Fallece a los 86 años religiosa llamada el “ángel de la prisión”
La Madre Antonia Brenner, una mujer que vivió en la acomodada zona de Beverly Hills en Los Ángeles (Estados Unidos), se casó y divorció dos veces y tuvo siete hijos antes de convertirse en religiosa católica, para luego realizar una intensa pastoral en una peligrosa cárcel de Tijuana (México) durante treinta años, falleció el 17 de octubre a los 86 años.
La conversión de esta mujer se produjo luego de que en 1969 tuviera un sueño, en el que se encontraba en prisionera en el Calvario, pronta a ser ejecutada. Entonces, Jesús se le apareció, ofreciéndole morir en su lugar, a lo que ella se negó, asegurándole que nunca lo dejaría sin importar lo que le sucediera.
Tras este sueño, la Madre Antonia decidió dedicar su vida a la Iglesia. A pesar de dificultades iniciales, por su condición de divorciada, creó la orden de las Siervas eudistas de la Undécima Hora, “una congregación católica para mujeres maduras”.
En una explicación dada por la religiosa sobre su dedicación a la pastoral carcelaria al diario estadounidense Los Angeles Times en 1982, la Madre Angélica dijo que “algo me sucedió cuando vi a los hombres tras las rejas… cuando me fui, pensé mucho en ellos”.
“Cuando hacía frío, me preguntaba si estaban abrigados; cuando estaba lloviendo, si tenían cobijo”, dijo.
La religiosa se preguntaba además si los reclusos “tenían medicina y cómo estaba sus familias. Usted sabe, cuando volví a vivir en la prisión, sentí como si hubiera vuelto a casa”.
Tanto para los guardias como para los presos de la penitenciaría mexicana de La Mesa, la Madre Antonia ha sido el ángel de la prisión. Pero al interior de los barrotes, la han conocido como “Mama”.
La religiosa dijo en una antigua entrevista a Los Angeles Times que los presos “tiene que aceptar que están equivocados. Tienen que ver las consecuencias. Tienen que sentir la agonía… pero yo los amo profundamente”.
La Madre Antonia y sus Siervas eudistas de la Undécima Hora han realizado su trabajo pastoral desde la Casa Corazón de María, que tienen en Tijuana, y donde las candidatas a la congregación pasan por un periodo de discernimiento y formación, antes de su ingreso pleno.
Tras la noticia del fallecimiento de la Madre Antonia, el Arzobispo de Tijuana, Mons. Rafael Romo Muñoz, aseguró que “humanamente hablando, se trata de una pérdida irreparable, pero desde el punto de vista de la misión que tenia, creo que tenemos una ganancia”.
“Es una mujer con características de santa. Yo lo digo porque la conocí y la quise mucho, también sentí mucho el cariño de ella. Tiene rasgos de santa, por lo que la Iglesia en realidad sale ganando”, dijo.
La conversión de esta mujer se produjo luego de que en 1969 tuviera un sueño, en el que se encontraba en prisionera en el Calvario, pronta a ser ejecutada. Entonces, Jesús se le apareció, ofreciéndole morir en su lugar, a lo que ella se negó, asegurándole que nunca lo dejaría sin importar lo que le sucediera.
Tras este sueño, la Madre Antonia decidió dedicar su vida a la Iglesia. A pesar de dificultades iniciales, por su condición de divorciada, creó la orden de las Siervas eudistas de la Undécima Hora, “una congregación católica para mujeres maduras”.
En una explicación dada por la religiosa sobre su dedicación a la pastoral carcelaria al diario estadounidense Los Angeles Times en 1982, la Madre Angélica dijo que “algo me sucedió cuando vi a los hombres tras las rejas… cuando me fui, pensé mucho en ellos”.
“Cuando hacía frío, me preguntaba si estaban abrigados; cuando estaba lloviendo, si tenían cobijo”, dijo.
La religiosa se preguntaba además si los reclusos “tenían medicina y cómo estaba sus familias. Usted sabe, cuando volví a vivir en la prisión, sentí como si hubiera vuelto a casa”.
Tanto para los guardias como para los presos de la penitenciaría mexicana de La Mesa, la Madre Antonia ha sido el ángel de la prisión. Pero al interior de los barrotes, la han conocido como “Mama”.
La religiosa dijo en una antigua entrevista a Los Angeles Times que los presos “tiene que aceptar que están equivocados. Tienen que ver las consecuencias. Tienen que sentir la agonía… pero yo los amo profundamente”.
La Madre Antonia y sus Siervas eudistas de la Undécima Hora han realizado su trabajo pastoral desde la Casa Corazón de María, que tienen en Tijuana, y donde las candidatas a la congregación pasan por un periodo de discernimiento y formación, antes de su ingreso pleno.
Tras la noticia del fallecimiento de la Madre Antonia, el Arzobispo de Tijuana, Mons. Rafael Romo Muñoz, aseguró que “humanamente hablando, se trata de una pérdida irreparable, pero desde el punto de vista de la misión que tenia, creo que tenemos una ganancia”.
“Es una mujer con características de santa. Yo lo digo porque la conocí y la quise mucho, también sentí mucho el cariño de ella. Tiene rasgos de santa, por lo que la Iglesia en realidad sale ganando”, dijo.
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