tenía en la mano un relicario con una hostia dentro. En todo momento el Señor lo acompañó en este camino hacía él".

En el terremoto también perdió la vida monseñor Joseph Serge-Miot, arzobispo de Puerto Príncipe, quien fue despedido del balcón de su residencia por la fuerza del seísmo.

En la operación de rescate se logró sacar con vida a una mujer de 60 años, cuya identidad todavía no se conoce, casi seis días después del terremoto. Fue trasladada inmediatamente al hospital.

Este miércoles, seguía explicando el padre Sandoval, "continuaba la búsqueda de sobrevivientes y la atención en un pequeño hospitalito alrededor d la catedral donde los médicos mexicanos de la misión de Caritas han venido atendiendo junto con médicos cubanos a los más pobres entre los pobres".

"La gente llega con heridas graves en grado avanzado de descomposición. Decenas de amputaciones de miembros han sido necesarias para salvarles la vida", añade el sacerdote.

Y añade: "La disposición de los médicos, de los rescatistas sudafricanos y mexicanos y de las religiosas que acompañan esta misión de Caritas merece un reconocimiento a su generosidad y su valentía".

"Los gestos de generosidad continúan, y nos demuestran que la vida es mas fuerte que la muerte", comenta.

Este martes, Cáritas pudo llevar una distribución de ayuda a gran escala en un barrio de Puerto Príncipe donde se han desplegado efectivos de la 82ª División Aerotransportada de los Estados Unidos, lo que ha permitido garantizar el reparto a los damnificados en unas mínimas condiciones de seguridad.

Cáritas pudo transportar hasta el punto de distribución una flota de siete camiones con ayuda humanitaria, integrada por 1.000 lotes familiares de subsistencia para dos días, junto a botellas de agua, lonas de plástico y productos no perecederos. Toda esa ayuda fue entregada únicamente a las mujeres damnificadas por un grupo de voluntarios de la Cáritas Haitiana.

Una de las receptoras de la ayuda, Rose St-Preux, de 32 años, estaba trabajando en una agencia de viajes cuando sobrevino el terremoto. Pudo salvarse porque el edificio, aunque quedó gravemente dañado, no se vino abajo. Inmediatamente corrió hasta su casa, que encontró completamente destruida.

Ahora vive con su madre, su hermana y sus tres hermanos, que milagrosamente se han salvado, y acampan junto a otras 60 personas en un terreno muy próximo al Petain Ville Club, muy cerca de donde Cáritas ha llevado a cabo este reparto.

"Es muy duro --dice Rose--, no tenemos nada y esta ayuda de Cáritas es la primera que recibimos".

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