Wednesday, October 27, 2010

Las cinco piedras dadas en Medjugorje

¿Le haces caso a la Virgen? ¿Te regalas las 5 piedritas que Ella quiere cada día?

1. Oración

2. Ayuno

3. Lectura de la Biblia

4. Confesión

5. Eucaristía



LAS CINCO PIEDRAS



Cuando David salió de su tienda para enfrentarse al temible gigante Goliat, tomó del suelo cinco piedras, única munición para su honda. A pesar de su desproporcionada dimensión respecto a su rival y la aparente precariedad de sus armas, Dios intercedió para que aquel joven, que tenia puesta su confianza en El, obtuviera una victoria que aún hoy sigue maravillándonos. En estos tiempos actuales, nuestro Goliat es el demonio que en todo momento busca destruirnos. Maria, nuestra mejor aliada, en su sabiduría e inteligencia, nos proporciona la solución más eficaz y segura para salir victoriosos: Las Cinco Piedras Las 5 piedras que La Reina de la Paz nos proporciona son: La oración con el corazón, el ayuno, la confesión, la Eucaristía y la lectura de la Biblia, son los puntos que María nos da para recorrer un camino de santidad, de paz, de transformación interior totalmente asegurado, un camino sencillo, accesible a todos".



1. LA ORACION "hijos, orad, la oración es el fundamento de vuestra paz" Si no tienen paz en sus corazones poco importa todo lo demás. Pueden perder la paz un momento como dice San Serafín de Sarov, pero enseguida poniéndose en oración, hundiéndose en la oración encontrarán la paz nuevamente. "Si vivis angustiados, con estrés, es que todavía no orais con el corazón". Esta palabra "con el corazón" nunca acabaremos de entenderla, no se trata de cumplir, de escuchar Misa, de rezar el rosario rápidamente, no se trata de eso. "Dedicad tiempo a Dios" Dios nunca vendrá a nosotros rezando de esta manera, para que Dios establezca su morada en nosotros, para que la unción del Espíritu Santo y su soplo nos visite, hay que tomar tiempo. Hoy, muy poca gente va a la Iglesia a sentarse durante una hora para orar frente al Santísimo Sacramento. Orar con el corazón es esta disposición interior, como dice Santa Teresita: "la oración es un grito de amor hacia el cielo". Tomad tiempo con Dios. Marija, una de las videntes, regresando de Rusia, estaba totalmente sorprendida y comento en Europa: La gente en aquel país como en cualquier otro, pide egoístamente, sus oraciones van referidas a ellos mismos a sus intereses, "reza por mí, por mi abuelo, por mi país", yo, yo, yo, esto no es posible, esto no es oración. La Virgen María dijo: "Hijos, rezad por mis intenciones y yo me encargaré de vuestras preocupaciones, de vuestros dolores", eso es la verdad. La gente no cree porque no se abren realmente al Espíritu Santo, no se abren a la paz de Dios. Entonces, la oración del corazón es la clave para aprender junto con María a orar.



2. EL AYUNO Tienen que perseverar en la oración y el ayuno. Ayunar a pan y agua, los miércoles y viernes. Pueden comenzar absteniéndose de las comidas o del desayuno, ustedes verán la forma con la que cada uno puede comenzar poco a poco a hacer sus ayunos. No se preocupen por la falta de alimento, no morirán, vivimos en un mundo en que todos tomamos como compulsión la comida, como adicción, nos sobrealimentamos, por eso hay tantas enfermedades, colesterol, cáncer, etc. porque la gente come, come, come. El ayuno nos purifica el alma, el ayuno nos permite realmente dominar, tener el dominio de sí, fruto del Espíritu Santo. (Carta a los Gálatas). María dijo: "La Iglesia Católica olvidó el ayuno. Por la oración y el ayuno hijitos, pueden obtener cualquier cosa". ¿Desean la conversión de alguien de sus familias?, pónganse a orar a ayunar y verán el cambio. Por supuesto, Jesús lo había dicho en el Evangelio cuando regresaban sus discípulos: "no hemos podido sacar este demonio. Y Jesús dijo: hay demonios que solamente salen con la oración y el ayuno". Si quieren vivir en paz hijitos, háganse una vida sencilla. El ayuno repara, es muy poderoso en la intercesión. Hay muchos matrimonios que conozco que descubrieron en Medugorge el ayuno, y Miércoles y Viernes ayunan fielmente. No se trata de tener hambre, dice la Virgen, pueden beber agua. Verán la fuerza del ayuno en la transformación interior, si tienen problemas, rencores, amarguras, resentimientos contra personas y tienen problemas para reconciliarse; la Virgen nos dice: para reconcialirse hay que creer, orar, ayunar y confesarse. Todos los mensajes son muy sencillos y si tú los vives, actúa en ti el Espíritu Santo.



3. LA LECTURA DE LA BIBLIA Vicka le pregunto a la Virgen: ¿por qué lloras? "porque los cristianos dejaron de leer la Palabra de Dios". La Virgen pide de leer la Biblia diariamente, aunque empecemos con 10 min. ¿Cómo quieren descubrir la verdad? ¿cómo podemos ubicarnos en este mundo lleno de ideologías? Si yo no leo el único libro que me trae al alma la luz del cielo, ¿cómo podemos pasar dos horas o más frente a la televisión que nos presenta una visión totalmente equivocada del mundo y no se cuántas porquerías? Sin embargo, pasar una hora enfrente del Santísimo, eso no lo queremos. ¿Cómo podemos conocer la voluntad de Dios sobre nuestra vida? ¿Cómo podemos discernir cuando tenemos que tomar decisiones si no conocemos la palabra de Dios? "Tu Palabra Señor es una luz sobre mi camino". Nuestra mente y corazón deberían tener continuamente presente los versículos y las palabras de Jesús. Versículos de San Pablo, de sus cartas, para que enfrente de cualquier situación difícil nos brote en el espíritu la palabra adecuada. ¿Cómo quieren que Dios les hable si no conocemos su Palabra? ¡Es imposible! Hay una ignorancia que condene al pecado y a la muerte espiritual que viene del hecho que los que se dicen cristianos católicos no conocen la Palabra de Dios. ¡Ah!, pero las revistas que nos ofrecen el mundo como "vanidades" u otras, esas si las conocemos y estamos esperando con ansia para leer el siguiente número, y la Palabra de Dios, la Biblia, en un rincón de la casa. La Virgen dice: "Pongan la Biblia en el centro de sus casas, para que recuerden leerla en familia todos los días". Cosas muy sencillas, claro. Un corazón que no recibe todos los días el Pan de la Palabra, se muere. Vivir el Evangelio, no vivir en la ignorancia causa de muchos males.



4. LA CONFESION "Hijos si no os confiesais mensualmente, será muy difícil para vosotros convertiros". La confesión, pero la verdadera confesión, no como el 80% de los casos en que me acerco al sacerdote y digo esto, esto y eso y me "limpio", me quito la ropa sucia, la pongo en la lavadora, aprieto el botón y listo. Eso no es confesarse. La confesión necesita el arrepentimiento, por ejemplo: he faltado a misa el domingo, pero esto no es pecado, el pecado es que no amas a Dios y hasta llegas a no tener ninguna clase de arrepentimiento por no haber ido a Misa, no hay arrepentimiento porque no hay amor, entonces, tampoco hay confesión. Esto es claro en Semana Santa, cuando todos quieren confesarse porque es el deber mensual; gente que "dice" sus pecados y al terminar la semana empiezan nuevamente su vida de pecado. Es posible que nosotros también nos parezcamos a estas personas. La confesión es ir con arrepentimiento: perdón Señor, como dice la Palabra de Dios: "te he matado, te he crucificado en mi debilidad, en mi pecado, en mi tibieza. Hay que llorar los pecados, pero si no hay vida de oración con el corazón, no hay verdadera confesión. El Espíritu Santo es el motor de todo, la oración con el corazón es una comunicación con Dios, "durante la oración, Dios los llena, los transforma", dice la Virgen. Si no hay oración con el corazón no hay verdadera confesión con arrepentimiento porque nos falta el Espíritu Santo. En primer lugar, no vemos nuestros pecados, muy a menudo confesamos culpabilidades o tonterías, porque hay que decir algo; pero el verdadero pecado escondido, egoísmos, rencores, apegos materiales los olvidamos. Dice el salmo "Señor, líbrame de mi pecado escondido", especialmente de ese pecado que yo no veo, porque yo no lo quiero ver, y no lo veo porque he puesto tantas defensas y justificaciones bajo una apariencia de piedad, que impiden que la luz del Espíritu Santo llegue hasta mí. Hay que volvernos a reeducar en la confesión con el corazón, con un verdadero arrepentimiento. Son nuestros pecados que clavaron a Cristo sobre la Cruz, no es un chiste, como dijo Jesús a Santa Catalina: ¡No es para reír que he muerto sobre la cruz para ti! La confesión es para descubrir mis pecados y corregirme, no solamente confesarme por confesarme, tener un mes o quince días para volver a pecar y seguir en lo mismo al fin que de todas maneras me confesaré al siguiente mes.



5. LA EUCARISTIA Vuelvo a insistir sobre lo mismo, recibir la Eucaristía con el corazón, es terrible ver hoy, como muchos viven la Misa. La Virgen dice: "Si no os preparais para vivir la Misa con un corazón abierto, mejor quedaos en casa". A la Misa hay que llegar a tiempo, prepararse, disponerse a la oración 10 minutos antes, no llegar tarde, corriendo. "En ningún otro lugar mi hijo derrama tantas gracias como en la Eucaristía, comulgar es más que ser vidente", dice la Virgen. Aquí tienen que meditar los mensajes sobre la Eucaristía, podríamos hablar más de una hora sobre la Eucaristía siendo un tema tan extenso. A la Misa hay que llegar a tiempo, interiorizarse, prepararse a recibir a Jesús. Después de la comunión entrar en su corazón, orar y dar gracias a Dios. Esta es la verdadera espiritualidad. Entonces verán que las cosas cambiarán. Nos dice María: "Si en lugar de llegar corriendo a la Misa pudieran llegar un poco antes para prepararse., y después de haber comulgado, si se pueden quedar, tomen tiempo con Jesús para hablarle, si hacen esto hijitos, verán muchos milagros en sus vidas y menos enfermos de la mente, del corazón y del cuerpo en medio de ustedes". Este mensaje lo coloque de manera que todos pudieran observarlo a la entrada de la Iglesia. Recibimos el gran Sacramento de la Salvación como un boleto de avión o del metro. La Eucaristía debe ser el centro de nuestra vida, y saben lo que dice la Virgen: "Hijos, asistid a Misa cada vez que las circunstancias lo permitan". Hoy en día el mundo vive en una situación de agonía y desesperación, necesita portadores de luz, de amor y de paz. La Eucaristía es el lugar donde Dios nos transforma. Todos los Sacramentos, toda la devoción, toda la vida espiritual me conduce a la Eucaristía, es el lugar donde mi alma encuentra substancialmente el cuerpo y la sangre de Jesús: "El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida en Mí", y de comunión en comunión Dios va transformando mi alma, mi cuerpo, mi mente, mi afectividad. Es increíble, pero si lo recibimos, sabemos que la Eucaristía actúa en nosotros en la medida de nuestra fe y de nuestro deseo de Dios. Si lo recibo de una manera distraída, hablando con mi vecino, no se hará ningún efecto en mí, Jesús necesita mi permiso para actuar, me respeta.



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los santos nos muestran como orar

Papa canoniza a seis nuevos beatos destacando la importancia de la vida de oració En el marco de una solemne celebración Eucarística el Papa Benedicto XVI canonizó ayer Domingo a seis beatos y destacó la importancia de la oración constante. Al inicio de la homilía, el Papa explicó que "la liturgia de este Domingo nos ofrece una enseñanza fundamental: la necesidad de rezar siempre, sin cansarse. A veces nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la oración no es tan útil para la vida, que es poco eficaz. Por eso somos propensos a dedicarnos a la actividad, a emplear todos los medios humanos para alcanzar nuestros objetivos, y no recurrimos a Dios. Jesús en cambio afirma que hay que rezar siempre". Tras poner de relieve que la fe "es esencial como base de la actitud de la oración", el Santo Padre dijo: "Es cuanto han hecho los seis nuevos santos que hoy se presentan a la veneración de la Iglesia universal”.

Los nuevos santos, elevados a los altares por el Santo Padre, son: Stanisław Kazimierczyk Sołtys (1433-1489), sacerdote de la Orden de los Canónigos Regulares de Letrán; André (Alfred) Bessette (1845-1937), religioso de la Congregación de Santa Cruz; Cándida María de Jesús (Juana Josefa) Cipitria y Barriola (1845-1912), virgen fundadora de la Congregación de las Hijas de Jesús; Mary of the Cross (Mary Helen) MacKillop (1842-1909), virgen fundadora de la Congregación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón; Giulia Salzano (1846-1929), virgen fundadora de la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús y Battista Camilla Da Varano (1458-1524), virgen de la Orden de Santa Clara.

verdad, anuncio y autenticidad en era digital

“Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital” será tema de próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales) “Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital” es el lema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El lema, elegido por el Papa Benedicto XVI, fue dado a conocer el día de hoy. La 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se celebrará el próximo 24 de enero de 2011, Fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.

Sobre el lema de la Jornada, el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales explicó en una nota que "está centrado en la persona humana, que es el núcleo de todos los procesos comunicativos. También en una época dominada en gran parte, y, a veces condicionada, por las nuevas tecnologías, el valor del testimonio personal sigue siendo esencial". "Acercarse a la verdad y asumir la tarea del anuncio requiere la ‘garantía’ de una autenticidad de vida por parte de los que trabajan en los medios de comunicación, y especialmente de los periodistas católicos; una autenticidad de vida que no es menos necesaria en la era digital", prosigue.

“La tecnología, de por sí, no puede modificar o aumentar la credibilidad de un comunicador, ni puede cambiar los valores de referencia que guían la comunicación", recuerda la nota, afirmando finalmente que "la verdad debe seguir siendo el punto firme e invariable de referencia de los nuevos medios y del mundo digital, alargando las fronteras de la información y del conocimiento. Puede hacer idealmente más cercana la búsqueda de la verdad, que constituye el objetivo fundamental de todos los que trabajan en los medios de comunicación".

discurso del Papa sobre Erik Peterson

Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció el pasado lunes, al recibir a los participantes en el Simposio Internacional sobre Erik Peterson.

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Eminencias,

queridos hermanos en el sacerdocio,

gentiles Señoras y Señores,

queridos amigos,

con gran alegría os saludo a todos vosotros que habéis venid aquí a Roma con ocasión del Simposio internacional sobre Erik Peterson. En particular le doy las gracias a usted, querido cardenal Lehmann, por las cordiales palabras con que ha introducido nuestro encuentro.

Como Usted ha afirmado, esta año se celebran los 120 años del nacimiento en Hamburgo de este ilustre teólogo; y, casi en este mismo día, el 26 de octubre de 1960, Erik Peterson moría, siempre en su ciudad natal de Hamburgo. Él vivió aquí en Roma, con su familia, durante algunos periodos a partir de 1930 y después se estableció en ella desde 1933: primero en el Aventino, cerca de San Anselmo, y, sucesivamente, en las cercanías del Vaticano, en una casa frente a la Puerta de Santa Ana. Por esto, es para mí una alegría particular poder saludar a la familia Peterson presente entre nosotros, los estimados hijos e hijas con sus respectivas familias. En 1990, junto con el cardenal Lehmann, pude entregar a vuestra madre, en vuestro apartamento, con ocasión de su 80° cumpleaños, un autógrafo con la imagen del papa Juan Pablo II, y recuerdo de buen grado este encuentro con vosotros.

"No tenemos aquí una ciudad estable, sino que vamos en busca de la futura" (Hb 13,14). Esta cita de la Carta a los Hebreos se podría poner como lema de la vida de Erik Peterson. En realidad, él no encontró un verdadero lugar en toda su vida, donde poder obtener reconocimiento y morada estable. El inicio de su actividad científica cayó en un periodo de revueltas en la Alemania posterior a la Primera Guerra Mundial. La monarquía había caído. El orden civil parecía estar en riesgo ante los disturbios políticos y sociales. Esto se reflejaba también en el ámbito religioso, y, de forma particular, en el protestantismo alemán. La teología liberal hasta ahora predominante, con el propio optimismo del progreso, había entrado en crisis y dejaba espacio a nuevas líneas teológicas enfrentadas entre sí. La situación contemporánea planteaba un problema existencial al joven Peterson. Con interés tanto histórico como teológico, él había ya elegido la materia de sus estudios, como afirma, según la perspectiva de que “cuando nos quedamos solos con la historia humana, nos encontramos ante un enigma sin sentido" (Eintrag in das Bonner „Album Professorum" 1926/27, Ausgewählte Schriften, Sonderband S. 111). Peterson, lo cito de nuevo, decidió “trabajar en el campo histórico y afrontar especialmente problemas de historia de las religiones", porque en la teología evangélica de entonces, no conseguía “hacerse camino, entre el cúmulo de opiniones, hasta las cosas en sí mismas" (ibid.). En este camino llegó cada vez más a la certeza de que no hay ninguna historia separada de Dios y de que en esta historia la Iglesia tiene un lugar especial y encuentra su significado. Cito de nuevo: “Que la Iglesia existe y que está constituida de un modo del todo particular, depende estrechamente del hecho que (…) hay una determinada historia específicamente teológica" (Vorlesung „Geschichte der Alten Kirche" Bonn 1928, Ausgewählte Schriften, Sonderband S.88). La Iglesia recibe de Dios el mandato de conducir a los hombres desde su existencia limitada y aislada a una comunión universal, de lo natural a lo sobrenatural, de la fugacidad al final de los tiempos. En su obra sobre los ángeles afirma al respecto: “El camino de la Iglesia conduce de la Jerusalén terrestre a la celeste, (…) a la ciudad de los ángeles y de los santos" (Buch von den Engeln, Einleitung).

El punto de partida de este camino es el carácter vinculante de la Sagrada Escritura. Según Peterson, la Sagrada Escritura se convierte y es vinculante no en cuanto tal, ella no está solo en sí misma, sino en la hermenéutica de la Tradición apostólica, que, a su vez, se concreta en la sucesión apostólica y así la Iglesia mantiene la Escritura en una actualidad viva y al mismo tiempo la interpreta. A través de los obispos, que se encuentran en la sucesión apostólica, el testimonio de la Escritura permanece vivo en la Iglesia y constituye el fundamento para las convicciones de fe permanentemente válidas de la Iglesia, que encontramos ante todo en el credo y en el dogma. Estas convicciones se despliegan continuamente en la liturgia como espacio vivido de la Iglesia para la alabanza de Dios. El Oficio divino celebrado en la tierra se encuentra, por tanto, en una relación indisoluble con la Jerusalén celeste: allí se ofrece a Dios y al Cordero el verdadero y eterno sacrificio de alabanza, del que la celebración terrena es solo la imagen. Quien participa en la Santa Misa se detiene casi en el umbral de la esfera celeste, desde la cual contempla el culto que se realiza entre los Ángeles y los Santos. En cualquier lugar en el que la Iglesia terrestre entona su alabanza eucarística, esta se une a la festiva asamblea celeste, en la cual, en los santos, ya ha llegado una parte de sí misma, y da esperanza a cuantos están aún en camino en esta tierra hacia el cumplimiento eterno.

Quizás este es el punto, en el que debo insertar una reflexión personal. Descubrí por primera vez la figura de Erik Peterson en 1951. Entonces yo era capellán en Bogenhausen y el director de la casa editorial local Kösel, el señor Wild, me dio el volumen, apenas publicado, Theologische Traktate (Tratados teológicos). Lo leí con curiosidad creciente y me dejé verdaderamente apasionar por este libro, porque allí estaba la teología que buscaba: una teología, que emplea toda la seriedad histórica para comprender y estudiar los textos, analizándolos con toda la seriedad de la investigación histórica, y que no les deja quedarse en el pasado, sino que, en su investigación, participa en la autosuperación de la letra, entra en esta autosuperación y se deja conducir por ella y así entra en contacto con Aquel del que proviene la propia teología: con el Dios vivo. Y así el hiato entre el pasado, que la filología analiza, y el hoy, es superado es superado por sí mismo, porque la palabra conduce al encuentro con la realidad, y la actualidad entera de lo que está escrito, que se trasciende a sí misma hacia la realidad, se convierte en viva y operante. Así, de él aprendí, de la forma más esencial y profunda, qué es realmente la teología y llegué a sentir incluso admiración, porque aquí no dice sólo lo que piensa, sino que este libro es expresión de un camino que era la pasión de su vida.

Paradójicamente, precisamente el intercambio de cartas con Harnack expresa al máximo la imprevista atención que Peterson estaba recibiendo. Harnack confirmó, es más, había escrito ya con precedencia e independencia, que el principio formal católico según el cual “la Escritura vive en la Tradición y la Tradición viven en la forma viviente de la Sucesión”, es el principio originario y objetivo, y que el sola Scriptura no funciona. Peterson asumió esta afirmación del teólogo liberal en toda su seriedad y se dejó sacudir, turbar, doblar, transformar por ella, y así encontró el camino a la conversión. Y con ello realizó verdaderamente un paso como Abraham, según cuanto hemos escuchado al inicio de la Carta a los Hebreos: “No tenemos aquí una ciudad permanente". Él pasó de la seguridad de una cátedra a la incertidumbre, sin morada, y se quedó durante toda su vida privado de una base segura y sin una patria cierta, verdaderamente en camino con la fe y por la fe, en la confianza de que en este estar en camino sin morada, estaba en casa de otra manera y se acercaba cada vez más a la liturgia celeste, que le había impresionado.

Por todo esto se comprende que muchos pensamientos y escritos de Peterson quedaron fragmentarios a causa de la situación precaria de su vida, tras la pérdida de la enseñanza, a raíz de su conversión. Pero aún debiendo vivir sin la seguridad de un sueldo fijo, se casó aquí en Roma y constituyó una familia. Con ello expresó de modo concreto su convicción interior de que nosotros, aunque extranjeros – y él lo era de modo particular – encontramos un apoyo en la comunión del amor, y que en el amor mismo hay algo que dura por la eternidad. Él vivió este ser extranjero del cristiano. Se había convertido en extranjero en la teología evangélica y permaneció extranjero también en la teología católica, como era entonces. Hoy sabemos que pertenece a ambas, que ambas deben aprender de él todo el drama, el realismo y la exigencia existencial y humana de la teología. Erik Peterson, como ha afirmado el cardenal Lehmann, fue ciertamente apreciado y amado por muchos, un autor recomendado en un círculo restringido, pero no recibió el reconocimiento científico que habría merecido; habría sido, de alguna forma, demasiado pronto. Como he dicho, él era aquí y allí [en la teología católica y en la evangélica] un extranjero. Por tanto, no se podrá alabar bastante al cardenal Lehmann por haber tomado la iniciativa de publicar las obras de Peterson en una magnífica edición completa, y a la señora Nichtweiß, a la que ha confiado esta tarea, que ella lleva a cabo con competencia admirable. Así la atención que se le dirige a través de esta edición es más que justa, considerando que ahora varias obras han sido traducidas en italiano, francés, español, inglés, húngaro e incluso en chino. Auguro que con esto se difunda ulteriormente el pensamiento de Peterson, que no se queda en los detalles, sino que tiene siempre una visión del conjunto de la teología.

Doy las gracias de corazón a todos los presentes por haber venido. Mi agradecimiento particular a los organizadores de este Simposio, sobre todo al cardenal Farina, el patrono de este acontecimiento, y al doctor Giancarlo Caronello. De corazón dirijo mis mejores augurios para una discusión interesante y estimulante en el espíritu de Erik Peterson. Espero abundantes frutos de este Congreso, e imparto a todos vosotros y a cuantos lleváis en el corazón la Bendición Apostólica.

significado de la sumision en el matrimonio

Un poco de bondad llega muy lejos. Se esparce como ondas en una piscina. Pon tu dedo del pie en el agua, y creas una onda que avanza al otro lado de la piscina, rebota en la pared y regresa a ti. Cuando llega a ti, las ondas pequeñas parecen diferentes a las originales que habías mandado, pero siguen siendo ondas.

Así también pasa con la bondad que esparcimos cuando nos sometemos unos a los otros. Esto es el significado detrás del mensaje de Efesios. 5,21-33, que es una de las lecturas de la escritura que se recomienda para las bodas. Muchas parejas no escogen esta escritura para su matrimonio, porque la entienden mal. La leen aparte de los Evangelios y asumen que dice a la esposa que sea inferior al marido y que las esposas siempre deben abandonar sus propios deseos y objetivos cuando se crean conflicto entre la pareja.

Esto no es verdad, como es aclarado por lo que San Pablo dice acerca del papel del marido en el matrimonio. Para que un hombre ame a su esposa de la manera que Cristo ama a la Iglesia, él tiene que ser un amante y también un sirviente. Esto es a lo que la esposa debe de someterse: ¡Ser servida por su marido de la manera que Cristo nos sirve a nosotros!

El marido, como cabeza de la familia, es el sumo sacerdote de la casa, haciendo sacrificios como Jesús los hizo. Él debe ser un buen pastor que lleva a la familia a campos exuberantes de alimento espiritual, como Jesús el Buen Pastor. Él debe ser un proveedor amoroso que cumple con las necesidades de su familia, y él debe ser un profeta santo que les entrega la sabiduría de Dios - como Jesús.

ESTO es a lo que la esposa se debe someter, y a nada más. ¡Si el marido trata a su esposa de esta manera, cualquiera puede ver que querrá someterse a su cuidado religioso! Yo sé que en mi papel como esposa yo puedo alcanzar mi potencial más alto cuando mi querido marido, Ralph, es Cristo para mí. También en mi papel como directora de este ministerio de reflexiones del evangelio: Si no fuera por su los sacrificios de Ralph, mi esposo, ofrecidos en forma de amor, yo no hubiera sido libre para construir El Ministerio de Las Buenas Nuevas como lo he hecho.

El casamiento no es una relación de un superior aplastando el alma al inferior; es igualdad en el amor verdadero. Somos Cristo el uno por el otro.

Cuando un marido no es Cristo para su esposa, ella no está bajo ninguna obligación de someterse a su maldad ni a su mundanería. Ella todavía es llamada a amarlo y a hacerle el bien a él, pero si es abusivo o infiel, ella quizás tenga que amarlo de lejos.

El mismo principio de Efesios 5 se traspasa a otras relaciones que implican jefatura: parroquianos y sus sacerdotes, los empleados y sus jefes, los ciudadanos y sus líderes de gobierno, y niños dependientes y sus padres. Cada persona que tiene autoridad sobre nosotros es llamada a ser Cristo para nosotros, y nosotros somos llamados a someternos a esto. La sumisión santificada significa respeto y cooperación mutua.

Padre Roberto Mena ST

Colaboracion entre religiosos y religiosas

Benedicto XVI destacó la importancia actual de la colaboración entre hombres y mujeres consagrados a Dios, este miércoles durante la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro, cuya catequesis dedicó a santa Brígida de Suecia (1303-1373).

“La colaboración de consagrados y consagradas, siempre en el respeto de su vocación específica, reviste una gran importancia en el mundo de hoy”, afirmó.

El Papa se refirió a la orden religiosa fundada por santa Brígida, dedicada al Santo Salvador y compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa.

El Pontífice afirmó que el carácter mixto, bajo la dirección de una mujer, de esa orden “no debe sorprendernos”.

Y explicó que “en la Edad Media existían fundaciones monásticas con una rama masculina y una rama femenina, pero con la práctica de la misma regla monástica, que preveía la dirección de la abadesa”.

“De hecho -añadió, en referencia a este liderazgo femenino-, en la gran tradición cristiana, a la mujer se le reconoce una dignidad propia y –a ejemplo de María, Reina de los Apóstoles– un lugar propio en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es también importante para el crecimiento espiritual de la comunidad”.

Espiritualidad conyugal

Por otra parte, el Papa se refirió a santa Brígida de Suecia como modelo de esposa y de viuda, distinguiendo dos periodos en su vida, separados por el fallecimiento de su marido.

Del primer periodo, caracterizado “por su condición de mujer felizmente casada”, el Papa destacó “el compromiso educativo de Brígida respecto a sus hijos”, signo del cual es que la segunda de sus ocho hijos, Karin (Catalina) sea venerada como santa.

Subrayó “su sabiduría pedagógica”, que “era apreciada hasta tal punto que el rey de Suecia, Magnus, la llamó a la corte por un cierto tiempo, con el fin de introducir a su joven esposa, Blanca de Namur, en la cultura sueca”.

Y también la influencia muy positiva en su esposo y en el conjunto de su familia que, “gracias a su presencia, se convirtió en una verdadera 'Iglesia doméstica'”.

“Junto con su marido, adoptó la Regla de los Terciarios franciscanos -recordó el Papa-. Practicaba con generosidad obras de caridad hacia los indigentes; fundó también un hospital”.

Respecto a su marido, con quien estuvo casada 28 años, indicó que “junto a su esposa, Ulf aprendió a mejorar su carácter y a progresar en la vida cristiana”.

De hecho, “a la vuelta de una larga peregrinación a Santiago de Compostela, efectuado en 1341 junto a otros miembros de la familia, los esposos maduraron el proyecto de vivir en continencia; pero poco después, en la paz de un monasterio en el que se había retirado, Ulf concluyó su vida terrena”.

Para el Papa, “este primer periodo de la vida de Brígida nos ayuda a apreciar la que hoy podríamos definir una auténtica 'espiritualidad conyugal': juntos, los esposos cristianos pueden recorrer un camino de santidad, sostenidos por la gracia del Sacramento del Matrimonio”.

Además, añadió, “no pocas veces, precisamente como sucedió en la vida de santa Brígida y de Ulf, es la mujer la que con su sensibilidad religiosa, con la delicadeza y la dulzura consigue hacer recorrer al marido un camino de fe”.

En este punto, el Pontífice tuvo palabras de reconocimiento hacia “tantas mujeres que, día a día, aún hoy, iluminan a sus propias familias con su testimonio de vida cristiana”.

Y auspició “que el Espíritu del Señor pueda suscitar también hoy la santidad de los esposos cristianos, para mostrar al mundo la belleza del matrimonio vivido según los valores del Evangelio: el amor, la ternura, la ayuda recíproca, la fecundidad en engendrar y educar hijos, la apertura y la solidaridad hacia el mundo, la participación en la vida de la Iglesia”.

Modelo de viudas cristianas

Respecto al segundo periodo de la vida de santa Brígida, el Papa explicó que “renunció a otro matrimonio para profundizar en la unión con el Señor a través de la oración, la penitencia y las obras de caridad”.

La propuso como modelo para las viudas cristianas, recordando que la santa, “a la muerte de su marido, tras haber distribuido sus propios bienes a los pobres, aun sin acceder nunca a la consagración religiosa, se estableció en el monasterio cisterciense de Alvastra”, donde tuvo revelaciones divinas hasta su muerte.

La Iglesia no se ha pronunciado sobre cada una de esas revelaciones, pero ha acogido la autenticidad conjunta de su experiencia interior, recordó el Pontífice.

“De hecho, leyendo estas Revelaciones, se nos interpela sobre muchos temas importantes”, dijo, temas como la Pasión de Cristo y la dolorosa maternidad de María.

Benedicto XVI señaló también que santa Brígida estaba convencida de que todo carisma está destinado a edificar a la Iglesia, por lo que muchas de sus revelaciones estaban dirigidas, “en forma de advertencias incluso severas, a los creyentes de su tiempo, incluyendo las autoridades religiosas y políticas, para que viviesen de manera coherente su vida cristiana”.

Copatrona de Europa

Finalmente, el Papa se refirió a la santa, copatrona de Europa desde el año 2000, como a una “figura eminente en la historia de Europa” y consideró que ella puede ayudar a que el continente se alimente siempre de sus raíces cristianas y en el ecumenismo.

“Procedente de Escandinavia, santa Brígida atestigua cómo el cristianismo había permeado profundamente la vida de todos los pueblos de este Continente”, afirmó.

Y añadió: “Declarándola copatrona de Europa, el Papa Juan Pablo II auguró que santa Brígida –que vivió en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental aún no había sido herida por la división– pueda interceder eficazmente ante Dios, para obtener la gracia tan esperada de la plena unidad de todos los cristianos”.

La mujer en la Iglesia segun Benedicto XVI

El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de este miércoles celebrada ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro a Santa Brígida de Suecia, co-patrona de Europa que vivió entre 1303 y 1373. Su vida muestra la importancia y la dignidad de la mujer en la Iglesia Católica, y su ejemplo destaca la importancia de la oración profunda en el camino hacia Dios.

Brígida, proclamada co-patrona de Europa por Juan Pablo II, nació en Finster, Suecia. En su vida se puede distinguir dos periodos. El primero estuvo caracterizado por su condición de mujer felizmente casada y madre de ocho hijos. Se inició entonces en el estudio de la Sagrada Escritura y adoptó como norma de vida, junto a su esposo, la Regla de los Terciarios franciscanos. Practicó también generosamente las obras de caridad y fundó un hospital.

Este primer periodo de la vida de Brígida, dijo el Papa, "nos ayuda a apreciar lo que hoy podríamos llamar una verdadera ‘espiritualidad conyugal’: los esposos cristianos pueden seguir un camino de santidad, sostenidos por la gracia del Sacramento del Matrimonio.¡Que el Espíritu del Señor suscite también hoy en día la santidad de los esposos cristianos, para mostrar al mundo la belleza del matrimonio vivido de acuerdo con los valores del Evangelio: el amor, la ternura, la ayuda mutua, la fecundidad en la generación y educación de los hijos, la apertura y la solidaridad hacia el mundo, la participación en la vida de la Iglesia!".

Cuando Brígida enviudó comenzó el segundo período de su vida. Renunció a otra boda para profundizar "la unión con el Señor mediante la oración, la penitencia y las obras de caridad", y "después de distribuir sus bienes a los pobres, se estableció en el monasterio cisterciense de Alvastra, sin acceder a la consagración religiosa". En ese lugar comenzaron las Revelaciones divinas, que la acompañaron por el resto de su vida y cuyo contenido y estilo son muy diferentes.

El Papa explicó luego que "el valor de las Revelaciones de Santa Brígida, que a veces ha sido objeto de algunas dudas fue precisado por el Venerable Juan Pablo II, que en la Carta ‘Spes aedificandi’ escribe: ‘Reconociendo la santidad de Brígida, la Iglesia, aunque no se pronuncia sobre las revelaciones individuales, ha aceptado la autenticidad global de su experiencia interior’".

"De hecho la lectura de estas Revelaciones nos interpela sobre muchos temas importantes. Se describe con frecuencia la Pasión de Cristo, contemplando en ella el infinito amor de Dios por los seres humanos. Otro argumento recurrente es la maternidad dolorosa de María, que la convirtió en Mediadora y Madre de la misericordia".

Benedicto XVI indica luego que esta Santa estaba firmemente convencida de que "todos los carismas están destinados a edificar la Iglesia. Precisamente por esta razón, no pocas de sus revelaciones estaban dirigidas, incluso en forma de admoniciones muy graves, a los creyentes de su tiempo, incluidas las autoridades religiosas y políticas, para que vivieran con coherencia su vida cristiana. Pero se caracterizaba siempre por su actitud de respeto y de fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia, en particular al Sucesor de Pedro".

En 1349 Brígida deja para siempre Suecia y peregrina a Roma para participar en el Jubileo de 1350 y pedir al Papa que aprobase la regla de fundación de la orden religiosa que quería dedicar al Santísimo Salvador, compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa.

"Es un dato que no debe sorprendernos", observó el Papa. "En la Edad Media hay fundaciones monásticas con una rama masculino y una femenina que practicaban la misma regla monástica bajo la dirección de la abadesa. La gran tradición cristiana reconoce a la mujer una dignidad propia, y según el ejemplo de María, Reina de los Apóstoles, un propio lugar en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es igualmente importante para el crecimiento espiritual de la comunidad".

Santa Brígida peregrinó también a Asís y a Tierra Santa. Murió en 1373 y fue canonizada en 1391 por Bonifacio IX. Su santidad, caracterizada por múltiples dones y experiencias, "la convierte en una figura destacada en la historia europea" ya que "muestra cómo el cristianismo ha impregnado profundamente la vida de todos los pueblos de este continente".

"Proclamándola co-patrona de Europa, el Papa Juan Pablo II expresó su esperanza de que santa Brígida –que vivió en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental no estaba todavía herida por la división– intercediera ante Dios para obtener la gracia, tan esperada, de la plena unidad de todos los cristianos", concluyó el Papa Benedicto XVI, pidiendo también la intercesión de la santa para que "Europa se alimente siempre de sus raíces cristianas".

En su saludo en español el Papa se dirigió de manera particular a "las Religiosas Carmelitas Misioneras Teresianas; a los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, de Andújar; al grupo de la parroquia de Nuestra Señora del Rescate, de Ujarrás, en Costa Rica, así como a los demás grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a llevar una intensa vida de oración, a ejemplo de Santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa. Muchas gracias".

La Iglesia es comunicadora

La Iglesia es comunicadora por excelencia


Mons. Agustín Radrizzani y Pbro. Jorge Oesterheld, presidente y secretario de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, respectivamente


Videoconferencia en el Encuentro nacional de comunicadores

El pasado sábado 23 de octubre se realizó el Encuentro Nacional de Delegados de Comunicación Social que este año tuvo la particularidad de realizarse por regiones en forma simultánea, mientras que los distintos puntos de encuentro se mantuvieron comunicados a través de Internet.

La experiencia será presentada a los obispos argentinos en la próxima Asamblea Plenaria del Episcopado, por el secretario de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, presbítero Jorge Oesterheld, quien a su vez coordinó la actividad.

Aparecida nos centra en la actitud y aptitud comunicadora
La apertura del Encuentro Nacional estuvo a cargo de monseñor Agustín Radrizzani SDB, presidente de la mencionada comisión episcopal y arzobispo de Mercedes-Luján, quien a través de una videoconferencia presentó una reflexión sobre la comunicación en el Documento de Aparecida.

El boletín electrónico de la diócesis de Morón, “Koinonía”, difundió un extracto de dicha alocución cuya idea central es que la “comunicación” atraviesa el Documento de Aparecida.

La lectura que el prelado hizo del documento no está centrada específicamente en el apartado sobre la comunicación, sino que busca poder comprender en qué medida en Aparecida se concibe la Iglesia como sujeto comunicado y comunicador, y cómo la comunicación atraviesa el documento y la Iglesia misma en todas sus dimensiones.

“En Aparecida -dijo- es la conciencia de la pertenencia a Cristo de donde nace el ímpetu de comunicar. Por este motivo la misión no se limita a programas o proyectos” sino que “es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Jesucristo, es testimoniarlo, anunciarlo partiendo de las personas, pasando por las comunidades, llegando a los últimos confines del mundo”.

Subrayó que “la misión de discípulos al servicio de la vida plena quiere decir vivir y comunicar la vida trinitaria y la vida nueva en Cristo para nuestros pueblos”. Y “para comunicar la vida es necesario dejar la seguridad en la orilla y sentir la pasión por comunicar a los demás, dando todo. Por lo tanto para comunicar es necesario impedir instalarse, estancarse. Para comunicar es necesario el ardor incontenible y el atractivo testimonial de la unidad para que el mundo crea”.

“Y allí se va a la búsqueda de las características del Maestro para vivir según su ser. Y allí emerge el testimonio, la proximidad, la cercanía afectuosa, la escucha, la humildad, la solidaridad, la compasión, el diálogo, la reconciliación, el compromiso con la justicia social y la capacidad de compartir. Se trata de vivir procesos constantes de renovación, y de abandonar estructuras caducas. Lo cual supone asumir una permanente conversión pastoral”, agregó.

Monseñor Radrizzani sostuvo asimismo que “Aparecida nos centra en la actitud y aptitud comunicadora, nos centra en las comunidades comunicativas que debemos construir, nos sitúa en el contexto de la Iglesia comunidad por excelencia comunicadora, y nos proyecta a un nuevo estilo de misión”.+

Thursday, October 07, 2010

importancia del rosario

Cuentan los antiguos que cuando Santo Domingo de Guzmán empezaba a desanimarse al ver que en los sitios donde predicaba la gente no se convertía y la herejía no se alejaba, le pidió a Nuestra Señora le iluminara algún remedio para conseguir la salvación de aquellas personas y que Ella le dijo en una visión: "Estos terrenos no producirán frutos de conversión sino reciben abundante lluvia de oración".

Desde entonces el santo se dedicó a hacer rezar a las gentes el Padre Nuestro y el Ave María y a recomendarles que pensaran en los misterios de la Vida, Pasión y Muerte de Jesús. Muy pronto las conversiones fueron muy numerosas y las gentes de aquellas regiones volvieron a la verdadera religión.

Hoy por hoy, después de la Santa Misa, el Rosario es quizás la devoción más practicada por los fieles. Los enemigos de la religión católica (protestantes, etc.) han dicho y siguen diciendo horrores contra el Santo Rosario pero los católicos han experimentado y siguen experimentando día por día los extraordinarios favores divinos que consiguen con esta santa devoción.

¡Cuántas personas han logrado verse libres de pecados y de malas costumbres el dedicarse a rezar con devoción el santo Rosario! ¡Cuántos hay que desde que están rezando el Rosario a la Virgen María han notado como su vida ha mejorado notoriamente en virtudes y en buenas obras! Son muchísimos los que por haber rezado con toda fe su Rosario lograron obtener una buena y santa muerte y ahora gozan para siempre en el cielo.

Ojalá leyéramos algún libro que hable de las maravillas que se consiguen con el rezo del Santo Rosario. Basta saber que el Rosario ha sido recomendado por muchos Sumos Pontífices y aprobado por la Iglesia Católica en todo el mundo, y que a los que lo rezan se les conceden numerosas indulgencias.

Se llama indulgencia la rebaja de castigos que tendríamos que sufrir en la otra vida por nuestros pecados. La Iglesia Católica con el poder que Jesús le dio cuando dijo: "Todo lo que desates en la tierra queda desatado en el cielo", puede conceder a los fieles que por ciertas devociones se les rebaje parte de los castigos que tendrían que sufrir en el purgatorio.

"Se confiere una indulgencia plenaria si el rosario se reza en una iglesia o un oratorio público o en familia, en una comunidad religiosa o asociación pía; se otorga una indulgencia parcial en otras circunstancias" (Enchiridion de Indulgencias, p. 67)

Condiciones:

1. Que se recen las cinco decenas del Rosario sin interrupción
2. Las oraciones sean recitadas y los misterios meditados
3. Si el Rosario es público, los Misterios deben ser anunciados

Además debe cumplirse:

1. Confesión Sacramental
2. Comunión Eucarística
3. Oraciones por las intenciones del Papa

Si no se cumplen las condiciones para la indulgencia plenaria, puede aún ganarse indulgencia parcial.

La indulgencia puede ser aplicada a los difuntos. La indulgencia plenaria solo puede ganarse una vez al día (excepto en peligro de muerte).

"Lo maravilloso del Santo Rosario no es la repetición de las avemarías o de la mesa bien dispuesta que sostiene la imagen de la Virgen, sino la experiencia de la unidad que se conforma en todo el mundo entero para alabar y bendecir a Dios por los motivos inmensos de su amor para con la humanidad. Es una rica costumbre de la piedad popular donde la Santísima Virgen se hace universal y de mucha importancia para los creyentes. Es la magnífica oportunidad que tenemos todos de experimentar en la fe ese amor a Dios en María Santísima, a la cual le había confiado esa misión salvífica. Es el santo rosario el lugar para reconocer a María Virgen como la Madre del Señor Jesús y en el plano de la gracia, Madre de todos nosotros. Es a la vez el reconocimiento de que Dios a través de Ella interviene a favor nuestro.

Es una oración connatural a la gente sencilla que reconoce la elegancia de Dios para hacer nacer a Jesús, el Salvador del vientre inmaculado de la Virgen María. Por eso en cada decena de las avemarías se medita el sufrimiento, la lucha y el triunfo en ese caminar de Jesús por el camino de la vida, donde la Virgen estuvo presente y actuante para ayudarle a cumplir su misión salvadora. Mi madre solía decir, que el rosario era tan sagrado porque en el estaba todo Jesús y toda María. Por eso, hoy en día, se hace necesario, que el santo rosario ocupe ese espacio tan vivo en los hogares". (P. Marcelo Rivas Sánchez)

Padre Roberto Mena ST