Señor Jesucristo, hoy te pido la gracia de poder perdonar a todos los que me han ofendido en mi vida. Sé que Tú me darás la fuerza para perdonar. Te doy gracias porque Tú me amas y deseas mi felicidad más que yo mismo. "Señor Jesucristo, hoy quiero perdonarme por todos mis pecados, faltas y todo lo que es malo en mí y todo lo que pienso que es malo. Señor, me perdono por cualquier intromisión en ocultismo, usando tablas de uija, horóscopos, sesiones, adivinos, amuletos, tomado tu nombre en vano, no adorándote; por herir a mis padres, emborracharme, usando droga, por pecados contra la pureza, por adulterio, aborto, robar, mentir. Me perdono de verdad. Señor, quiero que me sanes de cualquier ira, amargura y resentimiento hacia Ti, por las veces que sentí que Tú mandaste la muerte a mi familia, enfermedad, dolor de corazón, dificultades financieras o lo que yo pensé que eran castigos. ¡Perdóname, Jesús, Sáname!Señor, perdono a mi madre por las veces que me hirió, se resintió conmigo, estuvo furiosa conmigo, me castigó, prefirió a mis hermanos y hermanas a mí, me dijo que era tonto, feo, estúpido o que le había costado mucho dinero a la familia, o cuando me dijo que no era deseado, que fui un accidente, una equivocación o no era lo que quería. Perdono a mi padre por cualquier falta de apoyo, falta de amor, o de afecto, falta de atención, de tiempo, o de compañía, por beber, por mal comportamiento, especialmente con mi madre y los otros hijos, por sus castigos severos, por desertar, por estar lejos de casa, por divorciarse de mi madre, por no serle fiel. Señor, perdono a mis hermanos y hermanas que me rechazaron, dijeron mentiras de mí, me odiaron, estaban resentidos contra mí, competían conmigo por el amor de mis padres; me hirieron físicamente o me hicieron la vida desagradable de algún modo. Les perdono, Señor. Señor, perdono a mi cónyuge por su falta de amor, de afecto, de consideración, de apoyo, por su falta de comunicación, por tensión, faltas, dolores o aquellos otros actos o palabras que me han herido o perturbado. Señor, perdono a mis hijos por su falta de respeto, obediencia, falta de amor, de atención, de apoyo, de comprensión, por sus malos hábitos, por cualquier mala acción que me puede perturbar. Señor, perdono a mi abuela, abuelo, tíos, tías y primos, que hayan interferido en la familia y hayan causado confusión, o que hayan enfrentado a mis padres. Señor, perdono a mis parientes políticos, especialmente a mi suegra, mi suegro, perdono a mis cuñados y cuñadas. Señor, hoy te pido especialmente la gracia de perdonar a mis yernos y nueras, y otros parientes por matrimonio, que tratan a mis hijos sin amor. Jesús, ayúdame a perdonar a mis compañeros de trabajo que son desagradables o me hacen la vida imposible. Por aquellos que me cargan con su trabajo, cotillean de mí, no cooperan conmigo, intentan quitarme el trabajo. Les perdono hoy. También necesito perdonar a mis vecinos, Señor. Por el ruido que hacen, por molestar, por no tener sus perros atados y dejar que pasen a mi jardín, por no tener la basura bien recogida y tener el vecindario desordenado; les perdono. Ahora perdono a mi párroco y los sacerdotes, a mi congregación y mi iglesia por su falta de apoyo, mezquindad, falta de amistad, malos sermones, por no apoyarme como debieran, por no usarme en un puesto de responsabilidad, por no invitarme a ayudar en puestos mayores y por cualquier otra herida que me hayan hecho; les perdono hoy. Señor, perdono a todos los profesionales que me hayan herido en cualquier forma, médicos, enfermeras, abogados, policías, trabajadores de hospitales. Por cualquier cosa que me hicieron; les perdono sinceramente hoy. Señor, perdono a mi jefe por no pagarme lo suficiente, por no apreciarme, por no ser amable o razonable conmigo, por estar furioso o no ser dialogante, por no promocionarme, y por no alabarme por mi trabajo. Señor, perdono a mis profesores y formadores del pasado así como a los actuales; a los que me castigaron, humillaron, insultaron, me trataron injustamente, se rieron de mí, me llamaron tonto o estúpido, me hicieron quedar castigado después del colegio. Señor, perdono a mis amigos que me han decepcionado, han perdido contacto conmigo, no me apoyan, no estaban disponibles cuando necesitaba ayuda, les presté dinero y no me lo devolvieron, me criticaron. Señor Jesús, pido especialmente la gracia de perdonar a esa persona que más me ha herido en mi vida. Pido perdonar a mi peor enemigo, la persona que más me cuesta perdonar o la persona que haya dicho que nunca la perdonaría. "Gracias Jesús, porque me estás liberando del mal de no perdonar y pido perdón a todos aquellos a los que yo también he ofendido. Gracias, Señor, por el amor que llega a través de mí hasta ellos. Amén.
Padre Roberto Mena, S.T.
P. Roberto Mena S.T. es un Siervo Misionero de la Santisima Trinidad, originario de Guatemala, Centroamérica. Es el Director Hispano de Comunicaciones de los Siervos Misioneros en Silver Spring, Maryland. Ayuda los fines de semana como Pastor Asistente en la Parroquia San Bernardo de Riverdale Park, Maryland. Tiene programas radiales en www.esneradio.com y ewtn radio www.ewtn.com
Tuesday, February 26, 2008
Friday, February 22, 2008
Mensaje para los Matrimonios.
EL LENGUAJE DEL AMOR
¿Cómo podemos hablar el lenguaje del amor del otro, cuando estamos llenos de dolor, ira y resentimiento por las faltas pasadas?
El habernos equivocado en el pasado no quiere decir que nos equivocaremos en el futuro. Somos criaturas de decisiones. Eso significa que tenemos la capacidad de hacer malas decisiones, como todos las hemos hecho. Hemos criticado y hemos hecho cosas hirientes. No estamos orgullosos de esas decisiones aunque pudieron parecer justas en ese momento. La respuesta a esa pregunta está en la esencia natural de nuestra humanidad. En vez de eso podemos decir:
- “Lo siento. Sé que te he ofendido, pero quisiera que el futuro fuera diferente. Quisiera hablar tu lenguaje de amor. Quisiera llenar tus necesidades”. He visto matrimonios rescatados al borde del divorcio cuando las parejas se deciden por el amor. El amor no borra el pasado, pero hace diferente el futuro.
Brent estaba en mi oficina con rostro impávido, inexpresivo. No había venido por su propia iniciativa sino a petición mía. Una semana antes, su esposa Becky había estado sentada en la misma silla llorando incontrolablemente. En medio de sus lágrimas, trató de contarme que Brent le había dicho que ya no la amaba y que se iba. Estaba destrozada. Cuando recuperó su compostura, ella había dicho:
- “Los dos hemos trabajado mucho en los últimos dos o tres años. No puedo creer lo que dice, siempre ha sido una persona bondadosa y responsable. Es un padre muy bueno para nuestros hijos, ¿cómo podría hacernos esto?”
Por mi parte había escuchado cómo describía sus doce años de matrimonio. Tuvieron un noviazgo emocionante. Se casaron completamente enamorados. Tuvieron los ajustes típicos y propios de los primeros días de matrimonio, y se pusieron a alcanzar el sueño de toda pareja. A su debido tiempo descendieron de la cúspide de su enamoramiento, pero no aprendieron a hablar el lenguaje de amor del otro en forma satisfactoria. Ella había vivido con un tanque de amor a medio llenar en los últimos años, pero había suficientes expresiones de amor que le hicieron pensar que todo estaba muy bien con él. Sin embargo, su tanque de amor estaba vacío.
Le había dicho a Becky que trataría de que Brent conversara conmigo. Por teléfono le dije: “Como usted sabe, Becky vino a verme y me contó que estaban teniendo dificultades en el matrimonio. Quiero ayudarla, pero para hacerlo necesito saber qué es lo que usted piensa”.
Él había aceptado hablar conmigo sin vacilación, y ahora estaba en mi oficina. Su apariencia exterior hacía contraste con la de Becky. Ella había estado llorando incontrolablemente, pero él estaba firme, estoico. Tuve la impresión, sin embargo, que su llanto había tenido lugar semanas o quizás meses atrás, y que había sido un llanto interior.
La historia que Brent contó confirmó mi corazonada. -Ya no la amo- dijo. La he amado por mucho tiempo. No quiero herirla, pero no nos sentimos cerca. Nuestra relación es vacía. Ya no disfruto el estar con ella. No sé lo que pasó, quisiera que fuera diferente, pero ya no siento nada hacia ella.
Él estaba sintiendo igual que cientos de miles de esposos habían sentido siempre. La mente ya conformada a un “ya no la amo” es lo que da a los hombres la libertad emocional para buscar amor con otras mujeres. Sucede lo mismo con las esposas que utilizan la misma excusa. Simpaticé con Brent porque yo he estado en su lugar. Felizmente descubrí, en los primeros años de nuestro matrimonio, la diferencia entre la experiencia del enamoramiento y la necesidad emocional de sentirse amado. La mayor parte de las películas, las telenovelas y las revistas románticas, han tergiversado estos dos conceptos, aumentando nuestra confusión, pero en realidad son distintos. La experiencia del enamoramiento está en el nivel del instinto; no es premeditada. Simplemente se da en el contexto normal de las relaciones hombre-mujer. Puede ser aceptada o rechazada, pero no es el resultado de una decisión conciente. Dura poco tiempo, por lo general dos años. La experiencia del enamoramiento satisface temporalmente la necesidad de amor. Nos hace sentir que alguien nos quiere, que alguien nos admira y nos aprecia. Sin embargo, si no hemos aprendido su lenguaje principal de amor, o no hemos decidido hablarlo, cuando descienda de las alturas emocionales tendrá demandas naturales de una necesidad emocional no satisfecha. Después de algún tiempo de vivir con un tanque de amor vacío querrá enamorarse de otra persona y el ciclo comenzará de nuevo. Llenar la necesidad de amor de mi esposa es una decisión que tomo cada día. Si sé cuál es su lenguaje principal de amor, y decido hablarlo, sus necesidades más profundas serán satisfechas y ella se sentirá segura de mi amor. Si ella hace lo mismo por mí, mis necesidades emocionales serán satisfechas y ambos viviremos con un tanque lleno. Brent era honesto, y reveló que ya había estado enamorado de alguien por varios meses. Había esperado que esos sentimientos se fueran y que pudiera arreglar su situación con su esposa, pero las cosas en el hogar habían empeorado. Un mes más tarde recibí una llamada de Brent. Me dijo que le gustaría hablar conmigo otra vez. Cuando entró a mi oficina, estaba visiblemente perturbado. Su amante había descendido de la altura emocional del enamoramiento y ahora veía en Brent cosas que no le gustaban. Le recordé la naturaleza temporal del enamoramiento, el cual tarde o temprano nos bajaba de las alturas emocionales al mundo real. Le sugerí que la crisis quizás fue algo que sirvió para que él y su esposa recibieran consejería matrimonial. Aceptó la consejería y nueve meses después Brent y Becky salieron de mi oficina con un matrimonio renacido. Artículo tomado del libro:
LOS CINCO LENGUAJES DEL AMORGary Chapman Editorial Unilit-Revista Enfoque
¿Cómo podemos hablar el lenguaje del amor del otro, cuando estamos llenos de dolor, ira y resentimiento por las faltas pasadas?
El habernos equivocado en el pasado no quiere decir que nos equivocaremos en el futuro. Somos criaturas de decisiones. Eso significa que tenemos la capacidad de hacer malas decisiones, como todos las hemos hecho. Hemos criticado y hemos hecho cosas hirientes. No estamos orgullosos de esas decisiones aunque pudieron parecer justas en ese momento. La respuesta a esa pregunta está en la esencia natural de nuestra humanidad. En vez de eso podemos decir:
- “Lo siento. Sé que te he ofendido, pero quisiera que el futuro fuera diferente. Quisiera hablar tu lenguaje de amor. Quisiera llenar tus necesidades”. He visto matrimonios rescatados al borde del divorcio cuando las parejas se deciden por el amor. El amor no borra el pasado, pero hace diferente el futuro.
Brent estaba en mi oficina con rostro impávido, inexpresivo. No había venido por su propia iniciativa sino a petición mía. Una semana antes, su esposa Becky había estado sentada en la misma silla llorando incontrolablemente. En medio de sus lágrimas, trató de contarme que Brent le había dicho que ya no la amaba y que se iba. Estaba destrozada. Cuando recuperó su compostura, ella había dicho:
- “Los dos hemos trabajado mucho en los últimos dos o tres años. No puedo creer lo que dice, siempre ha sido una persona bondadosa y responsable. Es un padre muy bueno para nuestros hijos, ¿cómo podría hacernos esto?”
Por mi parte había escuchado cómo describía sus doce años de matrimonio. Tuvieron un noviazgo emocionante. Se casaron completamente enamorados. Tuvieron los ajustes típicos y propios de los primeros días de matrimonio, y se pusieron a alcanzar el sueño de toda pareja. A su debido tiempo descendieron de la cúspide de su enamoramiento, pero no aprendieron a hablar el lenguaje de amor del otro en forma satisfactoria. Ella había vivido con un tanque de amor a medio llenar en los últimos años, pero había suficientes expresiones de amor que le hicieron pensar que todo estaba muy bien con él. Sin embargo, su tanque de amor estaba vacío.
Le había dicho a Becky que trataría de que Brent conversara conmigo. Por teléfono le dije: “Como usted sabe, Becky vino a verme y me contó que estaban teniendo dificultades en el matrimonio. Quiero ayudarla, pero para hacerlo necesito saber qué es lo que usted piensa”.
Él había aceptado hablar conmigo sin vacilación, y ahora estaba en mi oficina. Su apariencia exterior hacía contraste con la de Becky. Ella había estado llorando incontrolablemente, pero él estaba firme, estoico. Tuve la impresión, sin embargo, que su llanto había tenido lugar semanas o quizás meses atrás, y que había sido un llanto interior.
La historia que Brent contó confirmó mi corazonada. -Ya no la amo- dijo. La he amado por mucho tiempo. No quiero herirla, pero no nos sentimos cerca. Nuestra relación es vacía. Ya no disfruto el estar con ella. No sé lo que pasó, quisiera que fuera diferente, pero ya no siento nada hacia ella.
Él estaba sintiendo igual que cientos de miles de esposos habían sentido siempre. La mente ya conformada a un “ya no la amo” es lo que da a los hombres la libertad emocional para buscar amor con otras mujeres. Sucede lo mismo con las esposas que utilizan la misma excusa. Simpaticé con Brent porque yo he estado en su lugar. Felizmente descubrí, en los primeros años de nuestro matrimonio, la diferencia entre la experiencia del enamoramiento y la necesidad emocional de sentirse amado. La mayor parte de las películas, las telenovelas y las revistas románticas, han tergiversado estos dos conceptos, aumentando nuestra confusión, pero en realidad son distintos. La experiencia del enamoramiento está en el nivel del instinto; no es premeditada. Simplemente se da en el contexto normal de las relaciones hombre-mujer. Puede ser aceptada o rechazada, pero no es el resultado de una decisión conciente. Dura poco tiempo, por lo general dos años. La experiencia del enamoramiento satisface temporalmente la necesidad de amor. Nos hace sentir que alguien nos quiere, que alguien nos admira y nos aprecia. Sin embargo, si no hemos aprendido su lenguaje principal de amor, o no hemos decidido hablarlo, cuando descienda de las alturas emocionales tendrá demandas naturales de una necesidad emocional no satisfecha. Después de algún tiempo de vivir con un tanque de amor vacío querrá enamorarse de otra persona y el ciclo comenzará de nuevo. Llenar la necesidad de amor de mi esposa es una decisión que tomo cada día. Si sé cuál es su lenguaje principal de amor, y decido hablarlo, sus necesidades más profundas serán satisfechas y ella se sentirá segura de mi amor. Si ella hace lo mismo por mí, mis necesidades emocionales serán satisfechas y ambos viviremos con un tanque lleno. Brent era honesto, y reveló que ya había estado enamorado de alguien por varios meses. Había esperado que esos sentimientos se fueran y que pudiera arreglar su situación con su esposa, pero las cosas en el hogar habían empeorado. Un mes más tarde recibí una llamada de Brent. Me dijo que le gustaría hablar conmigo otra vez. Cuando entró a mi oficina, estaba visiblemente perturbado. Su amante había descendido de la altura emocional del enamoramiento y ahora veía en Brent cosas que no le gustaban. Le recordé la naturaleza temporal del enamoramiento, el cual tarde o temprano nos bajaba de las alturas emocionales al mundo real. Le sugerí que la crisis quizás fue algo que sirvió para que él y su esposa recibieran consejería matrimonial. Aceptó la consejería y nueve meses después Brent y Becky salieron de mi oficina con un matrimonio renacido. Artículo tomado del libro:
LOS CINCO LENGUAJES DEL AMORGary Chapman Editorial Unilit-Revista Enfoque
los Golpes de la Vida
Quiero compartir con ustedes un gran mensaje
LOS GOLPES DE LA VIDA Hay golpes en la vida... William Shakespeare dejó escrito que no hay otro camino para la madurezque aprender a soportar los golpes de la vida. Porque la vida de cualquier persona, lo quiera o no, trae siempre golpes.Vemos que hay egoísmo, maldad, mentiras, desagradecimiento.Observamos con asombro el misterio del dolor y de la muerte.Constatamos defectos y limitaciones en los demás, y lo constatamos igualmente cada día en nosotros mismos. Toda esa dolorosa experiencia es algo que, si lo sabemos asumir,puede ir haciendo crecer nuestra madurez interior.La clave es saber aprovechar esos golpes,saber sacar todo el oculto valor que encierra aquello que nos contraría, lograr que nos mejore aquello que a otros les desalienta y les hunde. Hay que saber aprovechar la experiencia negativa ¿Y por qué lo que a unos les hunde a otros les madura y les hace crecer?Depende de cómo se reciban esos reveses.Si no se medita sobre ellos, o se medita pero sin acierto, sin saber abordarlo bien, se pierden excelentes ocasiones para madurar, o incluso se produce el efecto contrario. La falta de conocimiento propio, la irreflexión, el victimismo,la rebeldía inútil, hacen que esos golpes duelan más, que nos llenen de malas experiencias y de muy pocas enseñanzas. La experiencia de la vida sirve de bien poco si no se sabe aprovechar. El simple transcurso de los años no siempre aporta, por sí solo, madurez a una persona.Es cierto que la madurez se va formando de modo casi imperceptible en una persona,pero la madurez es algo que se alcanza siempre gracias a un proceso de educación-y de autoeducación-, que debe saber abordarse. Superar la frustración sin reclamar es madurar. La educación que se recibe en la familia, por ejemplo, es sin duda decisiva para madurar.Los padres no pueden estar siempre detrás de lo que hacen sus hijos,protegiéndoles o aconsejándoles a cada minuto.Han de estar cercanos, es cierto, pero el hijo ha de aprender a enfrentarse a solascon la realidad, ha de aprender a darse cuenta de que hay cosas como la frustraciónde un deseo intenso, la deslealtad de un amigo, la tristeza ante las limitaciones o defectos propios o ajenos...,son realidades que cada uno ha de aprender poco a poco a superar por sí mismo.Por mucho que alguien te ayude, al final siempre es uno mismo quien ha de asumir el dolor que siente, y poner el esfuerzo necesario para superar esa frustración. Una manifestación de inmadurez es el ansia descompensada de ser querido. La persona que ansía intensamente recibir demostraciones de afecto, y que hace de ese afán vehemente de sentirse querido una permanente y angustiosa inquietud en su vida, establece unas dependencias psicológicas que le alejan del verdadero sentido del afecto y de la amistad.Una persona así está tan subordinada a quienes le dan el afecto que necesita, que acaba por vaciar y hasta perder el sentido de su libertad. Paciencia con los demás con nosotros mismos y con toda la realidad que nos circunda: Saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible.Tiene que ver más con aprender a no pedir a la vida más de lo que puede dar,aunque sin caer en un conformismo mediocre y gris; con aprender a respetar y estimar lo que a otros les diferencia de nosotros, pero manteniendo unas convicciones y unos principios claros;con ser pacientes y saber ceder, pero sin hacer dejación de derechos ni abdicar de la propia personalidad. Hemos de aprender a tener paciencia.A vivir sabiendo que todo lo grande es fruto de un esfuerzo continuado, que siempre cuesta y necesita tiempo. A tener paciencia con nosotros mismos,que es decisivo para la propia maduración,y a tener paciencia con todos (sobre todo con los tenemos más cerca). Y podría hablarse, por último, de otro tipo de paciencia, no poco importante:la paciencia con la terquedad de la realidad que nos rodea. Porque si queremos mejorar nuestro entorno necesitamos armarnos de paciencia, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura. Por la paciencia la persona se hace dueño de sí mismo, aprende a robustecerse en medio de las adversidades. La paciencia otorga paz y serenidad interior.Hace a la persona capaz de ver la realidad con visión de futuro,sin quedarse enredado en lo inmediato. Le hace mirar por sobreelevación los acontecimientos,que toman así una nueva perspectiva.Son valores que quizá cobran fuerza en nuestro horizonte personala medida que la vida avanza:cada vez valoramos más la paciencia, ese saber encajar los golpes de la vida, mantener la esperanza y la alegría en medio de las dificultades. ALFONSO AGUILÓ
LOS GOLPES DE LA VIDA Hay golpes en la vida... William Shakespeare dejó escrito que no hay otro camino para la madurezque aprender a soportar los golpes de la vida. Porque la vida de cualquier persona, lo quiera o no, trae siempre golpes.Vemos que hay egoísmo, maldad, mentiras, desagradecimiento.Observamos con asombro el misterio del dolor y de la muerte.Constatamos defectos y limitaciones en los demás, y lo constatamos igualmente cada día en nosotros mismos. Toda esa dolorosa experiencia es algo que, si lo sabemos asumir,puede ir haciendo crecer nuestra madurez interior.La clave es saber aprovechar esos golpes,saber sacar todo el oculto valor que encierra aquello que nos contraría, lograr que nos mejore aquello que a otros les desalienta y les hunde. Hay que saber aprovechar la experiencia negativa ¿Y por qué lo que a unos les hunde a otros les madura y les hace crecer?Depende de cómo se reciban esos reveses.Si no se medita sobre ellos, o se medita pero sin acierto, sin saber abordarlo bien, se pierden excelentes ocasiones para madurar, o incluso se produce el efecto contrario. La falta de conocimiento propio, la irreflexión, el victimismo,la rebeldía inútil, hacen que esos golpes duelan más, que nos llenen de malas experiencias y de muy pocas enseñanzas. La experiencia de la vida sirve de bien poco si no se sabe aprovechar. El simple transcurso de los años no siempre aporta, por sí solo, madurez a una persona.Es cierto que la madurez se va formando de modo casi imperceptible en una persona,pero la madurez es algo que se alcanza siempre gracias a un proceso de educación-y de autoeducación-, que debe saber abordarse. Superar la frustración sin reclamar es madurar. La educación que se recibe en la familia, por ejemplo, es sin duda decisiva para madurar.Los padres no pueden estar siempre detrás de lo que hacen sus hijos,protegiéndoles o aconsejándoles a cada minuto.Han de estar cercanos, es cierto, pero el hijo ha de aprender a enfrentarse a solascon la realidad, ha de aprender a darse cuenta de que hay cosas como la frustraciónde un deseo intenso, la deslealtad de un amigo, la tristeza ante las limitaciones o defectos propios o ajenos...,son realidades que cada uno ha de aprender poco a poco a superar por sí mismo.Por mucho que alguien te ayude, al final siempre es uno mismo quien ha de asumir el dolor que siente, y poner el esfuerzo necesario para superar esa frustración. Una manifestación de inmadurez es el ansia descompensada de ser querido. La persona que ansía intensamente recibir demostraciones de afecto, y que hace de ese afán vehemente de sentirse querido una permanente y angustiosa inquietud en su vida, establece unas dependencias psicológicas que le alejan del verdadero sentido del afecto y de la amistad.Una persona así está tan subordinada a quienes le dan el afecto que necesita, que acaba por vaciar y hasta perder el sentido de su libertad. Paciencia con los demás con nosotros mismos y con toda la realidad que nos circunda: Saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible.Tiene que ver más con aprender a no pedir a la vida más de lo que puede dar,aunque sin caer en un conformismo mediocre y gris; con aprender a respetar y estimar lo que a otros les diferencia de nosotros, pero manteniendo unas convicciones y unos principios claros;con ser pacientes y saber ceder, pero sin hacer dejación de derechos ni abdicar de la propia personalidad. Hemos de aprender a tener paciencia.A vivir sabiendo que todo lo grande es fruto de un esfuerzo continuado, que siempre cuesta y necesita tiempo. A tener paciencia con nosotros mismos,que es decisivo para la propia maduración,y a tener paciencia con todos (sobre todo con los tenemos más cerca). Y podría hablarse, por último, de otro tipo de paciencia, no poco importante:la paciencia con la terquedad de la realidad que nos rodea. Porque si queremos mejorar nuestro entorno necesitamos armarnos de paciencia, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura. Por la paciencia la persona se hace dueño de sí mismo, aprende a robustecerse en medio de las adversidades. La paciencia otorga paz y serenidad interior.Hace a la persona capaz de ver la realidad con visión de futuro,sin quedarse enredado en lo inmediato. Le hace mirar por sobreelevación los acontecimientos,que toman así una nueva perspectiva.Son valores que quizá cobran fuerza en nuestro horizonte personala medida que la vida avanza:cada vez valoramos más la paciencia, ese saber encajar los golpes de la vida, mantener la esperanza y la alegría en medio de las dificultades. ALFONSO AGUILÓ
Thursday, February 21, 2008
fiesta de San Jose este año 2008: el 15 de Marzo
Solemnidad de San José se trasladará al 15 de Marzo
VATICANO, 21 Feb. 08 / 10:00 am (ACI).- La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha dispuesto que la Solemnidad de San José, que se celebra ordinariamente el 19 de marzo, se adelante este año por coincidir con el Miércoles Santo.
Especialmente para aquellos países o diócesis en los que San José es el Santo Patrono, la Solemnidad se trasladará al 15 de marzo, dado que la fecha regular coincide con el Miércoles Santo.
Las Normas Universales del Año Litúrgico y del Calendario señalan que las celebraciones de toda la Semana Santa -incluyendo el Miércoles Santo- tienen prioridad sobre cualquier otra y no se admiten en esos días las celebraciones de otras solemnidades o fiestas.
Si la celebración del Casto Custodio de Jesús no se anticipara, la fiesta se perdería; ya que a la Semana Santa le sigue la Octava de Pascua, que tampoco admite la celebración de fiestas o solemnidades.
Por este mismo motivo, la Solemnidad de la Anunciación del Señor -que se celebra el 25 de marzo-, ha sido postergada al 31 de marzo, primer lunes después de la Octava de Pascua.
VATICANO, 21 Feb. 08 / 10:00 am (ACI).- La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha dispuesto que la Solemnidad de San José, que se celebra ordinariamente el 19 de marzo, se adelante este año por coincidir con el Miércoles Santo.
Especialmente para aquellos países o diócesis en los que San José es el Santo Patrono, la Solemnidad se trasladará al 15 de marzo, dado que la fecha regular coincide con el Miércoles Santo.
Las Normas Universales del Año Litúrgico y del Calendario señalan que las celebraciones de toda la Semana Santa -incluyendo el Miércoles Santo- tienen prioridad sobre cualquier otra y no se admiten en esos días las celebraciones de otras solemnidades o fiestas.
Si la celebración del Casto Custodio de Jesús no se anticipara, la fiesta se perdería; ya que a la Semana Santa le sigue la Octava de Pascua, que tampoco admite la celebración de fiestas o solemnidades.
Por este mismo motivo, la Solemnidad de la Anunciación del Señor -que se celebra el 25 de marzo-, ha sido postergada al 31 de marzo, primer lunes después de la Octava de Pascua.
Correccion Fraterna
El ideal del hombre que quiere ser apóstol eficaz es cultivar con la gracia las cualidades humanas: Corazón noble, ser humano, compasivo y generoso. Tener una conciencia recta, una actitud social impecable y una voluntad inflexible, decidida, firme y perseverante.
La verdad es la verdad y hemos de profesar un culto ferventísimo a la verdad, salvada siempre la prudencia y la caridad. Lo que no está bien hecho no está bien hecho aunque lo haga el más amigo que yo tenga, pero manteniendo la cordialidad y dulzura.
“Que predomine siempre la razón sobre el corazón. Así diremos las palabras convenientes y no las que halaguen o para que nos halaguen. Hay personas tan deseosas de causar buena impresión, de que se los tenga en mayor estima que aun sin darse cuenta, callan lo que deben decir o no hablan lo que deberían. Importa mucho que por nuestra acción todos sean más santos, todos vivan más plenamente la fe y practiquen más las virtudes. Que por nosotros nadie descienda en la humildad. Que ayudemos con nuestros consejos y con nuestra entereza a que los nuestros vivan mejor la caridad, la mortificación, la vocación, la obediencia, la vida cristiana. Obrar guiándose por la razón, no por el corazón; por la fe, no por el amor de la carne y de la sangre. Aunque quien pague las consecuencias sea tu padre o tu madre, tus propios familiares... o tú mismo.
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 15-17
--Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. (Mateo (SBJ) 18, 15-17)
UN ACTO DE CARIDAD
Este “repréndele” es acto de caridad, por amor a un hermano, y aplicamos la corrección fraterna, porque estamos buscando su bien y lo hacemos como nos lo pide Jesus, en primera instancia, en privado y no divulgamos lo conversado. Ahora bien, si a quien queremos corregir no nos oye, nos pide Jesus aplicar la corrección con dos testigo y en último caso junto a la comunidad.
No debemos olvidar, que esta corrección fraterna, esta contenida en el mandato del servicio a los más pequeños y del perdón sin límites. También se enmarca en la condena del escándalo, como de la falta de misericordia.
Muchas veces oímos y expresamos la palabra caridad, esto nos invita a reflexionar en profundidad el significado de esta a fin de no olvidar su sentido, es una palabra muy bella, con mucho sentimiento, caridad es la actitud solidaria con el sufrimiento ajeno, es así como damos una limosna por caridad, porque queremos ir en auxilio de quien lo necesita y lo hacemos por amor a Dios. Caridad es la virtud sobrenatural infusa (gracias y dones que Dios infunde en el alma) por la que la persona ama a Dios sobre todas las cosas por si mismo (no por interés) y ama al prójimo por Dios.
La caridad no es indecorosa, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. (Cor.1- 13,5)
UN ACTO DE AMOR FRATERNO
Toda nuestra vida, como hijos de Dios, tenemos que hacerla de la mejor forma, con y por la caridad, en ella se expresa fielmente el amor fraterno, es así como Jesús siempre nos enseña que hemos de dar y buscar el amor al prójimo.
Ciertamente, la corrección fraterna, debe efectuarse con la amabilidad con la cual la haría Cristo, no exentos de franqueza y sinceridad, pero fundamentalmente con sentimientos profundos de amor al hermano que ha caído en falta, y su fin no es otro que desear su bien, sobre todo su bien eterno.
El amor fraterno, nos debe impedir el permanecer indiferentes, es decir no nos encojamos de hombros si sabemos que alguien está en peligro porque no va por el camino justo o camina por sendas del error. No tengamos temor, es precisamente la palabra de Cristo la que nos exige a no dejar caer en falta a un hermano.
CRISTO CORRIGE A SUS APOSTOLES
Los Apóstoles convivían a diario con Cristo, eran hombres sencillos, por tantos se manifestaban tal como eran a un Jesucristo que los amaba como ama Dios, pero que vive como hombre y con un corazón humano que no pierde ocasión para corregirle y enseñarles el buen camino. Como sabemos, el Señor los quiere santos.
Cristo los corrige ante el celo y la envidia.
Juan le dijo: -- Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros. Pero Jesús dijo: -- No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. (Marcos (SBJ) 9)
Jesús no autoriza esa prohibición. Si hay una delegación suya para ello en los apóstoles, también otros pueden invocar su nombre, con reverencia, apelando a su poder, lo que no es estar lejos de su discipulado, pues, al menos, está con él. Que no se lo prohíban. Quien así obró, no sólo no hablará mal de El, sino que se aproximará cada vez más a su reino, al ver el gran signo del mesianismo y del Mesías: la expulsión y triunfo sobre Satán.
Lo que ha hecho Jesús, es hacerle ver a sus discípulos que es no partidario de los celos que ellos tienen, hoy a nosotros nos dice que no debemos confundir los intereses de El Hijo de Dios, con los nuestros. Lo que nos debe interesar es la Gloria del Señor, no la nuestra.
En efecto, en algunas ocasiones nos confundimos, estamos celosos y la verdad es que estamos envidiosos, porque nos sentimos postergados, como si estuviéramos en segundo lugar, como si otros nos opacaran y nos hacen sombra y nos duele esta situación.
Apoyar al que hace el bien.
Es importante saber ver que lo que importa en la lucha contra el mal y la maldad, sin importar quien la realiza, ni donde ni como se hace. Debemos sentirnos gozosos cuando otros están trabajando por el bien de los demás. Debemos apoyar a los que hace el bien, no envidiarlos. No debemos confundirnos, y oremos por los que en nombre del Señor trabajan por su gloria, sin preocuparnos si ellos brillan más que nosotros.
Jesucristo nos sorprende.
En otra ocasión, el Señor nos sorprende, porque reprende con dureza a Pedro. Entonces Pedro se lo llevó aparte (a Jesus) y trató de disuadirlo, (a que suba a Jerusalén) diciéndole: No lo permita Dios, Señor; eso no te puede suceder a ti. Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: -- ¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!--
La respuesta de Jesús a Pedro es que no sea para El un Satanás, el gran enemigo del reino. Por eso, la proposición de Pedro, nacida de ignorancia y de afecto, era para el Señor un obstáculo de seguirla, para no cumplir el mesianismo de dolor, que era el plan del Padre. No es de extrañar en Pedro una dificultad para aceptar aquellas profecías de Jesús. Pedro conocía y confesaba la mesianidad de Jesús, pero algo deformada por los prejuicios rabínicos que el antes había oído sobre un Mesías triunfador y nacionalista, entonces no le era fácil aceptar la imagen de un Mesías doliente, humillado y crucificado por los jefes de la nación. Así es como Jesús le hace ver que habla al modo humano y, que elude el dolor.
Jesús debía padecer y morir, ese era el Plan de Dios, pero ese sufrimiento había de ser la causa de nuestra salvación. Como a Pedro, nos sucede lo mismo, el no entendía las cosas de Dios, del mismo modo, por no situarnos en el Plan del Padre, se nos hace difícil entender sus obras. Tenemos necesidad de despojarnos de los criterios del hombre y adoptar solo y únicamente el de Jesucristo.
¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?
En otra ocasión, se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. El le dijo: -- ¿Qué quieres? -- Dícele ella: -- Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino. -- Replicó Jesús: -- No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? -- Dícenle: -- Sí, podemos. -- Díceles: -- Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. (Mateo (SBJ) 20)
La ambición que reflejan aquí los dos apóstoles está en la misma línea de incomprensión de un Mesías doliente y de su reino espiritual. En este fragmento de san Mateo, la petición la hace Salome, la madre de Santiago y Juan. Para ellos se pide los dos primeros puestos en su reino. Se lo concibe como terreno. La petición no miraba sólo a los puestos de honor, sino también a los de ejercicio y poder. Estos dos puestos correlativos de su derecha e izquierda eran los dos primeros puestos de una serie. Santiago y Juan, son primo de Jesús y quieren hacer prevalecer este parentesco.
En la respuesta de Cristo les corrige el enfoque de su concepción terrena del reino. Este es de dolor. ¿Podrán ellos “beber el cáliz” que a El le aguarda de su pasión?, la pregunta es un contexto lógico, para precisarles bien la naturaleza del reino. El martirio — testimonio — estaba bien experimentado en la Iglesia a esta hora.
A la pregunta que les hace Jesucristo si estarían dispuestos a beber este “cáliz” y a sumergirse, como El en este dolor, le respondieron que sí. No era una respuesta de fácil inconsciencia. Y Cristo les confirma, con vaticinio, este martirio de dolor. De hecho, Santiago el Mayor sufrió el martirio sobre el año 44, por orden de Agripa I (Act 12:2), siendo decapitado. Juan murió en edad muy avanzada (Jn 21:23), de muerte natural. Pero, antes de ser desterrado a la isla de Patmos, sufrió el martirio, pues fue sumergido en una caldera de aceite hirviendo, de la que Dios le libró milagrosamente.
Quedaba con ello corregido el erróneo enfoque sobre la naturaleza de su reino. Y les aprobaba su coraje cristiano, cuyo ímpetu se refleja en otras ocasiones. Pero había en esta petición un plan más profundo del Padre que no competía a Jesucristo el cambiarlo; había en todo ello una “predestinación”: Dios dispone libremente de sus dones: de la donación gratuita de su reino y de los puestos del mismo.
Observamos que los Apóstoles conocen, riguroso, el rostro amable de Jesus, cuando debe corregirles; lo bello es que además conocen el cariño que incluye a sus lecciones. En efecto, Jesucristo reprende movido por el amor.
Jesus, es el Buen Pastor, vigila los caminos de su rebaño para que estén pastos seguros, para que vayan por senderos peligrosos ni pasten en malos pastos, por tanto sus ovejas saben que están en manos confiables. Ese el ejemplo que debemos seguir para corregir fraternalmente a nuestros hermanos, atentos, pero con mucho cariño.
CUIDADO CON CONFUNDIRSE
Corregir por amor.
A menudo sucede que nos confundimos en el concepto de la corrección fraterna, y esta se extiende mas allá de lo que nos pide el Señor, y en vez de corregir, solo causamos heridas y dolor, por tanto debemos ser muy prudentes al hacerla, es decir esta debe hacerse siempre con caridad y como respuesta a cariño que tenemos a quien se la pedimos.
Nos enseña San Agustín: corregir por amor; no con deseos de hacer daño, sino con la cariñosa intención de lograr su enmienda Si así lo hacemos, cumpliremos muy bien el precepto: "si tu hermano pecare contra ti, repréndelo estando a solas con él" ¿Por qué lo corriges? ¿Porque te apena haber sido ofendido por él? No lo quiera Dios. Si lo haces por amor propio, nada haces. Si es el amor lo que te mueve, obras excelentemente. Las mismas palabras enseñan el amor que debe moverte, si el tuyo o el suyo: "si te oyere -dice- habrás ganado a tu hermano" Luego has de obrar para ganarle a él. (Sermo 82, 4.)
La corrección fraterna no debe tener sentimientos de envidia.
A muchos les gusta ocupar los primeros puesto y sentirse más que los de atrás, pero mayor falta tiene aquel que se siente envidioso por no estar delante. La envidia produce un sentimiento de disgusto a quien la siente, le quita paz en el corazón y es atrapado por el rencor consigo mismo por no lograr lo que tiene otro.
Es así como la envidia es entristecerse por el bien ajeno. Es un mal desde todo punto de vista censurable. Es una costumbre difícil de comprender, y nos aterroriza que nos atribuyan ser poseedor de ese defecto. La envidia destruye el corazón de quien la padece y por tanto no puede gozar de la felicidad que debiera.
El envidioso, no disfruta de la vida, por estar pensando que su prójimo esta disfrutando algo más que él. Pero lo más triste, es el sufrimiento que siente por la felicidad ajena. El envidioso desprecia el éxito de los demás, y esta convencido que se las están quitando injustamente a él.
Por los labios del envidioso, siempre esta el desprestigio de los que se destacan, siempre están echando a tierra a todo el que sobresale. Pero además, invita a los otros a pensar mal del modo como ha tenido éxito cierta persona. Es así como el envidioso critica duro y sin fundamento al que es admirado por alguna cualidad.
La corrección fraterna, debe llevar implícita la generosidad.
Nuestra actitud cristiana, debe ser espejo del carácter de Nuestro Señor Jesús, debe tener incluida toda la generosidad que tiene el corazón de Cristo. Si le amamos, debemos dar testimonio con nuestra conducta, para que más hombres se entusiasmen seguir a Jesús. Si mostramos una actitud digna de ejemplo, si entre nosotros nos tratamos como si estuviéramos tratando con Cristo, no me cabe la menor duda que más hombres buscarían sentirse nuestro prójimo de la forma como nos enseña el Señor.
Si mostramos egoísmo, ¿Cómo podemos al mundo que queremos atraer convencer del gran amor de Dios? ¿Cómo podemos explicar la generosidad de Dios? “Porque de tal manera Amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3,16)
Estábamos en un mal camino, habíamos condenado nuestra existencia a unas tinieblas, sin embargo a través de Jesús, hoy recibimos la vida eterna y vida abundante. Por la generosidad de Dios, fuimos rescatados de una vida sin esperanza, por el sacrifico de Jesucristo nos fueron perdonados nuestros pecados, fuimos sanados de nuestras enfermedades y fuimos liberados del mal. Esa es la gran generosidad del corazón de Dios. A nosotros nos compete demostrar lo mismo.
“Por tanto, sed imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5,1),
Dios es generosidad, es el corazón de Dios. A Dios, se le habita en el corazón, ese es su lugar preferido, por lo tanto la generosidad debe comenzar en nuestros corazones.
Al corregir, cuidémonos de no juzgar.
El pecado más grande que cometemos, es juzgar al prójimo, ¿existirá algo peor?.. Si tenemos la convicción de que Dios habita en el corazón de los hombres, ¿Quién es el más próximo a nosotros? Para algunos el pecado es la infracción a la Ley, pero no es solo eso, sino el rechazo de la voluntad de Dios, el vivir a espaldas de Dios, la disposición mental que lleva al pecador a hacer la propia voluntad en oposición a la de Dios. ¿Hay algo que moleste más a Dios que oponerse a su voluntad? ¿Tiene derecho el hombre asumir la responsabilidad de Juzgar a su prójimo?
Que fácil es criticar, juzgar y de esta forma llegar a despreciar a los demás. Se critica censurando negativamente a las personas y sus actos, se juzga a las personas valorando sus acciones o sus condiciones y se emite un dictamen o sentencia sobre ellas pensando que se tiene autoridad para ello, desde allí, el desprecio al criticado y juzgado es el paso siguiente. Sin embargo juzgar es un pecado grave. Jesucristo mismo ha dicho: Hipócrita, sácate primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver claro para sacar la paja del ojo de tu hermano (Lc 6, 42). Las faltas y los pecados que más conocemos íntimamente, son los nuestros, y nosotros sabemos mejor que nadie lo soberbios que somos. También sabemos cuales son las cosas buenas que hacemos. Así mismo, conocemos el fariseo que llevamos dentro.
El fariseo que oraba y agradecía a Dios por sus buenas acciones; (Lc 18-11): --OH Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano---. El no mentía, decía la verdad; pero no es por eso por lo que fue condenado. En efecto, debemos agradecer a Dios por cualquier bien que podamos realizar, puesto que lo hacemos con su asistencia y su ayuda. Luego, no fue condenado por haber dicho: no soy como demás hombres ni fue condenado cuando, vuelto hacia el publicano, agregó: ni como ese publicano. Sin embargo el fue culpable, porque juzgaba a la persona misma de ese publicano, la disposición misma de su alma, en una palabra su vida entera. Y así Jesús nos dice; “Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no”
Entonces no existe nada más grave, que juzgar o despreciar al prójimo. ¿Por qué mejor no nos juzgamos a nosotros mismos, ya que conocemos íntimamente nuestras faltas, pecados y defectos, de los cuales sabemos que deberemos rendir cuenta a Dios? ¿Para que pretender hacer lo que le corresponde a Dios al juzgar a los hombres? ¿A caso, a nosotros nos corresponde autorizar o cerrar las puertas del cielo a los hombres?
Si bien es cierto nosotros hacemos bien en llevar el mensaje de salvación a nuestro prójimo, es una preocupación muy agradecida, tenemos que preocuparnos por nosotros mismos, por nuestras faltas, nuestras propias miserias. Sólo a Dios le corresponde el juzgar, hacer justicia y condenar. El conoce el estado del alma de cada uno, El sabe de nuestras fuerzas, a El le consta nuestro comportamiento, El sabe cuales son nuestros dones, y nos va a juzgar a cada uno de forma diferente.
LA CORRECCIÓN FRATERNA, NO ES UN JUICIO
La corrección fraterna, no es un juicio, es una observación, un consejo de profundo amor y delicadeza, un deseo verdadero de salvar al hermano, buscando que esta se transforme en delicada fraternidad, donde este presente el amor para oír y comprender.
No debemos ser autoritarios para corregir, tampoco debemos hacerla con hipocresía ni escudándonos en frases de buena crianza, algo que es habitual, comenzamos disculpándonos por hacerla, algo que no hace falta.
No debemos tratar de deshogarnos, solo buscar el bien del hermano. Tampoco es buena la actitud paternalista ni menos la que se hace por sentirse con el derecho o el poder de corregir, sino que por amor.
Tampoco debemos caer en el hecho de que nos sentimos mejor que el hermano que estamos corrigiendo, es decir es bueno tener siempre presente que yo tampoco puedo tirar la primera piedra; y que si corrijo al hermano es por hacerle el regalo de un sentimiento mío negativo que me cuesta expresar (me resultaría más cómodo y fácil callar), pero que, al compartirlo aclarará nuestra relación y estrechará, a la larga, lazos más fuertes.
Debemos cuidarnos de no decir tu siempre haces esto, tu tiene que hacer esto otro, o tu tienes que actuar de esta manera, es mejor, siempre que sea así de sincero, “me causa dolor cuando te veo en esta actitud o sufro porque te veo caer en tal cosa, a fin de mostrar verdadera inquietud por el hermanos que deseamos ayudar a corregir.
CUALIDADES HUMANAS
Nos aconseja el Padre Jesus Marti Ballester sobre las cualidades humanas que debemos tener-
Actuar siempre con prudencia
La virtud de la prudencia que es un arma de combate indispensable. Prudencia en las obras. Prudencia en las palabras. Éstas salen sin darse cuenta. Cuando te has descuidado, ya te has comprometido. Y después será difícil reparar los daños.
Saber dialogar con sensatez.
Aunque el diálogo noble siempre enriquece, las discusiones siempre son peligrosas, por eso no las aceptes en ningún terreno: ni moral, ni dogmático, ni de crítica. No los has de convencer y perderás el tiempo y la paz. Y, a lo mejor, dices cosas que no debes.
Cuidado con los líos: que éste me dijo, que el otro le contó, que dijeron ayer... Hay que huir de eso, como de la culebra. Hay que huir del enredo, del chisme, de la soplonería; ¡cuántos malos ratos se pasan en el mundo por esta causa!
Cuando sea necesario advertir algo, hay que encomendarlo a Dios y buscar el momento oportuno.
Actuar con sensibilidad.
Pero no sólo hay que cultivar la voluntad y la inteligencia. También hay que mimar la sensibilidad de la cual nace la elegancia. Hay una elegancia física y hay una elegancia espiritual, moral.
La elegancia espiritual, delicadeza de alma, es enemiga de lo grosero y bajo, de lo que degrada el pensamiento, la imaginación, la memoria, los sentidos, el corazón.
La elegancia espiritual nada huye tanto como lo vulgar; en el lenguaje, en las maneras, en las acciones.
Esta elegancia espiritual se confunde con el señorío moral, la aristocracia interior y la delicadeza de alma. Puede hallarse entre los pobres y entre los ricos. Como también entre unos y otros puede ser cultivada su contraria.
La manifestación del alma en su faceta más sonriente tanto tiene lugar en privado como en público. San Francisco de Sales, el dulce Obispo de Ginebra, en la soledad de su aposento edificaba por la realeza de su porte, ¡Y estaba solo! Lo dice quien lo espió.
¿No será un bello sueño ser un alma delicada? ¿De las que aman apasionadamente todo lo que es bello Y noble Y grande Y generoso?
Esa alma distinguida sabe adivinar las llagas más secretas, los secretos más amargos. Pero les lleva consuelo; sobre esos corazones en otoño, o en crudo invierno, destila bálsamo reconfortante.
¿Quién, si no el alma aristócrata, sabe intuir que tal palabra producirá pena y la callará Y que esa frase dará consuelo y la dirá?
Almas delicadas, creced Y multiplicaos, llenad la tierra, para que cese la noche de la vulgaridad y amanezca la primavera de la bondad.
CAMINOS DE LUZ
Pero Dios quiere salvarnos, y para ese fin esta vida es la prueba que hay que superar. Perseverancia en acoger la semilla para que rinda fruto de buenas obras.
La vida cristiana se reduce a dejarse trabajar el corazón por Dios, para que, convertido en tierra buena, sea capaz de recibir la semilla de su Palabra, semilla viva y poderosa; para que una vez la semilla en el surco vaya transformando la vida antigua hasta que llegue la sementera de frutos espléndidos de una sobre-naturaleza no viciada ni bastardeada. ¡Pero cuánto esfuerzo es preciso para soportar los aguaceros, y las escarchas, el calcinador sol de fuego y la humillación suprema del grano que se pudre sin quejas! Es más fácil chillar, pero es más eficaz perseverar. Es más cómodo tirarse en el surco que enterrarse en él. Pero sólo dan fruto los que perseveran en medio de las tormentas, en el fragor de las persecuciones.
La verdad es la verdad y hemos de profesar un culto ferventísimo a la verdad, salvada siempre la prudencia y la caridad. Lo que no está bien hecho no está bien hecho aunque lo haga el más amigo que yo tenga, pero manteniendo la cordialidad y dulzura.
“Que predomine siempre la razón sobre el corazón. Así diremos las palabras convenientes y no las que halaguen o para que nos halaguen. Hay personas tan deseosas de causar buena impresión, de que se los tenga en mayor estima que aun sin darse cuenta, callan lo que deben decir o no hablan lo que deberían. Importa mucho que por nuestra acción todos sean más santos, todos vivan más plenamente la fe y practiquen más las virtudes. Que por nosotros nadie descienda en la humildad. Que ayudemos con nuestros consejos y con nuestra entereza a que los nuestros vivan mejor la caridad, la mortificación, la vocación, la obediencia, la vida cristiana. Obrar guiándose por la razón, no por el corazón; por la fe, no por el amor de la carne y de la sangre. Aunque quien pague las consecuencias sea tu padre o tu madre, tus propios familiares... o tú mismo.
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 15-17
--Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. (Mateo (SBJ) 18, 15-17)
UN ACTO DE CARIDAD
Este “repréndele” es acto de caridad, por amor a un hermano, y aplicamos la corrección fraterna, porque estamos buscando su bien y lo hacemos como nos lo pide Jesus, en primera instancia, en privado y no divulgamos lo conversado. Ahora bien, si a quien queremos corregir no nos oye, nos pide Jesus aplicar la corrección con dos testigo y en último caso junto a la comunidad.
No debemos olvidar, que esta corrección fraterna, esta contenida en el mandato del servicio a los más pequeños y del perdón sin límites. También se enmarca en la condena del escándalo, como de la falta de misericordia.
Muchas veces oímos y expresamos la palabra caridad, esto nos invita a reflexionar en profundidad el significado de esta a fin de no olvidar su sentido, es una palabra muy bella, con mucho sentimiento, caridad es la actitud solidaria con el sufrimiento ajeno, es así como damos una limosna por caridad, porque queremos ir en auxilio de quien lo necesita y lo hacemos por amor a Dios. Caridad es la virtud sobrenatural infusa (gracias y dones que Dios infunde en el alma) por la que la persona ama a Dios sobre todas las cosas por si mismo (no por interés) y ama al prójimo por Dios.
La caridad no es indecorosa, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. (Cor.1- 13,5)
UN ACTO DE AMOR FRATERNO
Toda nuestra vida, como hijos de Dios, tenemos que hacerla de la mejor forma, con y por la caridad, en ella se expresa fielmente el amor fraterno, es así como Jesús siempre nos enseña que hemos de dar y buscar el amor al prójimo.
Ciertamente, la corrección fraterna, debe efectuarse con la amabilidad con la cual la haría Cristo, no exentos de franqueza y sinceridad, pero fundamentalmente con sentimientos profundos de amor al hermano que ha caído en falta, y su fin no es otro que desear su bien, sobre todo su bien eterno.
El amor fraterno, nos debe impedir el permanecer indiferentes, es decir no nos encojamos de hombros si sabemos que alguien está en peligro porque no va por el camino justo o camina por sendas del error. No tengamos temor, es precisamente la palabra de Cristo la que nos exige a no dejar caer en falta a un hermano.
CRISTO CORRIGE A SUS APOSTOLES
Los Apóstoles convivían a diario con Cristo, eran hombres sencillos, por tantos se manifestaban tal como eran a un Jesucristo que los amaba como ama Dios, pero que vive como hombre y con un corazón humano que no pierde ocasión para corregirle y enseñarles el buen camino. Como sabemos, el Señor los quiere santos.
Cristo los corrige ante el celo y la envidia.
Juan le dijo: -- Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros. Pero Jesús dijo: -- No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. (Marcos (SBJ) 9)
Jesús no autoriza esa prohibición. Si hay una delegación suya para ello en los apóstoles, también otros pueden invocar su nombre, con reverencia, apelando a su poder, lo que no es estar lejos de su discipulado, pues, al menos, está con él. Que no se lo prohíban. Quien así obró, no sólo no hablará mal de El, sino que se aproximará cada vez más a su reino, al ver el gran signo del mesianismo y del Mesías: la expulsión y triunfo sobre Satán.
Lo que ha hecho Jesús, es hacerle ver a sus discípulos que es no partidario de los celos que ellos tienen, hoy a nosotros nos dice que no debemos confundir los intereses de El Hijo de Dios, con los nuestros. Lo que nos debe interesar es la Gloria del Señor, no la nuestra.
En efecto, en algunas ocasiones nos confundimos, estamos celosos y la verdad es que estamos envidiosos, porque nos sentimos postergados, como si estuviéramos en segundo lugar, como si otros nos opacaran y nos hacen sombra y nos duele esta situación.
Apoyar al que hace el bien.
Es importante saber ver que lo que importa en la lucha contra el mal y la maldad, sin importar quien la realiza, ni donde ni como se hace. Debemos sentirnos gozosos cuando otros están trabajando por el bien de los demás. Debemos apoyar a los que hace el bien, no envidiarlos. No debemos confundirnos, y oremos por los que en nombre del Señor trabajan por su gloria, sin preocuparnos si ellos brillan más que nosotros.
Jesucristo nos sorprende.
En otra ocasión, el Señor nos sorprende, porque reprende con dureza a Pedro. Entonces Pedro se lo llevó aparte (a Jesus) y trató de disuadirlo, (a que suba a Jerusalén) diciéndole: No lo permita Dios, Señor; eso no te puede suceder a ti. Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: -- ¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!--
La respuesta de Jesús a Pedro es que no sea para El un Satanás, el gran enemigo del reino. Por eso, la proposición de Pedro, nacida de ignorancia y de afecto, era para el Señor un obstáculo de seguirla, para no cumplir el mesianismo de dolor, que era el plan del Padre. No es de extrañar en Pedro una dificultad para aceptar aquellas profecías de Jesús. Pedro conocía y confesaba la mesianidad de Jesús, pero algo deformada por los prejuicios rabínicos que el antes había oído sobre un Mesías triunfador y nacionalista, entonces no le era fácil aceptar la imagen de un Mesías doliente, humillado y crucificado por los jefes de la nación. Así es como Jesús le hace ver que habla al modo humano y, que elude el dolor.
Jesús debía padecer y morir, ese era el Plan de Dios, pero ese sufrimiento había de ser la causa de nuestra salvación. Como a Pedro, nos sucede lo mismo, el no entendía las cosas de Dios, del mismo modo, por no situarnos en el Plan del Padre, se nos hace difícil entender sus obras. Tenemos necesidad de despojarnos de los criterios del hombre y adoptar solo y únicamente el de Jesucristo.
¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?
En otra ocasión, se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. El le dijo: -- ¿Qué quieres? -- Dícele ella: -- Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino. -- Replicó Jesús: -- No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? -- Dícenle: -- Sí, podemos. -- Díceles: -- Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. (Mateo (SBJ) 20)
La ambición que reflejan aquí los dos apóstoles está en la misma línea de incomprensión de un Mesías doliente y de su reino espiritual. En este fragmento de san Mateo, la petición la hace Salome, la madre de Santiago y Juan. Para ellos se pide los dos primeros puestos en su reino. Se lo concibe como terreno. La petición no miraba sólo a los puestos de honor, sino también a los de ejercicio y poder. Estos dos puestos correlativos de su derecha e izquierda eran los dos primeros puestos de una serie. Santiago y Juan, son primo de Jesús y quieren hacer prevalecer este parentesco.
En la respuesta de Cristo les corrige el enfoque de su concepción terrena del reino. Este es de dolor. ¿Podrán ellos “beber el cáliz” que a El le aguarda de su pasión?, la pregunta es un contexto lógico, para precisarles bien la naturaleza del reino. El martirio — testimonio — estaba bien experimentado en la Iglesia a esta hora.
A la pregunta que les hace Jesucristo si estarían dispuestos a beber este “cáliz” y a sumergirse, como El en este dolor, le respondieron que sí. No era una respuesta de fácil inconsciencia. Y Cristo les confirma, con vaticinio, este martirio de dolor. De hecho, Santiago el Mayor sufrió el martirio sobre el año 44, por orden de Agripa I (Act 12:2), siendo decapitado. Juan murió en edad muy avanzada (Jn 21:23), de muerte natural. Pero, antes de ser desterrado a la isla de Patmos, sufrió el martirio, pues fue sumergido en una caldera de aceite hirviendo, de la que Dios le libró milagrosamente.
Quedaba con ello corregido el erróneo enfoque sobre la naturaleza de su reino. Y les aprobaba su coraje cristiano, cuyo ímpetu se refleja en otras ocasiones. Pero había en esta petición un plan más profundo del Padre que no competía a Jesucristo el cambiarlo; había en todo ello una “predestinación”: Dios dispone libremente de sus dones: de la donación gratuita de su reino y de los puestos del mismo.
Observamos que los Apóstoles conocen, riguroso, el rostro amable de Jesus, cuando debe corregirles; lo bello es que además conocen el cariño que incluye a sus lecciones. En efecto, Jesucristo reprende movido por el amor.
Jesus, es el Buen Pastor, vigila los caminos de su rebaño para que estén pastos seguros, para que vayan por senderos peligrosos ni pasten en malos pastos, por tanto sus ovejas saben que están en manos confiables. Ese el ejemplo que debemos seguir para corregir fraternalmente a nuestros hermanos, atentos, pero con mucho cariño.
CUIDADO CON CONFUNDIRSE
Corregir por amor.
A menudo sucede que nos confundimos en el concepto de la corrección fraterna, y esta se extiende mas allá de lo que nos pide el Señor, y en vez de corregir, solo causamos heridas y dolor, por tanto debemos ser muy prudentes al hacerla, es decir esta debe hacerse siempre con caridad y como respuesta a cariño que tenemos a quien se la pedimos.
Nos enseña San Agustín: corregir por amor; no con deseos de hacer daño, sino con la cariñosa intención de lograr su enmienda Si así lo hacemos, cumpliremos muy bien el precepto: "si tu hermano pecare contra ti, repréndelo estando a solas con él" ¿Por qué lo corriges? ¿Porque te apena haber sido ofendido por él? No lo quiera Dios. Si lo haces por amor propio, nada haces. Si es el amor lo que te mueve, obras excelentemente. Las mismas palabras enseñan el amor que debe moverte, si el tuyo o el suyo: "si te oyere -dice- habrás ganado a tu hermano" Luego has de obrar para ganarle a él. (Sermo 82, 4.)
La corrección fraterna no debe tener sentimientos de envidia.
A muchos les gusta ocupar los primeros puesto y sentirse más que los de atrás, pero mayor falta tiene aquel que se siente envidioso por no estar delante. La envidia produce un sentimiento de disgusto a quien la siente, le quita paz en el corazón y es atrapado por el rencor consigo mismo por no lograr lo que tiene otro.
Es así como la envidia es entristecerse por el bien ajeno. Es un mal desde todo punto de vista censurable. Es una costumbre difícil de comprender, y nos aterroriza que nos atribuyan ser poseedor de ese defecto. La envidia destruye el corazón de quien la padece y por tanto no puede gozar de la felicidad que debiera.
El envidioso, no disfruta de la vida, por estar pensando que su prójimo esta disfrutando algo más que él. Pero lo más triste, es el sufrimiento que siente por la felicidad ajena. El envidioso desprecia el éxito de los demás, y esta convencido que se las están quitando injustamente a él.
Por los labios del envidioso, siempre esta el desprestigio de los que se destacan, siempre están echando a tierra a todo el que sobresale. Pero además, invita a los otros a pensar mal del modo como ha tenido éxito cierta persona. Es así como el envidioso critica duro y sin fundamento al que es admirado por alguna cualidad.
La corrección fraterna, debe llevar implícita la generosidad.
Nuestra actitud cristiana, debe ser espejo del carácter de Nuestro Señor Jesús, debe tener incluida toda la generosidad que tiene el corazón de Cristo. Si le amamos, debemos dar testimonio con nuestra conducta, para que más hombres se entusiasmen seguir a Jesús. Si mostramos una actitud digna de ejemplo, si entre nosotros nos tratamos como si estuviéramos tratando con Cristo, no me cabe la menor duda que más hombres buscarían sentirse nuestro prójimo de la forma como nos enseña el Señor.
Si mostramos egoísmo, ¿Cómo podemos al mundo que queremos atraer convencer del gran amor de Dios? ¿Cómo podemos explicar la generosidad de Dios? “Porque de tal manera Amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3,16)
Estábamos en un mal camino, habíamos condenado nuestra existencia a unas tinieblas, sin embargo a través de Jesús, hoy recibimos la vida eterna y vida abundante. Por la generosidad de Dios, fuimos rescatados de una vida sin esperanza, por el sacrifico de Jesucristo nos fueron perdonados nuestros pecados, fuimos sanados de nuestras enfermedades y fuimos liberados del mal. Esa es la gran generosidad del corazón de Dios. A nosotros nos compete demostrar lo mismo.
“Por tanto, sed imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5,1),
Dios es generosidad, es el corazón de Dios. A Dios, se le habita en el corazón, ese es su lugar preferido, por lo tanto la generosidad debe comenzar en nuestros corazones.
Al corregir, cuidémonos de no juzgar.
El pecado más grande que cometemos, es juzgar al prójimo, ¿existirá algo peor?.. Si tenemos la convicción de que Dios habita en el corazón de los hombres, ¿Quién es el más próximo a nosotros? Para algunos el pecado es la infracción a la Ley, pero no es solo eso, sino el rechazo de la voluntad de Dios, el vivir a espaldas de Dios, la disposición mental que lleva al pecador a hacer la propia voluntad en oposición a la de Dios. ¿Hay algo que moleste más a Dios que oponerse a su voluntad? ¿Tiene derecho el hombre asumir la responsabilidad de Juzgar a su prójimo?
Que fácil es criticar, juzgar y de esta forma llegar a despreciar a los demás. Se critica censurando negativamente a las personas y sus actos, se juzga a las personas valorando sus acciones o sus condiciones y se emite un dictamen o sentencia sobre ellas pensando que se tiene autoridad para ello, desde allí, el desprecio al criticado y juzgado es el paso siguiente. Sin embargo juzgar es un pecado grave. Jesucristo mismo ha dicho: Hipócrita, sácate primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver claro para sacar la paja del ojo de tu hermano (Lc 6, 42). Las faltas y los pecados que más conocemos íntimamente, son los nuestros, y nosotros sabemos mejor que nadie lo soberbios que somos. También sabemos cuales son las cosas buenas que hacemos. Así mismo, conocemos el fariseo que llevamos dentro.
El fariseo que oraba y agradecía a Dios por sus buenas acciones; (Lc 18-11): --OH Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano---. El no mentía, decía la verdad; pero no es por eso por lo que fue condenado. En efecto, debemos agradecer a Dios por cualquier bien que podamos realizar, puesto que lo hacemos con su asistencia y su ayuda. Luego, no fue condenado por haber dicho: no soy como demás hombres ni fue condenado cuando, vuelto hacia el publicano, agregó: ni como ese publicano. Sin embargo el fue culpable, porque juzgaba a la persona misma de ese publicano, la disposición misma de su alma, en una palabra su vida entera. Y así Jesús nos dice; “Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no”
Entonces no existe nada más grave, que juzgar o despreciar al prójimo. ¿Por qué mejor no nos juzgamos a nosotros mismos, ya que conocemos íntimamente nuestras faltas, pecados y defectos, de los cuales sabemos que deberemos rendir cuenta a Dios? ¿Para que pretender hacer lo que le corresponde a Dios al juzgar a los hombres? ¿A caso, a nosotros nos corresponde autorizar o cerrar las puertas del cielo a los hombres?
Si bien es cierto nosotros hacemos bien en llevar el mensaje de salvación a nuestro prójimo, es una preocupación muy agradecida, tenemos que preocuparnos por nosotros mismos, por nuestras faltas, nuestras propias miserias. Sólo a Dios le corresponde el juzgar, hacer justicia y condenar. El conoce el estado del alma de cada uno, El sabe de nuestras fuerzas, a El le consta nuestro comportamiento, El sabe cuales son nuestros dones, y nos va a juzgar a cada uno de forma diferente.
LA CORRECCIÓN FRATERNA, NO ES UN JUICIO
La corrección fraterna, no es un juicio, es una observación, un consejo de profundo amor y delicadeza, un deseo verdadero de salvar al hermano, buscando que esta se transforme en delicada fraternidad, donde este presente el amor para oír y comprender.
No debemos ser autoritarios para corregir, tampoco debemos hacerla con hipocresía ni escudándonos en frases de buena crianza, algo que es habitual, comenzamos disculpándonos por hacerla, algo que no hace falta.
No debemos tratar de deshogarnos, solo buscar el bien del hermano. Tampoco es buena la actitud paternalista ni menos la que se hace por sentirse con el derecho o el poder de corregir, sino que por amor.
Tampoco debemos caer en el hecho de que nos sentimos mejor que el hermano que estamos corrigiendo, es decir es bueno tener siempre presente que yo tampoco puedo tirar la primera piedra; y que si corrijo al hermano es por hacerle el regalo de un sentimiento mío negativo que me cuesta expresar (me resultaría más cómodo y fácil callar), pero que, al compartirlo aclarará nuestra relación y estrechará, a la larga, lazos más fuertes.
Debemos cuidarnos de no decir tu siempre haces esto, tu tiene que hacer esto otro, o tu tienes que actuar de esta manera, es mejor, siempre que sea así de sincero, “me causa dolor cuando te veo en esta actitud o sufro porque te veo caer en tal cosa, a fin de mostrar verdadera inquietud por el hermanos que deseamos ayudar a corregir.
CUALIDADES HUMANAS
Nos aconseja el Padre Jesus Marti Ballester sobre las cualidades humanas que debemos tener-
Actuar siempre con prudencia
La virtud de la prudencia que es un arma de combate indispensable. Prudencia en las obras. Prudencia en las palabras. Éstas salen sin darse cuenta. Cuando te has descuidado, ya te has comprometido. Y después será difícil reparar los daños.
Saber dialogar con sensatez.
Aunque el diálogo noble siempre enriquece, las discusiones siempre son peligrosas, por eso no las aceptes en ningún terreno: ni moral, ni dogmático, ni de crítica. No los has de convencer y perderás el tiempo y la paz. Y, a lo mejor, dices cosas que no debes.
Cuidado con los líos: que éste me dijo, que el otro le contó, que dijeron ayer... Hay que huir de eso, como de la culebra. Hay que huir del enredo, del chisme, de la soplonería; ¡cuántos malos ratos se pasan en el mundo por esta causa!
Cuando sea necesario advertir algo, hay que encomendarlo a Dios y buscar el momento oportuno.
Actuar con sensibilidad.
Pero no sólo hay que cultivar la voluntad y la inteligencia. También hay que mimar la sensibilidad de la cual nace la elegancia. Hay una elegancia física y hay una elegancia espiritual, moral.
La elegancia espiritual, delicadeza de alma, es enemiga de lo grosero y bajo, de lo que degrada el pensamiento, la imaginación, la memoria, los sentidos, el corazón.
La elegancia espiritual nada huye tanto como lo vulgar; en el lenguaje, en las maneras, en las acciones.
Esta elegancia espiritual se confunde con el señorío moral, la aristocracia interior y la delicadeza de alma. Puede hallarse entre los pobres y entre los ricos. Como también entre unos y otros puede ser cultivada su contraria.
La manifestación del alma en su faceta más sonriente tanto tiene lugar en privado como en público. San Francisco de Sales, el dulce Obispo de Ginebra, en la soledad de su aposento edificaba por la realeza de su porte, ¡Y estaba solo! Lo dice quien lo espió.
¿No será un bello sueño ser un alma delicada? ¿De las que aman apasionadamente todo lo que es bello Y noble Y grande Y generoso?
Esa alma distinguida sabe adivinar las llagas más secretas, los secretos más amargos. Pero les lleva consuelo; sobre esos corazones en otoño, o en crudo invierno, destila bálsamo reconfortante.
¿Quién, si no el alma aristócrata, sabe intuir que tal palabra producirá pena y la callará Y que esa frase dará consuelo y la dirá?
Almas delicadas, creced Y multiplicaos, llenad la tierra, para que cese la noche de la vulgaridad y amanezca la primavera de la bondad.
CAMINOS DE LUZ
Pero Dios quiere salvarnos, y para ese fin esta vida es la prueba que hay que superar. Perseverancia en acoger la semilla para que rinda fruto de buenas obras.
La vida cristiana se reduce a dejarse trabajar el corazón por Dios, para que, convertido en tierra buena, sea capaz de recibir la semilla de su Palabra, semilla viva y poderosa; para que una vez la semilla en el surco vaya transformando la vida antigua hasta que llegue la sementera de frutos espléndidos de una sobre-naturaleza no viciada ni bastardeada. ¡Pero cuánto esfuerzo es preciso para soportar los aguaceros, y las escarchas, el calcinador sol de fuego y la humillación suprema del grano que se pudre sin quejas! Es más fácil chillar, pero es más eficaz perseverar. Es más cómodo tirarse en el surco que enterrarse en él. Pero sólo dan fruto los que perseveran en medio de las tormentas, en el fragor de las persecuciones.
vencer el mal a través del bien
Venzamos al mal con abundancia del BIEN"
Que el Espíritu Santo llene sus mentes, corazones y cuerpos, y de las personas por las cuales rezan, y de todos sus seres queridos y familiares. Que en sus casas, en sus trabajos y actividades, y en sus países inunde el Fuego del Sagrado Espíritu del Amor de Dios Padre y Dios Hijo.
Que la Virgen María Santísima Siempre Pura y Buena los cubra con su manto para que estén protegidos de todo mal.
Que siempre sean sinceros, buenos, comprensivos, sin envidias ni rencores, que siempre se perdonen recordando que Jesús pagó el precio del pecado por nosotros en su santa pasión. Que no vuelvan a pecar una vez que se hayan arrepentido, y que siempre tengan mucha FE en la Misericordia y Providencia Divinas. No duden.
Si estamos con Dios, el maligno no podrá contra nosotros, pero no estemos en las tinieblas, en la duda, en la incertidumbre, ni en la confusión de las medias tintas, porque eso nos coloca en el punto débil para ser presas de las artimañas y mentiras de los ángeles caídos, y así nos volvemos fáciles para entrar en el camino del mal y entonces nos desviamos y empezamos a ver todo mal los problemas de toda índole que se presentan en la vida. El objetivo de vivir en este mundo es hacer brillar la Luz de Dios donde hay tinieblas y no volvernos tinieblas. Debemos ser la Luz para iluminar donde haga falta, ahí donde hay tristezas pongamos alegrías, donde hay dolor pongamos bienestar, donde hay pobreza pongamos trabajo y riquezas, donde hay dudas y desconfianza pongamos fe y certeza, donde hay intrigas pongamos verdad, donde hay enfermedad pongamos salud, pongamos siempre AMOR y BONDAD en todo momento y circunstancia porque sino la maldad del mundo y la tristeza y discordia parecerá que nos van a ganar, y no debe ser así, el Plan de Dios fue hecho para que este mundo sea Iluminado por el Amor del Cielo, seamos colaboradores del Cielo y no otra cosa.
Recordemos cada segundo que es la Voluntad de Dios que nosotros estemos en la Luz del amor, de la certeza del amor de Dios y de la confianza en el Plan Celestial, oremos día y noche sin cesar, y confiemos en la intercesión de los santos, en la ayuda de los santos ángeles y en la Virgen María Santísima y, por supuesto, en el Camino, la Verdad y la Vida que representa Jesús de Nazareth y sus enseñanzas contenidas en el Nuevo Testamento para guiarnos y asirnos a sus mensajes de Buena Nueva para estos últimos tiempos.
Que tengan mucha fe y esperanza en que luego de las pruebas, si miramos siempre a Dios Creador obtendremos la alegría y el Gozo después de pasar cada examen que se nos presente en el camino de este mundo, tengamos la seguridad en que tenemos a cada segundo un libre albedrío para escoger nosotros mismo el Bien o el mal, y depende de nuestra decisión y no culpemos a nadie ni a nada más, seamos sabios y honestos con nosotros mismos... Pidamos que el Espíritu Santo nos llene día y noche con sus dones para estar alertas a todo, y para que estemos felices en toda circunstancia con mucha FE en DIOS.
Amén,
Con mucho cariño,
Padre Roberto Mena
Que el Espíritu Santo llene sus mentes, corazones y cuerpos, y de las personas por las cuales rezan, y de todos sus seres queridos y familiares. Que en sus casas, en sus trabajos y actividades, y en sus países inunde el Fuego del Sagrado Espíritu del Amor de Dios Padre y Dios Hijo.
Que la Virgen María Santísima Siempre Pura y Buena los cubra con su manto para que estén protegidos de todo mal.
Que siempre sean sinceros, buenos, comprensivos, sin envidias ni rencores, que siempre se perdonen recordando que Jesús pagó el precio del pecado por nosotros en su santa pasión. Que no vuelvan a pecar una vez que se hayan arrepentido, y que siempre tengan mucha FE en la Misericordia y Providencia Divinas. No duden.
Si estamos con Dios, el maligno no podrá contra nosotros, pero no estemos en las tinieblas, en la duda, en la incertidumbre, ni en la confusión de las medias tintas, porque eso nos coloca en el punto débil para ser presas de las artimañas y mentiras de los ángeles caídos, y así nos volvemos fáciles para entrar en el camino del mal y entonces nos desviamos y empezamos a ver todo mal los problemas de toda índole que se presentan en la vida. El objetivo de vivir en este mundo es hacer brillar la Luz de Dios donde hay tinieblas y no volvernos tinieblas. Debemos ser la Luz para iluminar donde haga falta, ahí donde hay tristezas pongamos alegrías, donde hay dolor pongamos bienestar, donde hay pobreza pongamos trabajo y riquezas, donde hay dudas y desconfianza pongamos fe y certeza, donde hay intrigas pongamos verdad, donde hay enfermedad pongamos salud, pongamos siempre AMOR y BONDAD en todo momento y circunstancia porque sino la maldad del mundo y la tristeza y discordia parecerá que nos van a ganar, y no debe ser así, el Plan de Dios fue hecho para que este mundo sea Iluminado por el Amor del Cielo, seamos colaboradores del Cielo y no otra cosa.
Recordemos cada segundo que es la Voluntad de Dios que nosotros estemos en la Luz del amor, de la certeza del amor de Dios y de la confianza en el Plan Celestial, oremos día y noche sin cesar, y confiemos en la intercesión de los santos, en la ayuda de los santos ángeles y en la Virgen María Santísima y, por supuesto, en el Camino, la Verdad y la Vida que representa Jesús de Nazareth y sus enseñanzas contenidas en el Nuevo Testamento para guiarnos y asirnos a sus mensajes de Buena Nueva para estos últimos tiempos.
Que tengan mucha fe y esperanza en que luego de las pruebas, si miramos siempre a Dios Creador obtendremos la alegría y el Gozo después de pasar cada examen que se nos presente en el camino de este mundo, tengamos la seguridad en que tenemos a cada segundo un libre albedrío para escoger nosotros mismo el Bien o el mal, y depende de nuestra decisión y no culpemos a nadie ni a nada más, seamos sabios y honestos con nosotros mismos... Pidamos que el Espíritu Santo nos llene día y noche con sus dones para estar alertas a todo, y para que estemos felices en toda circunstancia con mucha FE en DIOS.
Amén,
Con mucho cariño,
Padre Roberto Mena
Thursday, February 14, 2008
dulce amistad para todos...
Dulce amistad
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo. Prov. 27, 9
Estamos por celebrar el día de la amistad y para congratular a todos mis amigos no tengo mejor saludo que recordarles las características del buen amigo según la Palabra de Dios:
El amigo no niega su lealtad
Job 6, 14-15 Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad. Pero mis hermanos son arroyos inconstantes; son corrientes desbordadas.
El amigo intercede por su compañero
Job 16, 19-21 Ahora mismo tengo en los cielos un testigo; en lo alto se encuentra mi abogado. Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas para que interceda ante Dios en favor mío, como quien apela por su amigo.
El amigo ama en todo tiempo
Prov. 17, 17 En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
El amigo siempre es fiel
Prov. 18, 24 Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.
El buen amigo amonesta con honradez
Prov. 27, 5-7 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
El amigo infunde aliento
Isaías 44, 6 Cada uno ayuda a su compañero, y le infunde aliento a su hermano.
El verdadero amigo es un buen compañero en la Obra de Dios.
Romanos 16, 21 Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes.
Filipenses 2, 25 Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes han enviado para atenderme en mis necesidades.
Amigos queridos, compañeros en la Obra de Dios, fieles e íntimos en aquellos tiempos de escasez, comprensivos y atentos en la enfermedad, inteligentes y prudentes para aconsejarme, fervientes intercesores en las penas, guerreros de Dios, defensores que bloquearon los dardos que muchas veces quisieron herirnos, amados amigos como agradecer tanto amor para nosotros, no tenemos palabras.
Sólo nuestra gratitud a Dios por su preciosa amistad.
Feliz día queridos amigos
Padre Roberto Mena, S.T.
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo. Prov. 27, 9
Estamos por celebrar el día de la amistad y para congratular a todos mis amigos no tengo mejor saludo que recordarles las características del buen amigo según la Palabra de Dios:
El amigo no niega su lealtad
Job 6, 14-15 Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad. Pero mis hermanos son arroyos inconstantes; son corrientes desbordadas.
El amigo intercede por su compañero
Job 16, 19-21 Ahora mismo tengo en los cielos un testigo; en lo alto se encuentra mi abogado. Mi intercesor es mi amigo, y ante él me deshago en lágrimas para que interceda ante Dios en favor mío, como quien apela por su amigo.
El amigo ama en todo tiempo
Prov. 17, 17 En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
El amigo siempre es fiel
Prov. 18, 24 Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.
El buen amigo amonesta con honradez
Prov. 27, 5-7 Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto. Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
El amigo infunde aliento
Isaías 44, 6 Cada uno ayuda a su compañero, y le infunde aliento a su hermano.
El verdadero amigo es un buen compañero en la Obra de Dios.
Romanos 16, 21 Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes.
Filipenses 2, 25 Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, a quien ustedes han enviado para atenderme en mis necesidades.
Amigos queridos, compañeros en la Obra de Dios, fieles e íntimos en aquellos tiempos de escasez, comprensivos y atentos en la enfermedad, inteligentes y prudentes para aconsejarme, fervientes intercesores en las penas, guerreros de Dios, defensores que bloquearon los dardos que muchas veces quisieron herirnos, amados amigos como agradecer tanto amor para nosotros, no tenemos palabras.
Sólo nuestra gratitud a Dios por su preciosa amistad.
Feliz día queridos amigos
Padre Roberto Mena, S.T.
Tuesday, February 12, 2008
teologia paulina.
TEOLOGÍA DE SAN PABLO
La redención subjetiva
Habiendo ya muerto y resucitado Cristo, la redención se ha completado en principio y por ley para toda la raza humana. Todo hombre puede hacerla suya de hecho por la fe y el bautismo, que, uniéndolo a Cristo, le hace partícipe de la vida divina. La fe, según San Pablo, se compone de varios elementos: sumisión del intelecto a la palabra de Dios; abandono del creyente a su salvador que promete asistencia; acto de obediencia por el que el hombre acepta la voluntad divina. Tal acto posee un valor moral puesto que “da gloria a Dios” (Rom., 4, 20) en la medida en la que reconoce su propia impotencia. Es por esta razón por la que "Abraham creyó a Dios y le fue reputado por justicia" (Rom., 4, 3; Gal., 3, 6). Los hijos de Abraham, del mismo modo, "justificados por la fe sin el auxilio de la ley" (Rom., 3, 28; cf. Gal., 2, 16). Se sigue pues:
v Que la justicia la otorga Dios en consideración de la fe.
v Que, sin embargo, la fe no es equivalente a la justicia dado que el hombre es justificado por la gracia (Rom., 4, 6).
v Que la justicia otorgada gratuitamente al hombre deviene su propiedad y le es en adelante inherente. Antes los protestantes afirmaban que la justicia de Cristo nos es imputada aunque actualmente reconocen que el argumento va contra la escritura y carece de la garantía paulina; pero algunos, se atienen a basar la justificación en un buen trabajo (ergon), niegan el valor moral de la fe y predican que la justificación no es sino un juicio formal de Dios, que no altera absolutamente nada la justificación del pecador.
Tal teoría es insostenible; pues:
v incluso admitiendo que “justificar” signifique “declarar justo”, es absurdo suponer que Dios declara justo a alguien que no lo es aún o que no se vuelve justo por la declaración misma.
v La justificación es inseparable de la santificación, dado que esta última es "la justificación de la vida" (Rom., 5, 18) y que cada "justo vive por la fe" (Rom., 1, 17; Gal., 3, 11).
v Por la fe y el bautismo muere el “hombre viejo”, lo que es imposible sin empezar a vivir como hombre nuevo que “de acuerdo con Dios es creado en la justicia y en la santidad” (Rom., 6, 3-5; Ef., 4, 24; I Cor., 1, 30; 6, 11). Podemos, pues, establecer una distinción de definición entre los conceptos de justificación y santificación, pro no podemos separar las dos cosas ni considerarlas como cosas separadas.
Fuente: Enciclopedia Catolica: F. PRAT
Carta a los Romanos, Cap.61 Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los santos?2 ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta vida!4 Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada!5 Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos?6 Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!7 De todos modos, ya es un fallo en vosotros que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no preferís soportar la injusticia? ¿Por qué no dejaros más bien despojar?8 ¡Al contrario! ¡Sois vosotros los que obráis la injusticia y despojáis a los demás! ¡Y esto, a hermanos!9 ¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios.11 Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.12 «Todo me es lícito»; mas no todo me conviene. «Todo me es lícito»; mas ¡no me dejaré dominar por nada!13 La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.14 Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De ningún modo!16 ¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: = Los dos se harán una sola carne. =17 Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.18 ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo.19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?20 ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
Padre Roberto Mena, S.T.
La redención subjetiva
Habiendo ya muerto y resucitado Cristo, la redención se ha completado en principio y por ley para toda la raza humana. Todo hombre puede hacerla suya de hecho por la fe y el bautismo, que, uniéndolo a Cristo, le hace partícipe de la vida divina. La fe, según San Pablo, se compone de varios elementos: sumisión del intelecto a la palabra de Dios; abandono del creyente a su salvador que promete asistencia; acto de obediencia por el que el hombre acepta la voluntad divina. Tal acto posee un valor moral puesto que “da gloria a Dios” (Rom., 4, 20) en la medida en la que reconoce su propia impotencia. Es por esta razón por la que "Abraham creyó a Dios y le fue reputado por justicia" (Rom., 4, 3; Gal., 3, 6). Los hijos de Abraham, del mismo modo, "justificados por la fe sin el auxilio de la ley" (Rom., 3, 28; cf. Gal., 2, 16). Se sigue pues:
v Que la justicia la otorga Dios en consideración de la fe.
v Que, sin embargo, la fe no es equivalente a la justicia dado que el hombre es justificado por la gracia (Rom., 4, 6).
v Que la justicia otorgada gratuitamente al hombre deviene su propiedad y le es en adelante inherente. Antes los protestantes afirmaban que la justicia de Cristo nos es imputada aunque actualmente reconocen que el argumento va contra la escritura y carece de la garantía paulina; pero algunos, se atienen a basar la justificación en un buen trabajo (ergon), niegan el valor moral de la fe y predican que la justificación no es sino un juicio formal de Dios, que no altera absolutamente nada la justificación del pecador.
Tal teoría es insostenible; pues:
v incluso admitiendo que “justificar” signifique “declarar justo”, es absurdo suponer que Dios declara justo a alguien que no lo es aún o que no se vuelve justo por la declaración misma.
v La justificación es inseparable de la santificación, dado que esta última es "la justificación de la vida" (Rom., 5, 18) y que cada "justo vive por la fe" (Rom., 1, 17; Gal., 3, 11).
v Por la fe y el bautismo muere el “hombre viejo”, lo que es imposible sin empezar a vivir como hombre nuevo que “de acuerdo con Dios es creado en la justicia y en la santidad” (Rom., 6, 3-5; Ef., 4, 24; I Cor., 1, 30; 6, 11). Podemos, pues, establecer una distinción de definición entre los conceptos de justificación y santificación, pro no podemos separar las dos cosas ni considerarlas como cosas separadas.
Fuente: Enciclopedia Catolica: F. PRAT
Carta a los Romanos, Cap.61 Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los santos?2 ¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta vida!4 Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada!5 Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos?6 Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!7 De todos modos, ya es un fallo en vosotros que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no preferís soportar la injusticia? ¿Por qué no dejaros más bien despojar?8 ¡Al contrario! ¡Sois vosotros los que obráis la injusticia y despojáis a los demás! ¡Y esto, a hermanos!9 ¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios.11 Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.12 «Todo me es lícito»; mas no todo me conviene. «Todo me es lícito»; mas ¡no me dejaré dominar por nada!13 La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.14 Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder.15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De ningún modo!16 ¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: = Los dos se harán una sola carne. =17 Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.18 ¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica, peca contra su propio cuerpo.19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?20 ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
Padre Roberto Mena, S.T.
Monday, February 11, 2008
Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos.
NUESTRA SEÑORA DE LOURDESEl 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como queriendo indicar que el cielo ratificaba lo que había hecho en la tierra el Vicario de Jesucristo, el 11 de febrero de cuatro años después -1858 - la Virgen María se aparecía a la hija de unos humildes molineros, Bernadette Soubirous, de 14 años. Nació el 1844 y fue la mayor de seis hermanos. Era una chica sencilla, sin apenas preparación ni cultura pues sus padres, sumamente pobres, no pudieron enviarla a hacer estudios especiales. Un día va con su hermana y una amiga a buscar leña seca. Cuando ella se dispone a atravesar un brazo del río Gave, escucha de repente como un fuerte viento, que la obliga a levantar la cabeza.En la abertura de la roca de Massabielle se alza ante su vista una joven, inmóvil y silenciosa "tan bella que cuando se la ha visto una vez se querría morir para volverla a ver". El vestido blanco, un cinturón azul, y el rosario entre los dedos.«Me saludó, inclinando la cabeza creyendo engañarme, me restregué los ojos; pero alzándolos, vi de nuevo a la joven, que me sonreía y me hacía señas de que me acercase. Pero yo no me atrevía. Y no es que tuviera miedo, porque cuando una tiene miedo, huye; y yo me hubiera quedado allí, mirándola, toda la vida. Entonces se me ocurrió rezar, y saqué el rosario. Me arrodillé. Vi que la joven se santiguaba... Mientras yo rezaba, ella iba pasando las cuentas de su Rosario, sin decir nada. Y cuando yo dije: Gloria al Padre..., también Ella lo dijo. Terminado el Rosario me sonrió otra vez, se elevó un poco, y desapareció».Esta cita de Massabielle se repetiría 18 veces. En la sexta, el 21 de febrero, “dirigió un momento la mirada por encima de mi cabeza, para recorrer el mundo. Después, volviéndola llena de dolor sobre mí, me dijo: "Ruega a Dios por los pecadores". Igualmente, varias veces después: Penitencia, penitencia. En la undécima, este encargo: Vete a decir a los sacerdotes que hagan construir aquí una capilla.Y dos días más tarde: Deseo que se venga aquí en procesión.El 4 de marzo una madre sumerge a su hijo enfermo en el manantial nuevo. que se ha abierto al lado de la gruta; y proclama la primera su alegría, al sentir sano a su hijo.El 25 de marzo, viéndola tan amable, le pregunté su nombre. Me sonrió. Se lo volví a preguntar, y volvió a sonreírse. Insistí de nuevo, y me dijo: "Soy la Inmaculada Concepción". El 16 de julio, más hermosa que nunca, sonriendo con dulzura inefable, inclinó la cabeza en señal de despedida y desapareció".Desde entonces Lourdes, a pesar de las dificultades, se presentó pronto como una cita mundial de la plegaria eucarística, ante la Virgen; por los cuerpos, y, sobre todo, por las almas.Al aparecérsele la Virgen Inmaculada a Bernadette Soubirous en aquel ambiente del siglo XIX, en el que la incredulidad y el materialismo dominaban por todas partes, quiso convertir a Lourdes en un signo evangélico. A los pocos años se iba a ver afluir allá a cuantos andaban en busca de perdón, de la salud de cuerpo y alma y a los pobres que llegaban para escuchar la Buena Nueva. Desde entonces, y gracias al desarrollo de los medios de comunicación, la Gruta de Massabielle se ha convertido en un lugar privilegiado de reunión para los cristianos de todas las naciones, que gozan allí de la experiencia del amor vivido entre hermanos y sellan su unidad en la Eucaristía.María, en la que la Iglesia reconoce la imagen de la Ciudad santa recibe así el honor junto a la ribera del Gave de una inmensa multitud que prefigura a su vez a la nueva Jerusalén, abierta no sólo a los cristianos, sino también a aquellos que proceden de los más lejanos horizontes: peregrinos musulmanes o budistas, incrédulos atraídos por la huella de lo misterioso...Quien la visita una vez sale con el firme propósito de volver una y más veces para poder experimentar la presencia sobrenatural que allí se respira. Son muchos los milagros que desde la Gruta de Massabielle obra la Virgen María en cuantos acuden a Ella. En la Santísima Trinidad:Padre Roberto Mena, S.T.
Thursday, February 07, 2008
LOS JÓVENES Y LA VIDA CONSAGRADA
Carta pastoral con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada
(3 de febrero de 2008)
"Algo parece que se está moviendo". En estas palabras, del profeta Isaías, se ha inspirado nuestra Iglesia para emprender este año el objetivo prioritario del plan pastoral diocesano: la atención pastoral a los jóvenes.
Queremos que esta pastoral de juventud esté fuertemente unida a las familias, haciendo una verdadera pastoral de conjunto: la juventud y la familia inseparablemente unidas.
Somos plenamente conscientes que, a pesar de tantas dificultades, la familia sigue siendo para los jóvenes, no sólo la institución más valorada, sino el punto de relación más cercano y donde se encuentran las personas más influyentes en su misma vida.
La vida consagrada, en sus variadas y múltiples formas, puede ser también, en algún modo, esa gran comunidad familiar en la que los jóvenes puedan hallar un espacio estimulante para ese deseo de encuentro con Dios.
Cuantos componen esa gran familia, que es la Vida Consagrada, pueden decir con todo derecho, ya que ello ha sido la razón por la que han escogido este camino de consagración: (Es que Dios vale más que la vida! (Salmo 62,4).
La vida consagrada entre nosotros
Los religiosos y las religiosas, las sociedades de vida apostólica, los institutos seculares y las nuevas comunidades de vida eclesial realiza múltiples actividades dirigidas directamente a los jóvenes: desde la educación en los distintos niveles, hasta la inserción social de marginados; desde el cuidado de jóvenes afectados por el sida, hasta foros de reflexión acerca del compromiso cristiano; desde actividades deportivas y lúdicas, a celebraciones litúrgicas apropiadas para jóvenes; desde el grupo de oración, hasta la organización de un voluntariado muy comprometido en la ayuda y apoyo a los más desfavorecidos.
De todas estas actividades se pueden aportar números que nos sorprenderían. Son muchos miles de jóvenes a los que llega nuestra Iglesia, sobre todo por medio de los miembros de la vida consagrada y de sus instituciones.
En forma alguna quiero olvidarme de las monjas contemplativas y claustrales, así como de las vírgenes consagradas. Ellas, con el testimonio de su vida, causan verdadera fascinación a los jóvenes. Quienes han tenido la ocasión de estar cerca de ellas no pueden olvidar la experiencia de Dios recibida.
De ninguna manera se puede decir que la vida consagrada esté alejada de los jóvenes, pero ha de ponerse un gran empeño en todo lo que se refiere a la participación en la vida y misión de la Iglesia.
Apasionados por Cristo
"Los que son elegidos por Dios para la vida consagrada hacen suyo de modo definitivo este anhelo espiritual. En efecto, lo único que anhelan es el Reino de Dios: que Dios reine en nuestras voluntades, en nuestros corazones, en el mundo. Tienen una sed ardiente de amor, que sólo el Eterno puede saciar. Con su ejemplo proclaman a un mundo a menudo desorientado, pero que en realidad busca cada vez más un sentido, que Dios es el Señor de la existencia, que su "gracia vale más que la vida" (Sal 62, 4). Al elegir la obediencia, la pobreza y la castidad por el reino de los cielos, muestran que todo apego y amor a las cosas y a las personas es incapaz de saciar definitivamente el corazón; que la existencia terrena es una espera más o menos larga del encuentro "cara a cara" con el Esposo divino, una espera que se ha de vivir con corazón siempre vigilante a fin de estar preparados para reconocerlo y acogerlo cuando venga". (Benedicto XVI a los religiosos en la Jornada de Vida Consagrada 2-2-07).
Los consagrados y consagradas son unas personas verdaderamente apasionadas por Cristo. En Él está el origen de la vocación y el deseo de compartir su misión de anunciar el Evangelio en obras y en palabras. Nada se puede ni se quiere anteponer al amor de Cristo.
Misión más admirable y entusiasmante no se podía haber recibido. Debe llegar a todos. Cada cual la realizará desde el carisma peculiar que del Señor haya recibido.
Unidos a la Iglesia diocesana, este año queremos hacer un particular esfuerzo por llegar hasta los jóvenes. Ponernos a su lado y hablarles de lo que hemos visto y oído a Jesús, de lo que constituye la razón, la vida y la misión de la vida consagrada.
¿Qué podemos hacer?
¿Para qué ocultarlo? La vida consagrada tiene que mantener a diario una tensión muy grande entre el deseo y las posibilidades de poder realizarlo. Benedicto XVI habla de la "tentación del desaliento", que puede llegar de las dificultades de la vida y de los múltiples desafíos del momento en el que vivimos" (A la vida consagrada 2‑2‑07).
Siguen las preguntas: ¿Qué podemos hacer para que los jóvenes escuchen a Dios, se entusiasme con Jesucristo, vivan y gocen en la vida de la Iglesia, se comprometan en el servicio fraterno a sus hermanos y sean apóstoles del evangelio?
Presumimos de querer ser realistas, pero en esa misma autosuficiencia de objetividad puede estar el pecado de la marginación de Dios, falsificando el concepto de realidad con la amputación de la realidad fundante que es Dios. "Quienes excluyen a Dios de su horizonte falsifican el de "realidad" y, en consecuencia, sólo pueden terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM 13‑5‑07).
Con realismo sí, pero sin exclusión de cuanto es fundamental para la vida cristiana. Dios no puede ser nunca algo que estorba, sino quien más ayuda.
La acción pastoral con los jóvenes requerirá no poca valentía y mucha perseverancia. El ambiente que rodea la vida de los jóvenes no es siempre el más adecuado para hablar de Dios y dar testimonio cristiano aceptando el compromiso que la fe supone. La evangelización nunca ha sido tarea fácil. Ya lo dijo el Señor: se reirán de vosotros, hasta os odiarán por mi nombre. Pero el triunfo es de aquel que persevera (Cf. Mt 10, 22).
Se necesita constancia, pues el vientecillo de un consumismo pastoral también se nos ha introducido entre nosotros. Hacemos análisis y planes, proyectos que empezamos y no se mantienen hasta conseguir los objetivos. La falta de continuidad es la carcoma de la pastoral de juventud. Se necesita de ese gran apoyo que es la constancia, la fidelidad al proyecto evangelizador.
Identidad cristiana
El joven prefiere que se le hable del presente. Esta es su vida. El futuro le suena a cantilena de mayores y hasta de amenaza. El presente es su mundo. Estar aquí y ahora.
Este puede ser un buen apoyo, el de lo presente y actual, para "meter" al joven en su propia identidad cristiana, en su personalidad de creyente, en su condición de "militante" del evangelio.
En dos dimensiones a tener en cuenta: la interioridad y la trascendencia. El joven quiere ser él mismo. No quiere imposiciones. Así que habrá que ayudarle a que no hipoteque su libertad con imposiciones externas, falsos señuelos de una felicidad sin moral y una vida sin principios religiosos.
Para conducir al joven a esa interioridad sincera, lejos de evasiones y subjetivismos, para encontrarse sinceramente con Dios, no se conoce mejor camino que el de la oración.
La otra dimensión es la de la trascendencia. De lo más íntimo a lo que tiene los horizontes más amplios y elevados y, al mismo tiempo, los más influyentes en la vida y actividad del hombre. Al encontrarse consigo mismo, el joven descubrirá a Dios. Y a Dios con Jesucristo. Y a Cristo con la Iglesia. Y a la Iglesia como servidora de Dios en el mundo.
Vida consagrada y pastoral de juventud
Como es sabido, la pastoral es el conjunto de acciones que se emprenden para que el evangelio pueda llegar mejor y transformar la vida de las personas, de las comunidades, del mundo.
En nuestra Iglesia diocesana, y dentro de una acción de conjunto, estimo que la vida consagrada, en sus diferentes formas, tiene que llevar a cabo, con los jóvenes, una pastoral ejemplarizante, diferenciada, en alegría y esperanza, seriamente comprometida, eclesial, de acompañamiento, perseverante y juvenil.
Diferenciada. Es habitual que hablemos de los jóvenes y de la juventud como si de algo uniforme y definido se tratara. Que se tenga la misma edad no presupone que las ideas sean iguales para todos, que el grado de religiosidad sea el mismo, que el grado de aceptación o de rechazo del mensaje de Jesús sea igual en todos los jóvenes.
Será necesaria una pastoral diferenciada, dando a cada uno lo que necesita, respondiendo a sus propias preguntas.
Ejemplarizante. El modelo a imitar y seguir es siempre Jesucristo. Pero joven lo puede ver un tanto lejos y muy elevado. Un consagrado, una consagrada es un referente inmediato, concreto, preciso. (Me gustaría ser como esta persona!, dice un joven. La pastoral "de contagio" ha dado en ocasiones muy buenos resultados.
La persona consagrada tendrá que ayudar a ver, en la ejemplaridad, a Aquel que justifica la forma de vida y el testimonio evangélico. "La sociedad tiene necesidad de vuestro testimonio: en un mundo que muchas veces busca ante todo el bienestar, la riqueza y el placer como objetivo de la vida, y que salta a la libertad en lugar de la verdad sobre el hombre creado por Dios, vosotros sois testigos de que hay una manera diferente de vivir con sentido; recordad a vuestros hermanos y hermanas que el Reino de Dios ya ha llegado; que la justicia la verdad son posibles si nos abrimos a la presencia amorosa de Dios nuestro Padre, de Cristo nuestro hermano y Señor, del Espíritu Sagrado nuestro Consolador" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM, 13-5-07).
Con alegría y esperanza. Uno de las características que suele atribuirse a la juventud actual es la de querer gozar de lo inmediato y con la mayor intensidad posible.
La alegría cristiana va unida a la esperanza, pero no como espera de un tiempo lejano y feliz, sino como la presencia actual, inmediata y viva de Dios Padre que garantiza, con su bondad, la alegría de sus hijos. "Los cristianos, dice Benedicto XVI, reconocen que la sociedad actual no es su ideal; ellos pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación" (Spe salvi 4).
Una de las actitudes de los consagrados y consagradas que más suele llamar la atención a los jóvenes, es que son unas personas alegres. Habrá que dar por tanto ante los jóvenes la razón de esa esperanza que es la causa de tanta y tan sincera alegría: (El Señor ha estado grande con nosotros!
"Con generosidad y también con heroísmo tenéis que seguir trabajando para que en la sociedad reine la amor, la justicia, la bondad, el servicio y la solidaridad, según el carisma de vuestros fundadores. Abrazar con profunda alegría vuestra consagración, que es medio de santificación para vosotros y la redención para vuestros hermanos" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM, 13-5-07).
Comprometida y responsable. Cualquier tipo de evasionismo, de huida intimista o a un compromiso meramente social, sin implicaciones religiosas y morales, está llamado a ser entretenimiento de pocos días. Hay que aceptar responsablemente con las consecuencias de la propia fe, que lleva a mirar al mundo, a la sociedad y a las personas de otra manera: con los ojos el corazón de Cristo, liberador de los pobres y de los oprimidos.
No se trata de reclutar agentes sociales, sino de verdaderos discípulos de Jesucristo, con el mandamiento nuevo del Señor como consigna y con el código de las bienaventuranzas como estilo de vida.
Eclesial. La suspicacia y hasta el rechazo frontal de cuanto puede oler a institución y a jerarquía es pan de cada día entre los jóvenes. )Desconocimiento? )Prejuicios? Lo cierto es que la imagen de la Iglesia está, cuando menos, un tanto distorsionada.
Esta pastoral eclesial que deseamos ha de estar muy centrada en la participación. Dar lugar a los jóvenes en la misma vida consagrada, en sus actividades, su espiritualidad, su carisma, en su vida fraterna... Que se sientan partícipes, no solo de una actividad. sino de una forma de vivir.
Acompañada. La relación personal es insustituible. Los consagrados y consagradas están especialmente indicados para hacer ese acompañamiento espiritual y pastoral que necesitan los jóvenes. La dedicación por completo a Dios les hace particularmente creíbles y les confiere una gran autoridad religiosa y moral, lo que suscita la confianza de los jóvenes.
Aunque sea necesaria la dirección del grupo, de la asociación, nunca se puede olvidar ese camino personal e intransferible que el Señor quiere para cada uno.
Perseverante. Suelen quejarse, los educadores y animadores de los jóvenes, de la poca consistencia y arraigo de aquello que llega a los jóvenes. Se olvida que la juventud es tiempo para sembrar. El joven no va a ser eternamente joven. Lo importante es que sea siempre cristiano.
Juvenil. Una pastoral de juventud no sólo tiene que contar con los jóvenes, sino hacerles protagonistas de su misma evangelización. Y con actitud verdaderamente juvenil: dinámica, alegre, esperanzada, asumiendo los riesgos necesarios, confiada... Llena de Dios.
Proyectos y actividades
Teniendo siempre delante la idea de la participación, desde los institutos de vida consagrada se pueden, y deben, promover aquellas actividades que más van a ayudar a los jóvenes a sentirse a gusto y a ir madurando su fe y su vida en la Iglesia.
Se puede pensar en celebraciones de la Eucaristía especialmente participadas por jóvenes. Los grupos de oración, de formación bíblica y litúrgica. Participación en el voluntariado social y en las campañas de Caritas, Manos Unidas, Domund... Formación para ser catequistas. Presencia en foros de opinión, actividades artísticas y culturales. Integración en asociaciones y movimientos apostólicos...
Es importante la colaboración intercongregacional y el apoyo recíproco para una buena pastoral de conjunto. Así mismo, es imprescindible una permanente comunicación con la Delegación diocesana de pastoral de la juventud.
La vida consagrada tiene siempre a su lado la fuente inagotable del amor a Jesucristo. Aquí se encuentra la razón de la misma existencia y de cualquiera de las formas de apostolado. Si la vida consagrada se muestra fascinada por Jesucristo, no busque mejor camino para una pastoral juvenil que el de entusiasmar a todos con el fiel seguimiento de Cristo.
Con mi gratitud y bendición.
+ Carlos Amigo Vallejo
Cardenal Arzobispo de Sevilla"
(3 de febrero de 2008)
"Algo parece que se está moviendo". En estas palabras, del profeta Isaías, se ha inspirado nuestra Iglesia para emprender este año el objetivo prioritario del plan pastoral diocesano: la atención pastoral a los jóvenes.
Queremos que esta pastoral de juventud esté fuertemente unida a las familias, haciendo una verdadera pastoral de conjunto: la juventud y la familia inseparablemente unidas.
Somos plenamente conscientes que, a pesar de tantas dificultades, la familia sigue siendo para los jóvenes, no sólo la institución más valorada, sino el punto de relación más cercano y donde se encuentran las personas más influyentes en su misma vida.
La vida consagrada, en sus variadas y múltiples formas, puede ser también, en algún modo, esa gran comunidad familiar en la que los jóvenes puedan hallar un espacio estimulante para ese deseo de encuentro con Dios.
Cuantos componen esa gran familia, que es la Vida Consagrada, pueden decir con todo derecho, ya que ello ha sido la razón por la que han escogido este camino de consagración: (Es que Dios vale más que la vida! (Salmo 62,4).
La vida consagrada entre nosotros
Los religiosos y las religiosas, las sociedades de vida apostólica, los institutos seculares y las nuevas comunidades de vida eclesial realiza múltiples actividades dirigidas directamente a los jóvenes: desde la educación en los distintos niveles, hasta la inserción social de marginados; desde el cuidado de jóvenes afectados por el sida, hasta foros de reflexión acerca del compromiso cristiano; desde actividades deportivas y lúdicas, a celebraciones litúrgicas apropiadas para jóvenes; desde el grupo de oración, hasta la organización de un voluntariado muy comprometido en la ayuda y apoyo a los más desfavorecidos.
De todas estas actividades se pueden aportar números que nos sorprenderían. Son muchos miles de jóvenes a los que llega nuestra Iglesia, sobre todo por medio de los miembros de la vida consagrada y de sus instituciones.
En forma alguna quiero olvidarme de las monjas contemplativas y claustrales, así como de las vírgenes consagradas. Ellas, con el testimonio de su vida, causan verdadera fascinación a los jóvenes. Quienes han tenido la ocasión de estar cerca de ellas no pueden olvidar la experiencia de Dios recibida.
De ninguna manera se puede decir que la vida consagrada esté alejada de los jóvenes, pero ha de ponerse un gran empeño en todo lo que se refiere a la participación en la vida y misión de la Iglesia.
Apasionados por Cristo
"Los que son elegidos por Dios para la vida consagrada hacen suyo de modo definitivo este anhelo espiritual. En efecto, lo único que anhelan es el Reino de Dios: que Dios reine en nuestras voluntades, en nuestros corazones, en el mundo. Tienen una sed ardiente de amor, que sólo el Eterno puede saciar. Con su ejemplo proclaman a un mundo a menudo desorientado, pero que en realidad busca cada vez más un sentido, que Dios es el Señor de la existencia, que su "gracia vale más que la vida" (Sal 62, 4). Al elegir la obediencia, la pobreza y la castidad por el reino de los cielos, muestran que todo apego y amor a las cosas y a las personas es incapaz de saciar definitivamente el corazón; que la existencia terrena es una espera más o menos larga del encuentro "cara a cara" con el Esposo divino, una espera que se ha de vivir con corazón siempre vigilante a fin de estar preparados para reconocerlo y acogerlo cuando venga". (Benedicto XVI a los religiosos en la Jornada de Vida Consagrada 2-2-07).
Los consagrados y consagradas son unas personas verdaderamente apasionadas por Cristo. En Él está el origen de la vocación y el deseo de compartir su misión de anunciar el Evangelio en obras y en palabras. Nada se puede ni se quiere anteponer al amor de Cristo.
Misión más admirable y entusiasmante no se podía haber recibido. Debe llegar a todos. Cada cual la realizará desde el carisma peculiar que del Señor haya recibido.
Unidos a la Iglesia diocesana, este año queremos hacer un particular esfuerzo por llegar hasta los jóvenes. Ponernos a su lado y hablarles de lo que hemos visto y oído a Jesús, de lo que constituye la razón, la vida y la misión de la vida consagrada.
¿Qué podemos hacer?
¿Para qué ocultarlo? La vida consagrada tiene que mantener a diario una tensión muy grande entre el deseo y las posibilidades de poder realizarlo. Benedicto XVI habla de la "tentación del desaliento", que puede llegar de las dificultades de la vida y de los múltiples desafíos del momento en el que vivimos" (A la vida consagrada 2‑2‑07).
Siguen las preguntas: ¿Qué podemos hacer para que los jóvenes escuchen a Dios, se entusiasme con Jesucristo, vivan y gocen en la vida de la Iglesia, se comprometan en el servicio fraterno a sus hermanos y sean apóstoles del evangelio?
Presumimos de querer ser realistas, pero en esa misma autosuficiencia de objetividad puede estar el pecado de la marginación de Dios, falsificando el concepto de realidad con la amputación de la realidad fundante que es Dios. "Quienes excluyen a Dios de su horizonte falsifican el de "realidad" y, en consecuencia, sólo pueden terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM 13‑5‑07).
Con realismo sí, pero sin exclusión de cuanto es fundamental para la vida cristiana. Dios no puede ser nunca algo que estorba, sino quien más ayuda.
La acción pastoral con los jóvenes requerirá no poca valentía y mucha perseverancia. El ambiente que rodea la vida de los jóvenes no es siempre el más adecuado para hablar de Dios y dar testimonio cristiano aceptando el compromiso que la fe supone. La evangelización nunca ha sido tarea fácil. Ya lo dijo el Señor: se reirán de vosotros, hasta os odiarán por mi nombre. Pero el triunfo es de aquel que persevera (Cf. Mt 10, 22).
Se necesita constancia, pues el vientecillo de un consumismo pastoral también se nos ha introducido entre nosotros. Hacemos análisis y planes, proyectos que empezamos y no se mantienen hasta conseguir los objetivos. La falta de continuidad es la carcoma de la pastoral de juventud. Se necesita de ese gran apoyo que es la constancia, la fidelidad al proyecto evangelizador.
Identidad cristiana
El joven prefiere que se le hable del presente. Esta es su vida. El futuro le suena a cantilena de mayores y hasta de amenaza. El presente es su mundo. Estar aquí y ahora.
Este puede ser un buen apoyo, el de lo presente y actual, para "meter" al joven en su propia identidad cristiana, en su personalidad de creyente, en su condición de "militante" del evangelio.
En dos dimensiones a tener en cuenta: la interioridad y la trascendencia. El joven quiere ser él mismo. No quiere imposiciones. Así que habrá que ayudarle a que no hipoteque su libertad con imposiciones externas, falsos señuelos de una felicidad sin moral y una vida sin principios religiosos.
Para conducir al joven a esa interioridad sincera, lejos de evasiones y subjetivismos, para encontrarse sinceramente con Dios, no se conoce mejor camino que el de la oración.
La otra dimensión es la de la trascendencia. De lo más íntimo a lo que tiene los horizontes más amplios y elevados y, al mismo tiempo, los más influyentes en la vida y actividad del hombre. Al encontrarse consigo mismo, el joven descubrirá a Dios. Y a Dios con Jesucristo. Y a Cristo con la Iglesia. Y a la Iglesia como servidora de Dios en el mundo.
Vida consagrada y pastoral de juventud
Como es sabido, la pastoral es el conjunto de acciones que se emprenden para que el evangelio pueda llegar mejor y transformar la vida de las personas, de las comunidades, del mundo.
En nuestra Iglesia diocesana, y dentro de una acción de conjunto, estimo que la vida consagrada, en sus diferentes formas, tiene que llevar a cabo, con los jóvenes, una pastoral ejemplarizante, diferenciada, en alegría y esperanza, seriamente comprometida, eclesial, de acompañamiento, perseverante y juvenil.
Diferenciada. Es habitual que hablemos de los jóvenes y de la juventud como si de algo uniforme y definido se tratara. Que se tenga la misma edad no presupone que las ideas sean iguales para todos, que el grado de religiosidad sea el mismo, que el grado de aceptación o de rechazo del mensaje de Jesús sea igual en todos los jóvenes.
Será necesaria una pastoral diferenciada, dando a cada uno lo que necesita, respondiendo a sus propias preguntas.
Ejemplarizante. El modelo a imitar y seguir es siempre Jesucristo. Pero joven lo puede ver un tanto lejos y muy elevado. Un consagrado, una consagrada es un referente inmediato, concreto, preciso. (Me gustaría ser como esta persona!, dice un joven. La pastoral "de contagio" ha dado en ocasiones muy buenos resultados.
La persona consagrada tendrá que ayudar a ver, en la ejemplaridad, a Aquel que justifica la forma de vida y el testimonio evangélico. "La sociedad tiene necesidad de vuestro testimonio: en un mundo que muchas veces busca ante todo el bienestar, la riqueza y el placer como objetivo de la vida, y que salta a la libertad en lugar de la verdad sobre el hombre creado por Dios, vosotros sois testigos de que hay una manera diferente de vivir con sentido; recordad a vuestros hermanos y hermanas que el Reino de Dios ya ha llegado; que la justicia la verdad son posibles si nos abrimos a la presencia amorosa de Dios nuestro Padre, de Cristo nuestro hermano y Señor, del Espíritu Sagrado nuestro Consolador" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM, 13-5-07).
Con alegría y esperanza. Uno de las características que suele atribuirse a la juventud actual es la de querer gozar de lo inmediato y con la mayor intensidad posible.
La alegría cristiana va unida a la esperanza, pero no como espera de un tiempo lejano y feliz, sino como la presencia actual, inmediata y viva de Dios Padre que garantiza, con su bondad, la alegría de sus hijos. "Los cristianos, dice Benedicto XVI, reconocen que la sociedad actual no es su ideal; ellos pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación" (Spe salvi 4).
Una de las actitudes de los consagrados y consagradas que más suele llamar la atención a los jóvenes, es que son unas personas alegres. Habrá que dar por tanto ante los jóvenes la razón de esa esperanza que es la causa de tanta y tan sincera alegría: (El Señor ha estado grande con nosotros!
"Con generosidad y también con heroísmo tenéis que seguir trabajando para que en la sociedad reine la amor, la justicia, la bondad, el servicio y la solidaridad, según el carisma de vuestros fundadores. Abrazar con profunda alegría vuestra consagración, que es medio de santificación para vosotros y la redención para vuestros hermanos" (Benedicto XVI a la V Conferencia del CELAM, 13-5-07).
Comprometida y responsable. Cualquier tipo de evasionismo, de huida intimista o a un compromiso meramente social, sin implicaciones religiosas y morales, está llamado a ser entretenimiento de pocos días. Hay que aceptar responsablemente con las consecuencias de la propia fe, que lleva a mirar al mundo, a la sociedad y a las personas de otra manera: con los ojos el corazón de Cristo, liberador de los pobres y de los oprimidos.
No se trata de reclutar agentes sociales, sino de verdaderos discípulos de Jesucristo, con el mandamiento nuevo del Señor como consigna y con el código de las bienaventuranzas como estilo de vida.
Eclesial. La suspicacia y hasta el rechazo frontal de cuanto puede oler a institución y a jerarquía es pan de cada día entre los jóvenes. )Desconocimiento? )Prejuicios? Lo cierto es que la imagen de la Iglesia está, cuando menos, un tanto distorsionada.
Esta pastoral eclesial que deseamos ha de estar muy centrada en la participación. Dar lugar a los jóvenes en la misma vida consagrada, en sus actividades, su espiritualidad, su carisma, en su vida fraterna... Que se sientan partícipes, no solo de una actividad. sino de una forma de vivir.
Acompañada. La relación personal es insustituible. Los consagrados y consagradas están especialmente indicados para hacer ese acompañamiento espiritual y pastoral que necesitan los jóvenes. La dedicación por completo a Dios les hace particularmente creíbles y les confiere una gran autoridad religiosa y moral, lo que suscita la confianza de los jóvenes.
Aunque sea necesaria la dirección del grupo, de la asociación, nunca se puede olvidar ese camino personal e intransferible que el Señor quiere para cada uno.
Perseverante. Suelen quejarse, los educadores y animadores de los jóvenes, de la poca consistencia y arraigo de aquello que llega a los jóvenes. Se olvida que la juventud es tiempo para sembrar. El joven no va a ser eternamente joven. Lo importante es que sea siempre cristiano.
Juvenil. Una pastoral de juventud no sólo tiene que contar con los jóvenes, sino hacerles protagonistas de su misma evangelización. Y con actitud verdaderamente juvenil: dinámica, alegre, esperanzada, asumiendo los riesgos necesarios, confiada... Llena de Dios.
Proyectos y actividades
Teniendo siempre delante la idea de la participación, desde los institutos de vida consagrada se pueden, y deben, promover aquellas actividades que más van a ayudar a los jóvenes a sentirse a gusto y a ir madurando su fe y su vida en la Iglesia.
Se puede pensar en celebraciones de la Eucaristía especialmente participadas por jóvenes. Los grupos de oración, de formación bíblica y litúrgica. Participación en el voluntariado social y en las campañas de Caritas, Manos Unidas, Domund... Formación para ser catequistas. Presencia en foros de opinión, actividades artísticas y culturales. Integración en asociaciones y movimientos apostólicos...
Es importante la colaboración intercongregacional y el apoyo recíproco para una buena pastoral de conjunto. Así mismo, es imprescindible una permanente comunicación con la Delegación diocesana de pastoral de la juventud.
La vida consagrada tiene siempre a su lado la fuente inagotable del amor a Jesucristo. Aquí se encuentra la razón de la misma existencia y de cualquiera de las formas de apostolado. Si la vida consagrada se muestra fascinada por Jesucristo, no busque mejor camino para una pastoral juvenil que el de entusiasmar a todos con el fiel seguimiento de Cristo.
Con mi gratitud y bendición.
+ Carlos Amigo Vallejo
Cardenal Arzobispo de Sevilla"
Wednesday, February 06, 2008
preguntas cuaresmales.
¿QUÉ ES LA CUARESMA?
Llamamos Cuaresma al período de cuarenta días (cuadragésima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.
¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA?
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA?
"La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto" (n. 540).
¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.
¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA?
"La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.)." (Catecismo Iglesia Católica, n.1434).
¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA?
"Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia." (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).
¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES?
"En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma." (Código de Derecho Canónico, cánon 1250).
¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO?
En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, "todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo." (Código de Derecho Canónico, cánon 1251).
¿CUÁNDO ES CUARESMA?
La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos:
1)El Miércoles de ceniza,
2)Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor,
3)La Misa Crismal y
4)Las ferias.
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?
Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA?
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA?
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA?
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA?
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?
La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA?
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN "TIEMPO FUERTE" Y UN "TIEMPO PENITENCIAL?
"Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)." (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)
¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo:
1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa.
2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno.
3.Practicando las Obras de Misericordia.
¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA?
Las Obras de Misericordia espirituales son:
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y los muertos
Las Obras de Misericordia corporales son:
Visitar al enfermo.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Socorrer al cautivo.
Vestir al desnudo.
Dar posada al peregrino.
Enterrar a los muertos.
¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA?
Hay que cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el de la CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.
¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO?
El AYUNO consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO?
Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).
QUÉ ES LA ABSTINENCIA?
Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA?
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años.(cfr. CIC, c. 1252).
¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? "La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad." (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).
¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA?
Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.
¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES QUE CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA?
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Sacramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral:
1)La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos;
2)La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3).
3)La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia: "son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia" (CEC, n. 1438), haciendo notar que "junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios"; y,
4)El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.
Llamamos Cuaresma al período de cuarenta días (cuadragésima) reservado a la preparación de la Pascua, y señalado por la última preparación de los catecúmenos que deberían recibir en ella el bautismo.
¿DESDE CUÁNDO SE VIVE LA CUARESMA?
Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
¿POR QUÉ LA CUARESMA EN LA IGLESIA CATÓLICA?
"La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto" (n. 540).
¿CUÁL ES, POR TANTO, EL ESPÍRITU DE LA CUARESMA?
Debe ser como un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales, con la purificación del corazón, una práctica perfecta de la vida cristiana y una actitud penitencial.
¿QUÉ ES LA PENITENCIA?
La penitencia, traducción latina de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (literalmente el cambio de espíritu) del pecador, designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Literalmente cambio de vida, se dice del acto del pecador que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él, o del incrédulo que alcanza la fe.
¿QUÉ MANIFESTACIONES TIENE LA PENITENCIA?
"La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el AYUNO, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás. Junto a la purificación radical operada por el Bautismo o por el martirio, citan, como medio de obtener el perdón de los pecados, los esfuerzos realizados para reconciliarse con el prójimo, las lágrimas de penitencia, la preocupación por la salvación del prójimo, la intercesión de los santos y la práctica de la caridad "que cubre multitud de pecados" (1 Pedro, 4,8.)." (Catecismo Iglesia Católica, n.1434).
¿ESTAMOS OBLIGADOS A HACER PENITENCIA?
"Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por la ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia." (Código de Derecho Canónico, cánon 1249).
¿CUÁLES SON LOS DÍAS Y TIEMPOS PENITENCIALES?
"En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma." (Código de Derecho Canónico, cánon 1250).
¿QUÉ DEBE HACERSE TODOS LOS VIERNES DEL AÑO?
En recuerdo del día en que murió Jesucristo en la Santa Cruz, "todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo." (Código de Derecho Canónico, cánon 1251).
¿CUÁNDO ES CUARESMA?
La Cuaresma comienza el Miércoles de ceniza y concluye inmediatamente antes de la Misa Vespertina in Coena Domini. (jueves santo). Todo este período forma una unidad, pudiéndose distinguir los siguientes elementos:
1)El Miércoles de ceniza,
2)Los domingos, agrupados en el binomio, I-II; III, IV y V; y el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor,
3)La Misa Crismal y
4)Las ferias.
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA?
Es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de CONVERSIÓN a Dios. Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad en el Evangelio.
¿CUÁNDO TIENE ORIGEN LA PRÁCTICA DE LA CENIZA?
El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.
¿CUÁNDO SE BENDICE E IMPONE LA CENIZA?
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Gn, 3, 19 y Mc 1, 15.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA CENIZA?
La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. La fórmula de bendición hace relación a la condición pecadora de quienes la recibirán.
¿CUÁL ES EL SIMBOLISMO DE LA CENIZA?
El simbolismo de la ceniza es el siguiente:
a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;
b) Situación pecadora del hombre;
c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;
d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo.
¿A QUÉ NOS INVITA LA IGLESIA EN LA CUARESMA?
La Iglesia persiste en invitarnos a hacer de este tiempo como un retiro espiritual en el que el esfuerzo de meditación y de oración debe estar sostenido por un esfuerzo de mortificación personal cuya medida, a partir de este mínimo, es dejada a la libertad generosidad de cada uno.
¿QUÉ DEBE SEGUIRSE DE VIVIR LA CUARESMA?
Si se vive bien la Cuaresma, deberá lograrse una auténtica y profunda CONVERSIÓN personal, preparándonos, de este modo, para la fiesta más grande del año: el Domingo de la Resurrección del Señor.
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador. Supone e incluye dejar el arrepentimiento y la Confesión de todos y cada uno de nuestros pecados. Una vez en gracia (sin conciencia de pecado mortal), hemos de proponernos cambiar desde dentro (en actitudes) todo aquello que no agrada a Dios.
¿POR QUÉ SE DICE QUE LA CUARESMA ES UN "TIEMPO FUERTE" Y UN "TIEMPO PENITENCIAL?
"Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de CUARESMA, cada viernes en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)." (Catecismo Iglesia Católica, n. 1438)
¿CÓMO CONCRETAR MI DESEO DE CONVERSIÓN?
De diversas maneras, pero siempre realizando obras de conversión, como son, por ejemplo:
1.Acudir al Sacramento de la Reconciliación (Sacramento de la Penitencia o Confesión) y hacer una buena confesión: clara, concisa, concreta y completa.
2.Superar las divisiones, perdonando y crecer en espíritu fraterno.
3.Practicando las Obras de Misericordia.
¿CUÁLES SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA?
Las Obras de Misericordia espirituales son:
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia las adversidades y flaquezas del prójimo.
Rogar a Dios por los vivos y los muertos
Las Obras de Misericordia corporales son:
Visitar al enfermo.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Socorrer al cautivo.
Vestir al desnudo.
Dar posada al peregrino.
Enterrar a los muertos.
¿QUÉ OBLIGACIONES TIENE UN CATÓLICO EN CUARESMA?
Hay que cumplir con el precepto del AYUNO y la ABSTINENCIA, así como con el de la CONFESIÓN y COMUNIÓN anual.
¿EN QUÉ CONSISTE EL AYUNO?
El AYUNO consiste en hacer una sola comida al día, aunque se puede comer algo menos de lo acostumbrado por la mañana y la noche. No se debe comer nada entre los alimentos principales, salvo caso de enfermedad.
¿A QUIÉN OBLIGA EL AYUNO?
Obliga vivir la ley del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que tengan cumplido cincuenta y nueve años. (cfr. CIC, c. 1252).
QUÉ ES LA ABSTINENCIA?
Se llama abstinencia a privarse de comer carne (roja o blanca y sus derivados).
¿A QUIÉN OBLIGA LA ABSTINENCIA?
La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años.(cfr. CIC, c. 1252).
¿PUEDE CAMBIARSE LA PRÁCTICA DEL AYUNO Y LA ABSTINENCIA? "La Conferencia Episcopal de cada País puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad." (Código de Derecho Canónico, cánon 1253).
¿QUÉ ES LO QUE IMPORTA DE FONDO DEL AYUNO Y LA ABSTINECIA?
Debe cuidarse el no vivir el ayuno o la abstinencia como unos mínimos, sino como una manera concreta con la que nuestra Santa Madre Iglesia nos ayuda a crecer en el verdadero espíritu de penitencia.
¿QUÉ ASPECTOS PASTORALES QUE CONVIENE RESALTAR EN LA CUARESMA?
El tiempo de Cuaresma es un tiempo litúrgico fuerte, en el que toda la Iglesia se prepara para la celebración de las fiestas pascuales. La Pascua del Señor, el Bautismo y la invitación a la reconciliación, mediante el Sacramento de la Penitencia, son sus grandes coordenadas.
Se sugiere utilizar como medios de acción pastoral:
1)La catequesis del Misterio Pascual y de los sacramentos;
2)La exposición y celebración abundante de la Palabra de Dios, como lo aconseja vivamente el cánon. 767, & 3, 3).
3)La participación, de ser posible diaria, en la liturgia cuaresmal, en las celebraciones penitenciales y, sobre todo, en la recepción del sacramento de la penitencia: "son momentos fuertes en la práctica penitencial de la Iglesia" (CEC, n. 1438), haciendo notar que "junto a las consecuencias sociales del pecado, detesta el mismo pecado en cuanto es ofensa a Dios"; y,
4)El fomento de los ejercicios espirituales, las peregrinaciones, como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna y las obras caritativas y misioneras.
Tuesday, February 05, 2008
la cuaresma, entrenamiento espiritual.
La Cuaresma es un Entrenamiento Espiritual
Padre Roberto Mena, ST
Todo logro que valga la pena requiere un esfuerzo grande. Cuando habla a los Corintios, San Pablo utiliza figuras del mundo de los deportes para explicar que la vida espiritual requiere de lucha y esfuerzo continuos. San Pablo sabía que los griegos entenderían estas figuras, pues fueron los anfitriones de las primeras Olimpiadas.
Levanta la Barra durante la Cuaresma"¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran, pues, de manera que lo consigan, como los atletas que se imponen un régimen muy estricto. Solamente que ellos lo hacen por una corona de laureles que se marchita, mientras que nosotros, por una corona que no se marchita. Así, pues, corro yo, sabiendo a dónde voy. Doy golpes, pero no en el vacío. Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que, después de predicar a los otros, venga a ser eliminado" (1Cor 9:24:27) La meta del Cristianismo es la vida eterna. El logro de esta meta demanda un esfuerzo diario intenso. La época litúrgica de la Cuaresma nos provee de un campo especial en el que el esfuerzo diario se intensifica. Cuando nos exigimos aún más y levantamos la barra de obstáculos durante la Cuaresma, avanzamos en la vida espiritual. Nuestros esfuerzos personales, combinados con la gracia de Dios, nos brindarán un mayor nivel de mejoramiento propio e intimidad con Dios. La vida espiritual no es un esfuerzo fácil, por causa de nuestra lastimada naturaleza humana. Cierto, el bautismo lava el pecado original, pero no tenemos absoluto control sobre nosotros mismos. San Pablo describe de manera brillante esta batalla continua. El representa esta batalla como una lucha interna (Rom 7:14-25), un tesoro en vasija de barro (2 Cor 4:7-18), y un aguijón en la carne (2 Cor 12: 7-10).Por causa del pecado original, una fuerza interna siempre nos empujará a la dirección errónea. El esfuerzo continuo es nesesario para controlar el movimiento interno de nuestro ego, y permitir que la presencia de la gracia tome control de nuestros pensamientos, deseos y acciones. La batalla de la vida espiritual es como caminar en un río, contra la corriente. Si no continuamos caminando o nos aferramos a una roca, la corriente nos arrastrará en la dirección opuesta. La Cuaresma nos brinda una oportunidad excelente para fortalecernos, para poder seguir caminando en contra de la corriente."En el hombre, por que es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, tiene lugar una lucha de tendencias entre el espíritu y la carne. Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y al mismo tiempo una confirmación. Forma parte de la experiencia cotidiana del combate espiritual (Catecismo de la Iglesia Católica #2516). Ve Contra la Cultura: Niégate a ti MismoSi la vida espiritual es una lucha continua debido al pecado original, las circunstancias de nuestra cultura actual hacen esta lucha incluso más difícil. Todos hemos crecido en una cultura que nada niega. Todo es permisible. La disciplina, el auto-control y la virtud son vistas como represión. Los íconos de la cultura moderna saben exactamente qué botones oprimir. Nuestro mundo decadente resulta atractivo para la caída naturaleza humana. Es fácil sucumbir ante cualquiera de los pecados mortales. A los Cristianos no les está permitido desanimarse. La esperanza en Cristo Jesús mantiene nuestro equilibrio en una cultura decadente. Las actitudes apocalípticas de penumbra y perdición no son acordes al Evangelio. Una Cuaresma exitosa requiere que desarrollemos un plan de acción serio. Nuestro plan debería incluir tanto las prácticas generales que la Iglesia Católica requiere de todos, y nuestro propio programa particular para la Cuaresma. Como práctica general para todos los Católicos, la Iglesia requiere que ayunemos el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo. También se nos pide abstenernos de comer carne el Miércoles de Ceniza y todos los viernes de Cuaresma.Aparte de lo que la ley de la Iglesia requiere de nosotros respecto al ayuno y abstinencia, debemos crear un programa personal de crecimiento espiritual. Personalmente, siempre he recomendado a mis parroquianos que se propongan algo en positivo y algo en negativo. Por algo en negativo me refiero a que cada persona debería comprometerse a dejar algo o un número de cosas. Este sacrificio debe ser serio y exigente. El auto-control que practicamos dejando un placer legítimo fortalece nuestra voluntad y frena las inclinaciones de nuestras pasiones. Por algo en positivo me refiero a que cada uno también debería realizar alguna clase de acto que normalmente no haríamos. Ir a Misa diaria, visitar a los enfermos, servir de voluntario en la parroquia o rezar el Rosario un domingo por la noche con toda la familia son actos virtuosos positivos que han ayudado a muchas personas a progresar en su relación con Dios. El Auto-Dominio es Entrenamiento para la LibertadLas prácticas cuaresmales de penitencia son de gran beneficio para nuestra vida espiritual. Una Cuaresma seria será como una limpieza que purificará el desorden acumulado en nuestra alma. Un compromiso serio hacia la penitencia también nos ayudará a conquistar las adicciones, obsesiones y comportamientos compulsivos. Una Cuaresma seria purificará nuestra alma y nos permitirá experimentar una libertad interior más profunda.Aunque la vida espiritual exige esfuerzo intenso, todo nuestro trabajo será posible solamente con la ayuda de la gracia de Dios. San Pablo nos dice, "Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio" (2Tim 1:7). Un régimen disciplinado de oración diaria, la lectura de la Escritura y la vida sacramental desarrollan esos canales de gracia a través de los que el Espíritu Santo nos da la habilidad de controlarnos a nosotros mismos y conquistar nuestras tendencias básicas.El Catecismo de la Iglesia Católica llama al auto-dominio un entrenamiento para la libertad humana. "La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado" (#2339). El Catecismo continúa diciendo que "El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de una vez para siempre. Supone un esfuerzo repetido en todas las edades de la vida" (#2342).Es muy probable que cuando consideremos las demandas de nuestra vida espiritual y el constante bombardeo de la cultura moderna simplemente levantemos nuestros brazos en desesperación y nos rindamos. Sin duda, el Cristianismo auténtico es difícil de vivir y demanda decisiones radicales. Sin embargo, siempre debemos recordar dos pasajes de la Escritura que nos llenarán de confianza y paz. Un pasaje es del Maestro, y el otro es de uno de Sus más apasionados Apóstoles, San Pablo. Apréndelos de memoria y repítelos con frecuencia. Deja que sean una fuente de motivación para tus prácticas cuaresmales. "Se los he dicho todo para que tengan paz en Mí. Ustedes encontrarán persecuciones en el mundo, pero ¡sean valientes! Yo he vencido al mundo." (Jn 16:33). "Todo lo puedo en Aquel que me fortalece" (Fil 4:13).La Cuaresma que ya hemos comenzado nos provee de una excelente oportunidad para el crecimiento espiritual. Podemos cambiar.
Padre Roberto Mena, ST
Todo logro que valga la pena requiere un esfuerzo grande. Cuando habla a los Corintios, San Pablo utiliza figuras del mundo de los deportes para explicar que la vida espiritual requiere de lucha y esfuerzo continuos. San Pablo sabía que los griegos entenderían estas figuras, pues fueron los anfitriones de las primeras Olimpiadas.
Levanta la Barra durante la Cuaresma"¿No han aprendido nada en el estadio? Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran, pues, de manera que lo consigan, como los atletas que se imponen un régimen muy estricto. Solamente que ellos lo hacen por una corona de laureles que se marchita, mientras que nosotros, por una corona que no se marchita. Así, pues, corro yo, sabiendo a dónde voy. Doy golpes, pero no en el vacío. Castigo mi cuerpo y lo someto, no sea que, después de predicar a los otros, venga a ser eliminado" (1Cor 9:24:27) La meta del Cristianismo es la vida eterna. El logro de esta meta demanda un esfuerzo diario intenso. La época litúrgica de la Cuaresma nos provee de un campo especial en el que el esfuerzo diario se intensifica. Cuando nos exigimos aún más y levantamos la barra de obstáculos durante la Cuaresma, avanzamos en la vida espiritual. Nuestros esfuerzos personales, combinados con la gracia de Dios, nos brindarán un mayor nivel de mejoramiento propio e intimidad con Dios. La vida espiritual no es un esfuerzo fácil, por causa de nuestra lastimada naturaleza humana. Cierto, el bautismo lava el pecado original, pero no tenemos absoluto control sobre nosotros mismos. San Pablo describe de manera brillante esta batalla continua. El representa esta batalla como una lucha interna (Rom 7:14-25), un tesoro en vasija de barro (2 Cor 4:7-18), y un aguijón en la carne (2 Cor 12: 7-10).Por causa del pecado original, una fuerza interna siempre nos empujará a la dirección errónea. El esfuerzo continuo es nesesario para controlar el movimiento interno de nuestro ego, y permitir que la presencia de la gracia tome control de nuestros pensamientos, deseos y acciones. La batalla de la vida espiritual es como caminar en un río, contra la corriente. Si no continuamos caminando o nos aferramos a una roca, la corriente nos arrastrará en la dirección opuesta. La Cuaresma nos brinda una oportunidad excelente para fortalecernos, para poder seguir caminando en contra de la corriente."En el hombre, por que es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, tiene lugar una lucha de tendencias entre el espíritu y la carne. Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y al mismo tiempo una confirmación. Forma parte de la experiencia cotidiana del combate espiritual (Catecismo de la Iglesia Católica #2516). Ve Contra la Cultura: Niégate a ti MismoSi la vida espiritual es una lucha continua debido al pecado original, las circunstancias de nuestra cultura actual hacen esta lucha incluso más difícil. Todos hemos crecido en una cultura que nada niega. Todo es permisible. La disciplina, el auto-control y la virtud son vistas como represión. Los íconos de la cultura moderna saben exactamente qué botones oprimir. Nuestro mundo decadente resulta atractivo para la caída naturaleza humana. Es fácil sucumbir ante cualquiera de los pecados mortales. A los Cristianos no les está permitido desanimarse. La esperanza en Cristo Jesús mantiene nuestro equilibrio en una cultura decadente. Las actitudes apocalípticas de penumbra y perdición no son acordes al Evangelio. Una Cuaresma exitosa requiere que desarrollemos un plan de acción serio. Nuestro plan debería incluir tanto las prácticas generales que la Iglesia Católica requiere de todos, y nuestro propio programa particular para la Cuaresma. Como práctica general para todos los Católicos, la Iglesia requiere que ayunemos el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo. También se nos pide abstenernos de comer carne el Miércoles de Ceniza y todos los viernes de Cuaresma.Aparte de lo que la ley de la Iglesia requiere de nosotros respecto al ayuno y abstinencia, debemos crear un programa personal de crecimiento espiritual. Personalmente, siempre he recomendado a mis parroquianos que se propongan algo en positivo y algo en negativo. Por algo en negativo me refiero a que cada persona debería comprometerse a dejar algo o un número de cosas. Este sacrificio debe ser serio y exigente. El auto-control que practicamos dejando un placer legítimo fortalece nuestra voluntad y frena las inclinaciones de nuestras pasiones. Por algo en positivo me refiero a que cada uno también debería realizar alguna clase de acto que normalmente no haríamos. Ir a Misa diaria, visitar a los enfermos, servir de voluntario en la parroquia o rezar el Rosario un domingo por la noche con toda la familia son actos virtuosos positivos que han ayudado a muchas personas a progresar en su relación con Dios. El Auto-Dominio es Entrenamiento para la LibertadLas prácticas cuaresmales de penitencia son de gran beneficio para nuestra vida espiritual. Una Cuaresma seria será como una limpieza que purificará el desorden acumulado en nuestra alma. Un compromiso serio hacia la penitencia también nos ayudará a conquistar las adicciones, obsesiones y comportamientos compulsivos. Una Cuaresma seria purificará nuestra alma y nos permitirá experimentar una libertad interior más profunda.Aunque la vida espiritual exige esfuerzo intenso, todo nuestro trabajo será posible solamente con la ayuda de la gracia de Dios. San Pablo nos dice, "Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio" (2Tim 1:7). Un régimen disciplinado de oración diaria, la lectura de la Escritura y la vida sacramental desarrollan esos canales de gracia a través de los que el Espíritu Santo nos da la habilidad de controlarnos a nosotros mismos y conquistar nuestras tendencias básicas.El Catecismo de la Iglesia Católica llama al auto-dominio un entrenamiento para la libertad humana. "La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado" (#2339). El Catecismo continúa diciendo que "El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de una vez para siempre. Supone un esfuerzo repetido en todas las edades de la vida" (#2342).Es muy probable que cuando consideremos las demandas de nuestra vida espiritual y el constante bombardeo de la cultura moderna simplemente levantemos nuestros brazos en desesperación y nos rindamos. Sin duda, el Cristianismo auténtico es difícil de vivir y demanda decisiones radicales. Sin embargo, siempre debemos recordar dos pasajes de la Escritura que nos llenarán de confianza y paz. Un pasaje es del Maestro, y el otro es de uno de Sus más apasionados Apóstoles, San Pablo. Apréndelos de memoria y repítelos con frecuencia. Deja que sean una fuente de motivación para tus prácticas cuaresmales. "Se los he dicho todo para que tengan paz en Mí. Ustedes encontrarán persecuciones en el mundo, pero ¡sean valientes! Yo he vencido al mundo." (Jn 16:33). "Todo lo puedo en Aquel que me fortalece" (Fil 4:13).La Cuaresma que ya hemos comenzado nos provee de una excelente oportunidad para el crecimiento espiritual. Podemos cambiar.
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