Friday, September 11, 2015

Papa Francisco y su proxima visita a Estados Unidos.

El Papa Francisco y su visita a los Estados Unidos





La próxima visita del Papa Francisco a los Estados Unidos, que tendrá lugar del 22 al 27 de septiembre, cubrirá Washington, D.C., Nueva York y Filadelfia. El punto focal de la misma será su participación en el 8º. Encuentro Mundial de las Familias, en esta última ciudad. Sin embargo, también tienen gran importancia la Misa de Canonización del Beato Junípero Serra, así como sus discursos ante la Organización de las Naciones Unidas y ante el Congreso de los Estados Unidos.

El último Papa en visitar el país fue Benedicto XVI en el año 2008. En esa visita mencionó, entre otros, asuntos como la ayuda para el desarrollo de los países Latinoamericanos también como prevención de la inmigración ilegal, así como la necesidad de encontrar medios para incorporar a los inmigrantes ilegales a la vida del país. También habló del rol de la religión en la vida pública en el marco de un estado laico que se beneficia de ello, y la importancia de los derechos humanos en una visión en la que las diversas culturas los ven inscritos en el ser de la persona y que son anteriores a las instituciones y las leyes.

Hoy, el contexto y el Papa son diferentes. Los Estados Unidos viven momentos cruciales en su vida política y económica. La polarización entre republicanos y demócratas, y en general entre ciudadanos estadounidenses por razones políticas, ha alcanzado niveles muy altos durante los dos términos del gobierno del presidente Obama.

Aún se siente el impacto de la recesión económica consecuencia de la crisis financiera del 2008, que en cifras de 2013 llevó a 14% de personas, y al 20% de menores de 18 años, a la pobreza (U.S. Census Bureau, 2014). Los niveles de desigualdad son los más altos entre los países de la OCDE, siendo que, en cifras de 2010, el 20% de la población más rica recibe el 58% de los ingresos, y el 20% más pobre sólo el 2% (Pew Research Center, 2013). Igualmente preocupante es el debilitamiento de la democracia gracias a la acción de grupos de presión cuyas agendas no han tenido reparo en buscar avasallar la libertad de conciencia y la libertad religiosa, en especial vía la implementación de la Reforma de Salud de la administración Obama y el activismo de grupos feministas radicales, pro-LGTBQ y pro-choice.

La reciente decisión de la Corte Suprema de reconocer las uniones homosexuales como matrimonio no ha hecho sino enrarecer aún más el ambiente, teniendo en cuenta que 32 de los 50 estados miembros de la Unión habían votado, en los últimos años, por solo reconocer como matrimonio la unión entre hombre y mujer. Otro hecho a considerar es el incremento de aquellos que se consideran no afiliados a una institución religiosa (“spiritual but not religious”), que han pasado de ser 16% en 2007 a 22% en 2014 (Pew Research Center, 2015), indicando una relativa secularización de la sociedad.

La Iglesia Católica, por su parte, aún no encuentra un lugar adecuado en relación al “mainstream” de la cultura de los Estados Unidos. Pasó de establecer un esquema de enclaves Católicos basados en grupos étnicos de inmigrantes, a una estrategia de “americanización” (asimilación) —en especial cuando terminó la Segunda Guerra Mundial—, para quedar desconcertada por la renovación del Concilio Vaticano II (Schindler, 1996; Shaw, 2013). Recién con San Juan Pablo II, en especial sus enseñanzas y los nombramientos episcopales que hizo, se ha podido reconstruir, en parte, una subcultura católica desde la cual la fe pueda informar y elevar la cultura estadounidense, lo que también ha de incluir una crítica constructiva.

Aunque positivo, este fenómeno presenta el riesgo de que pueda convertirse en un gueto. Por otro lado, esta subcultura no ha sido suficiente para evitar que, por ejemplo, una gran proporción de Católicos de a pie vivan un “catolicismo a la carta” (“cafeteria Catholicism”),  en relación a lo que creen, lo que rezan y los principios éticos que los orientan. En esta visión la fe se construye principalmente según preferencias personales (Greeley, 1990; Gillis, 1999). Tampoco se ha revertido la confusión en la identidad católica de numeroso colleges y universidades católicos.

El Papa Francisco puede convertirse en un motor de cambio en la dirección correcta.  En la misma línea que sus predecesores, pero con un estilo pastoral muy público y elocuente en gestos y palabras, el Papa hace de la visión cristiana de la dignidad humana el centro de su predicación, en especial la de los más pobres, sin excepciones y sin calificaciones sociológicas. Más aún, invita a descubrir en los más pobres la imagen de Cristo que nos llama y nos enseña. Para él los pobres son los no-nacidos, los jóvenes y ancianos, a quienes ve como víctimas de una “cultura del descarte” (Francisco, 2013: nos. 186-216). También lo son los pobres materiales y espirituales, todos aquellos que están en las “periferias de la existencia”. Esta dignidad tiene una raíz claramente religiosa: es el reconocimiento que se desprende del hecho de que Jesucristo se ha hecho hombre, ama a todos y ha elevado al ser humano a una dignidad y vocación altísimas (Francisco, 2013: nos. 177-185).

En consecuencia, la defensa de la vida y la familia, por un lado, y la promoción de la justicia social y el cuidado del medio ambiente, por el otro, no son sino caras de la misma moneda. Esta mirada puede ayudar a superar la dicotomía conservador/progresista con la que se suele interpretar (desde fuera e incluso desde dentro) a la Iglesia en los Estados Unidos. Puede permitir avanzar hacia una auto-comprensión que algunos han llamado “radical”, “profunda” o “evangélica” (Weigel, 2013).

De otra parte, la presencia del Papa Francisco representará, como lo ha sido por ejemplo en su reciente visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, un impulso a la familia como la entiende la tradición católica (Francisco, 2015c). Esto, en embargo, no supondrá sino una actitud de diálogo y apertura hacia quienes no concuerdan con esta visión de la persona humana, la sexualidad y el matrimonio. La esperanza del Pontífice estará en que los activistas LGTBQ puedan comprender que en la posición católica sobre estos temas lo que hay, ante todo, es la manifestación respetuosa de una convicción de conciencia, y no un ataque a la dignidad de las personas LGTBQ. Se trata en el fondo de llamar la atención sobre la discutida distinción entre sexo, atracción sexual e identidad sexual tal como la concibe la “perspectiva de género” por las consecuencias que tiene para el matrimonio, la familia y la sociedad; un perspectiva que se quiere imponer como “colonización ideológica” (Francisco, 2015a).

Finalmente, el testimonio y las palabras del Papa Francisco podrán servir para alentar particularmente a los católicos de ascendencia latina, quienes sufren la dura experiencia del inmigrante en todo tipo de marginaciones, desarraigo y condiciones de vida muy duras. Esto se ve acrecentado por la creciente secularización de la cultura de los Estados Unidos. Las cifras disponibles indican que, al presente el  33% de los Católicos en el país son latinos o descendientes de latinos, y que en un futuro no lejano constituirán la mayoría (Pew Research Center, 2014).

Sin embargo, otros estudios indican que entre 1990 y 2008, aquellos no  afiliados a una institución religiosa pasaron del 6 al 12% de la comunidad latina (Jones, Cox y Navarro-Rivera, 2013), incluso llegando a 18% en 2013 (Pew Research Center, 2014). Además, en ese año un 22% de latinos en los Estados Unidos era Protestante (Pew Research Center, 2014). La tendencia convertirse en “no afiliado” se acentúa entre latinos de segunda y tercera generación, que, en su gran mayoría tienden a asumir las ideas y valores del “mainstream” cultural en los Estados Unidos (Jones, Cox y Navarro-Rivera, 2013). Ello quiere decir que muchas personas que fueron iniciadas en la vida de fe se distancian de la Iglesia al poco tiempo. Y también quiere decir que, de no hacerse algo, el número de católicos, que hasta hoy se ha mantenido relativamente estable gracias a la inmigración desde América Latina, empezará a decrecer considerablemente en un futuro no muy lejano.

Lamentablemente, la gran mayoría de la teología latina en los Estados Unidos, a pesar de las buenas intenciones de sus autores y de lo interesante de sus aportes, ha estado inspirada por la teología de la liberación, teologías contextuales y posmodernas (Bañuelas, 1995; Aquino, Machado y Rodríguez, 2002), lo que al fin de cuentas las convierte en doctrinas de justicia social donde lo propiamente religioso, más allá de las declaraciones, pasa un segundo lugar. Aunque no es posible acá entrar en detalles, lo que por lo menos se puede decir que estas visiones no han tenido  una utilidad pastoral significativa para evitar la secularización de los católicos latinos en los Estados Unidos.

En el fondo, se han constituido en furgones de cola de visiones seculares neo-marxistas o posmodernas (bajo fuerte influencia del pensamiento de Michel Foucault). Como consecuencia, la capacidad profética que la comunidad latina en los Estados Unidos puede tener como crítica al “establishment” eclesial y a la cultura secular en el país se ha visto recortada. Viene aquí a la mente la insistencia del Papa Francisco en no convertir a la Iglesia que él sueña, una Iglesia pobre y para los pobres, en una ONG (Francisco, 2015b). Él, con su particular “teología del pueblo”, puede ayudar a una renovación de la teología latina que colabore intensamente en la revitalización de la vida de fe de los católicos latinos, y en que esa experiencia de fe colabore con la renovación de toda la Iglesia en el país. Ojalá así sea.

Referencias:

Aquino, Maria del Pilar, Daisy L. Machado y Jeanette Rodríguez, eds. A Reader in Latina Feminist Theology. Religion and Justice. Austin: University of Texas Press.

Bañuelas, Arturo J., ed. (1995). Mestizo Christianity. Theology from the Latino Perspective. New York: Orbis Books.

Francisco, Papa (2013). Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium.http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html (accessed 23 July 2015).

Francisco, Papa (2015a). “Discurso en el Encuentro con las Familias.” Manila, 16.1.2015.http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/january/documents/papa-francesco_20150116_srilanka-filippine-incontro-famiglie.html (accessed 23 July 2015).

Francisco, Papa (2015b). “Morning Meditation in the Chapel of the Domus Santae Marthae.” Roma, 5.2.2015. http://www.news.va/en/news/i-will-cure-you-5-february-2015 ) (accessed 23 July 2015).

Francisco, Papa (2015c). “Homilía en la Misa por las Familias.” Guayaquil, 6.7.2015.http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2015/documents/papa-francesco_20150706_ecuador-omelia-guayaquil.html (accessed 23 July 2015).

Gillis, Chester (1999). Roman Catholicism in America. New York: Columbia University Press.

Greeley, Andrew M. (1990). The Catholic Myth. The Behavior and Beliefs of American Catholics. New York: Charles Scribner´s Sons.

Jones, Robert P., Daniel Cox and Juhem Navarro-Rivera (2013). 2013 Hispanic Values Survey. How Shifting Religious Identities and Experiences are Influencing Hispanic Approaches to Politics. Washington D.C.: Public Religion Research Institute.

Pew Research Center (2013). ”Global Inequality: How the U.S. Compares.” Factank. News in the Numbers. 19.12.2013.  http://www.pewresearch.org/fact-tank/2013/12/19/global-inequality-how-the-u-s-compares/ (accessed 23 July 2015).

Pew Research Center (2014). “The Shifting Religious Identity of Latinos in the United States.” 7.5.2014. http://www.pewforum.org/2014/05/07/the-shifting-religious-identity-of-latinos-in-the-united-states/ (accessed 23 July 2015).

Pew Research Center (2015). “America´s Changing Religious Landscape.” 12.5.2015.http://www.pewforum.org/2015/05/12/americas-changing-religious-landscape/ (accessed 23 July 2015).

Schindler, David L. (1996). Heart of the World, Center of the Church. Communio Ecclesiology, Liberalism and Liberation. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company.

Shaw, Russell (2013). American Church. The Remarkable Rise, Meteoric Fall, and Uncertain Future of Catholicism in America. San Francisco, Ignatius Press.

U.S. Census Bureau (2014)Income and Poverty in the United States: 2013. Washington, D.C.: U.S. Government Printing Office.http://www.census.gov/content/dam/Census/library/publications/2014/demo/p60-249.pdf (accessed 23 July 2015).
Weigel, George (2013). Evangelical Catholicism. Deep Reform in the 21st Century Church.
New York: Basic Books.

Wednesday, September 09, 2015

Pongamos nuestra esperanza en la familia y en la Parroquia dijo Papa Francisco

Pongamos nuestra esperanza en la familia y la parroquia, centros de amor cristiano, evangelizadores, ricos de calidez humana, basados en la solidaridad y la participación, invitó el Papa Francisco.
Ante los centros de poder ideológicos, financieros y políticos, recordó que familia y parroquia, son lugares en los que se realiza la comunión de amor que mana de Dios, para impulsar y cumplir el milagro de una vida más comunitaria para toda la sociedad. Dirigiéndose a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, que una vez más, acudieron a la audiencia general, e invocando sobre todos y sus familias la alegría y la paz en el Señor, el Obispo de Roma  animó a testimoniar los valores de la familia en todos los ámbitos de la sociedad y deseó asimismo que la visita a la Ciudad Eterna ayude a todos a redescubrir el sentido cristiano de la fiesta, como momento de encuentro con Dios y de comunión con los hermanos.
Tras señalar que las parroquias con las puertas cerradas no son iglesias sino museos, el Santo Padre recordó la importancia de las familias en la vida parroquial y a dejarse inspirar por la Madre de Jesús:
«Queridas familias, ustedes son indispensables en la vida de sus parroquias. Las invito a un generoso compromiso y a hacer vivir a los más jóvenes la experiencia del amor de Dios, de la caridad fraterna y de la acogida del otro.
«En las bodas de Caná, estaba la Madre de Jesús que aconsejó a los servidores: ‘Hagan lo que Él les diga’. ¡Hermanos y hermanas, déjense inspirar por esa Madre y se encontrarán ante el milagro!»
La armonía ente Iglesia y familia es bendición para el mundo y la sociedad, con el amparo de la Virgen:
«En el contexto de la catequesis de hoy deseo a todos que sus familias se vuelvan una pequeña Iglesia doméstica. Que sean comunidades que transmiten la fe la vida, la esperanza y el amor. Que fortalecidas por la intercesión de María, Madre del Buen Consejo, sean para los otros sal de la tierra y luz del mundo.
La relación armoniosa entre la Iglesia y la familia es una bendición que genera beneficio para ambas y para toda la sociedad. Oremos para que la Iglesia y la familia fortalezcan en encuentro entre ellas y superen todas las dificultades, los miedos y los prejuicios que se oponen a este encuentro. ¡Que el Señor bendiga a todas las familias y las proteja del maligno!»
Con San Pedro Claver, el Papa se dirigió a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados:
«Hoy celebramos la memoria litúrgica del jesuita San Pedro Claver, patrono de las misiones de África. Queridos jóvenes, que su infatigable servicio a los últimos los impulse a opciones de solidaridad hacia los necesitados. Que su vigor espiritual los ayude a ustedes, queridos enfermos, a afrontar la cruz con coraje. Que su amor a Cristo sea modelo para ustedes, queridos recién casados, para que el amor sea el centro de su nueva familia»

Thursday, September 03, 2015

La familia llamada a evangelizar dijo el Papa Francisco

«La alianza de la familia con Dios está llamada hoy a contrastar la desertificación comunitaria de la ciudad moderna. La sonrisa de una familia es capaz de vencer esta desertificación de nuestras ciudades y esta es la victoria del amor de la familia. Donde hay una familia con amor, esa familia es capaz de calentar el corazón de toda una ciudad, con su testimonio de amor»
* «¡Nunca más la guerra! Es el grito apremiante que,  desde nuestros corazones y de los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, se eleva al Príncipe de la paz»


 El Papa Francisco en esta nueva audiencia general del miércoles realizada en la Plaza de San Pedro, ingresó en el Jeep blanco entre los pasillos para saludar a la gente, que aplaudía y voceaba ¡Viva Francisco! 
Se trata de la catequesis 25 del ciclo abierto el 10 de diciembre pasado, y la segunda audiencia después de la pausa del verano europeo, encuentros durante los cuales la familia y los temas relacionados con ella estuvieron en el centro. Hoy habló sobre la transmisión de la fe gracias a la familia, tema que será central en el próximo Sínodo sobre la Familia que se realizará el mes próximo y cuyo debate inició con el Sínodo Extraordinario de 2014.
El Papa recordó el primado de Dios sobre los afectos familiares y al mismo tiempo que el amor de Dios no encuentra un paragón más significativo que en estos afectos existentes en la familia. Y que el cariño no se compra ni se vende y es el mejor patrimonio del genio familiar. Precisó que el timón de la Historia está en las manos de la alianza entre el hombre y la mujer, e invitó a oponerse a la desertificación comunitaria en las ciudades modernas.
El Papa Francisco renovó también su ferviente ruego al Príncipe de la paz, por intercesión de María Reina de la paz, para que nunca más el mundo vuelva a sufrir el horror de la guerra. Reiteró, su oración y su llamamiento, junto con el anhelo de los hombres y mujeres de buena voluntad, recordando que hace 70 años concluía la tragedia que dejó el mundo en escombros, a los pueblos que en la actualidad padecen la crueldad de diversos conflicto. En el vídeo se visualiza y escucha toda la catequesis y el resumen que el Papa ha hecho en español, cuyotexto completo es el siguiente:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En este último tramo de nuestro camino de catequesis sobre la familia, abrimos la mirada sobre el modo en que ella vive la responsabilidad de comunicar la fe, de transmitir la fe, sea en su interior como al exterior.
En un primer momento, se nos pueden venir a la mente algunas expresiones evangélicas que parecen contraponer los vínculos de la familia y el seguimiento de Jesús. Por ejemplo, aquellas palabras fuertes que todos conocemos y hemos escuchado: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí» (Mt10, 37-38).
Naturalmente, ¡Jesús no quiere cancelar el cuarto mandamiento con esto! Que es el primer gran mandamiento hacia las personas. Los tres primeros son en relación a Dios, éste en relación a las personas… ¡es grande!. Y ni siquiera podemos pensar que el Señor, después de haber realizado su primer milagro para los esposos de Caná, después de haber consagrado el vínculo conyugal entre el hombre y la mujer, después de haber restituido hijos e hijas a la vida familiar, ¡nos pida ser insensibles a estos vínculos! Esa no es la explicación, no. Al contrario, cuando Jesús afirma la primacía de la fe en Dios, no encuentra una comparación más significativa que los afectos familiares. Y por otro lado, estos mismos vínculos familiares dentro de la experiencia de fe y del amor de Dios, se transforman, vienen “completados” de un sentido más grande y se convierten en capaces de ir más allá de sí mismos, para crear una paternidad y una maternidad más amplias y para acoger como hermanos y hermanas también aquellos que están al margen de cada ligamen. Un día, a quien le dice que afuera estaban su madre y sus hermanos que lo buscaban, Jesús respondió, indicando a sus discípulos: «¡Estos son mi madre y mis hermanos! Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc 3, 34-35).
La sabiduría de los afectos, que no se compran y no se venden, es la mejor dote del genio familiar. Especialmente en la familia aprendemos a crecer en aquella atmósfera de la sabiduría de los afectos. Su “gramática” se aprende allí, de otra manera es muy difícil aprenderla. Y es especialmente éste lenguaje a través del cual, Dios se da a entender a todos.
La invitación a poner los vínculos familiares en el ámbito de la obediencia de la fe y de la alianza con el Señor no los mortifica; al contrario, los protege, los desvincula del egoísmo, los protege del deterioro, los lleva a un lugar seguro para la vida que no muere. El flujo de un estilo familiar en las relaciones humanas es una bendición para los pueblos: trae nuevamente la esperanza a la tierra. Cuando los afectos familiares se dejan convertir al testimonio del Evangelio, se transforman capaces de cosas impensables, que hacen tocar con la mano las obras de Dios, aquellas obras que Dios realiza en la historia, como aquellas que Jesús ha hecho para los hombres, las mujeres, los niños que ha encontrado. Una sola sonrisa milagrosamente arrancada a la desesperación de un niño abandonado, que recomienza a vivir, nos explica el actuar de Dios en el mundo más que mil tratados teológicos. Un solo hombre o una sola mujer, capaces de arriesgar y de sacrificarse por un hijo de otros, y no solo por el propio, nos explican cosas del amor que muchos científicos no comprenden más.
Donde están estos afectos familiares brotan estos gestos del corazón que nos hablan más fuerte que las palabras, el gesto del amor, esto hace pensar.
La familia que responde a la llamada de Jesús devuelve la dirección del mundo a la alianza del hombre y de la mujer con Dios. Piensen en el desarrollo de este testimonio, hoy. Imaginemos que el timón de la historia (de la sociedad, de la economía, de la política) sea entregado - ¡finalmente! - a la alianza del hombre y de la mujer, para que lo gobiernen con la mirada dirigida a la generación que viene. Los temas de la tierra y de la casa, de la economía y del trabajo, ¡tocarían una música muy diferente!
Si volvemos a dar protagonismo – a partir de la Iglesia – a la familia que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica, nos transformaremos como el vino bueno de las bodas de Caná, ¡fermentaremos como la levadura de Dios!
En efecto, la alianza de la familia con Dios está llamada hoy a contrastar la desertificación comunitaria de la ciudad moderna. Pero nuestras ciudades se han transformado en desertificadas por falta de amor, por falta de sonrisas. Muchas diversiones, muchas, muchas cosas para perder el tiempo, para hacer reír, pero falta el amor. Y es especialmente la familia, y es ¡especialmente la familia! aquel papá, aquella mamá que  trabajan y con los niños… La sonrisa de una familia es capaz de vencer esta desertificación de nuestras ciudades y esta es la victoria del amor de la familia.
Ninguna ingeniería económica y política está en grado de sustituir esta aportación de las familias. El proyecto de Babel edifica rascacielos sin vida. El Espíritu de Dios, en cambio, hace florecer los desiertos (cfr Is 32, 15). Debemos salir de las torres y de las bóvedas blindadas de las élites, para frecuentar de nuevo las casas y los espacios abiertos a las multitudes, abiertas al amor de la familia.
La comunión de los carismas – aquellos dados al Sacramento del matrimonio y aquellos concedidos a la consagración para el Reino de Dios – está destinada a transformar la Iglesia en un lugar plenamente familiar para el encuentro con Dios. Vamos hacia adelante en este camino, no perdamos la esperanza, donde hay una familia con amor, esa familia es capaz de calentar el corazón de toda una ciudad, con su testimonio de amor.
Recen por mí, recemos los unos por los otros, para que seamos capaces de reconocer y de sostener las visitas de Dios. El Espíritu traerá el alegre desorden en las familias cristianas y la ciudad del hombre saldrá de la depresión. Gracias.
(El Papa ha dicho en español:)
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy abordamos el tema de la familia como transmisora de la fe. Tanto en sus palabras como en sus signos, el Señor pone con frecuencia los lazos familiares como ejemplo de nuestra relación con Dios. La sabiduría encerrada en esos afectos familiares, que ni se compran ni se venden, es el mejor legado del espíritu familiar y Dios se revela, quiere revelarse a través de este lenguaje.
Por otro lado, la fe y el amor de Dios purifican los afectos familiares del egoísmo y los protegen del degrado. Los abre a un nuevo horizonte que nos hace capaces de ver más allá, de ver a todos los hombres como una sola familia. De ese modo, quien hace la voluntad de Dios y vive en su amor, es capaz de ver a Jesús en el otro y de ser para él un verdadero hermano.
Queridos hermanos, llevar este estilo familiar a todas las relaciones humanas nos haría capaces de cosas impensables, sería una bendición para todos los pueblos y un signo de esperanza sobre la tierra. Se da ahí una comunicación del misterio de Dios más profunda e incisiva que mil tratados de teología.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que el Señor nos ayude a que las familias sean fermento evangelizador de la sociedad, ese vino bueno que lleve la alegría del Evangelio a todas las gentes. Muchas gracias.
(Luego, el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:
En estos días, también en Extremo Oriente, se recuerda la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Renuevo mi ferviente oración al Señor de todos para que, por intercesión de la Virgen María, el mundo de hoy no experimente nunca más los horrores y los espantosos sufrimientos de semejantes tragedias. Pero las experimenta. Éste es el anhelo permanente de los pueblos, en particular de los que son víctimas de sangrientos conflictos en curso. Las minorías perseguidas, los cristianos perseguidos, la locura de la destrucción. Y los que fabrican armas y los traficantes de armas, armas ensangrentadas, bañadas con la sangre de tantos inocentes ¡Nunca más la guerra! Es el grito apremiante que,  desde nuestros corazones y de los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, se eleva al Príncipe de la paz.
Saludo finalmente a los jóvenes, a los enfermos y a los esposos recién casados. Mañana celebraremos la memoria litúrgica de San Gregorio Magno. Queridos jóvenes, la grandeza moral de este Papa los impulse a opciones valientes en favor del bien; que su fortaleza en la enfermedad los sostenga a ustedes, queridos enfermos, al llevar su cruz en unión espiritual con el corazón de Cristo; que sus lazos con la Iglesia los ayude a ustedes, queridos recién casados, a unir a sus familias en el amor.